Para el momento en que se dieron cuenta de lo que estaba haciendo, ya era demasiado tarde para detenerlo. Moviéndose como una serpiente, en un abrir y cerrar de ojos, se había deslizado por detrás de ella y la agarró de la cintura.

— ¡Hey! ¿Qué demonios pasa contigo?

Santa saltó hacia Trébol y el noveno hombre. Iba a mitad de camino, cuando...

— ¡A-atrás!

La mano del hombre se zambulló en el bolsillo y regresó con un cuchillo, una navaja de bolsillo. Agarró el pálido y tembloroso cuello de Clover.

— ¡U-u-un paso más y le c-corto la garganta!

Santa patinó hasta detenerse. Miró con rabia, gruñéndole, al escuálido hombre con el cuchillo al tiempo que hacía rechinar los dientes.

— E-eso es...

La sonrisa de aquel hombre no era ni amable ni tranquilizadora. El sudor le corría por el cuello, empapándole la camisa.

— Clover... ¿te encuentras bien?

La voz Snake sonaba extrañamente preocupada.

— Sí, estoy bien.

Su voz tembló, lo que hizo su respuesta menos convincente.

— ¿Qué demonios estás haciendo?

— y-ya les dije, este es mi plan.

— ¿qué planeas hacer con ella? ¡Enfermo hijo de puta! — Gritó Seven.

— N-no se preocupen. No l-le voy a hacer nada. Si hace lo que le diga, la d-dejaré ir.

Empezó a retroceder sin soltar a Clover. Manteniendo la distancia, Junpei y los demás los siguieron. Finalmente, el hombre alcanzó el muro. Hizo un movimiento con la espalda cuando lo tocó, miro a su alrededor y habló:

— V-verifícalo– Ordenó el Noveno hombre a una confundida Clover– a la izquierda. El dispositivo e-en la pared. C-coloque su mano en el escáner, en la parte redonda.

— ¿y que, si no lo hago?

— ¿e-e-e-e-e-eres idiota? ¿Q-q-qué estás pensando? ¡Te c-c-cortaré el cuello! Te mataré si es necesario. Todo lo que necesito es tu brazalete. ¡Solo hazlo! ¡a-ahora!

Presionó el cuchillo contra el cuello de Clover, con fuerza. Clover estiró su mano izquierda hacia el dispositivo. Estaba de espaldas a él, así que tuvo que tocar a su alrededor por un momento antes de encontrar el panel circular. Hizo un frio ruido electrónico, y en la pantalla arriba de su mano apareció un asterisco.

Entonces así era cómo funcionaba, se dijo Junpei a sí mismo: colocando la palma de la mano en lo que el Noveno hombre llamó "el escáner" el número de usuario del brazalete podía ser introducido en el dispositivo.

"Si el total de los números de sus Brazaletes Numerados obtiene una Raíz Digital igual al número que aparece en la puerta, esta se abrirá". Junpei centró su atención en la puerta, el número de la puerta era cinco. El noveno hombre parecía conocer un poco más sobre el funcionamiento del dispositivo de lo que debería. ¿Cómo había sabido exactamente qué hacer?

— Bien... bien, así se hace. A-ahora...

Sus ojos inyectados en sangre se deslizaron de persona a persona hasta que se detuvieron en Ace.

— Tú, ¿cierto? Eres el que tiene el brazalete con el número uno, ¿no es así?

— Sí, soy yo, ¿entonces?

— e-entonces eres e-el siguiente. Sólo verifique su número como esta mocosa lo acaba de hacer.

Ace permaneció observando el escáner, pensando, tal vez, en lo que le acababan de ordenar.

— ¿Qué estás esperando? ¡Ha-hazlo! ¿N-no te importa lo que le p-pase a ella?

— Está bien, está bien. Sólo cálmate...

Ace levantó las manos, con las palmas hacia fuera. El noveno hombre hizo un gesto con la barbilla en dirección al dispositivo. Lentamente, cautelosamente, Ace avanzó. Después de lo que pareció ser una agonizante eternidad, llegó allí.

— Ahora... verifícalo.

Ace asintió y colocó la mano en el escáner. El dispositivo sonó de nuevo, y apareció un segundo asterisco. Ahora el dispositivo tenía los números de Clover y Ace.

Cinco.

Igual que el número escrito en la puerta. Pero esta no podía abrirse aun.

"de tres a cinco personas pueden pasar a través de una Puerta Numerada"

La puerta necesitaba por lo menos una persona más. ¿Quién podría ser?

999: 9 personas, 9 puertas, 9 horas(adaptación)Where stories live. Discover now