La voz era áspera, oscurecida de vez en cuando por el ruido de la estática. Pero aun así Junpei la reconoció. ¿Cómo podía haberla olvidado? Era la misma voz que había escuchado del hombre con la máscara de gas.

— ¡hey! ¡Imbécil! ¿Qué demonios es todo esto? ¡Ven acá! ¡Baja y da la cara! — exigió Silver.

— ¿Qué quieres de nosotros exactamente? — preguntó el Viejo León.

— Quiero que participen en un juego. Que para algunos de ustedes, lo sé, les es familiar: el Juego Nonario. Es un juego donde pondrán sus vidas en juego.

— ¿El Juego Nonario? — preguntó la bailarina.

— ¿Qué carajos es eso? — Gritó La Mole.

La voz continuó implacable:

— Las reglas del Juego Nonario las pueden encontrar con ustedes. Son reglas muy sencillas, léanlas.

— ¡Oigan! Hay algo en mi bolsillo, miren.

Silver metió la mano al bolsillo y sacó un trozo de papel. Los demás hicieron lo mismo y sacaron de sus bolsillos similares trozos de papel. Junpei los siguió y clavó su mano en los bolsillos del pantalón, sintió como el papel se contraía, ligeramente húmedo por su experiencia anterior.

— ¡Eh, yo también tengo uno!

— Entonces, parece que Zero nos ha honrado a cada uno con una carta. ¿Te importaría leerla para nosotros jovencito?

La solicitud iba dirigida a Junpei quien, después de un momento de sorpresa, hizo lo que el Viejo León le había pedido.

— "En este barco encontrarán varias puertas adornadas con números, las cuales llamaremos Puertas Numeradas. Las puertas que tienen en frente son un ejemplo de ellas. La llave que abre esas puertas son los Brazaletes Numerados, que cada uno tiene bajo su poder. Si el total de los números de sus Brazaletes Numerados obtiene una Raíz Digital igual al número que aparece en la puerta, esta se abrirá. Únicamente aquellos que abrieron la puerta pueden pasar. Hay, sin embargo, unos límites: de tres a cinco personas pueden pasar a través de una Puerta Numerada. Todos los que entren deben salir y todos los que entren deben aportar".

« Brazalete », Junpei entendió, tenía que ser la cosa que tenía en la muñeca. Miró a su alrededor, parecía que todo el mundo tenía uno también.

— "El propósito de este juego es simple: dejar el barco con vida. Esta escondida, pero pueden encontrar una salida. Encuentren una salida. Encuentren la puerta que tenga un nueve".

Junpei había llegado al final de la carta. Hubo un largo momento de silencio, y entonces el altavoz cobró vida una vez más:

— Permítanme decirles una última cosa. Como ustedes, sin duda, han supuesto, este barco ha empezado a hundirse. El 14 de Abril de 1912 el famoso trasatlántico Titanic chocó contra un iceberg. Después de permanecer a flote por dos horas y cuarenta minutos, se hundió en lo profundo de las aguas del Atlántico Norte. Yo les daré un poco más de tiempo: Nueve horas. Ese es el tiempo que les daré para que puedan escapar. Ahora, sin más dilación, demos inicio al juego. Les deseo la mejor de las suertes.

La voz terminó y el altavoz quedó en silencio.

El sonido de una campana hizo eco por todo el lugar. Venía de la sala de baile junto a las escaleras. Le tomó a los reunidos unos momentos rastrear el sonido que provenía del reloj antiguo incrustado en la pared.

Siete, ocho, nueve campanadas. El sonido de la novena campanada se desvaneció en el aire. La décima nunca llegó. Significaba que eran las nueve — posiblemente— de la noche. Cuando Junpei había mirado a través de la ventana de su celda, no había visto más que oscuridad. Tenía que ser de noche. De ser así, entonces ellos necesitaban escapar antes de las 6: 00 a.m. del siguiente día.

Silver gritó al altavoz con un lenguaje bastante pesado, lo suficientemente como para avergonzar a un marinero. El resto de los compañeros —incluido Junpei— estaban en silencio, sumergidos en sus propios pensamientos.

En todo esto, había algo que Junpei no entendía: ¿quién era Zero? ¿Qué era el Juego Nonario?, ¿Era este hombre un criminal que disfrutaba jugar con sus víctimas o, sencillamente, tenía otro propósito?, ¿Por qué habían sido elegidos para hacer parte de este enfermizo juego?

Sin embargo, la pregunta más importante que rondaba su mente estaba relacionada con Akane, ellos no se habían visto desde la escuela primaria, ¿Por qué había aparecido ahora? Era imposible que fuera una simple coincidencia, había una razón, no sabía cuál era exactamente, pero tenía que haber una razón.

999: 9 personas, 9 puertas, 9 horas(adaptación)Where stories live. Discover now