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ZOE

Al final había terminado haciendo lo mismo que la última vez; irrumpir en su oficina.
Yura me juró con su vida que Ji Yong se encontraba solo y que no iba a tener ningún problema. Por lo que, confiando en su palabra, me apresuré en abrir las grandes puertas que lo apartaban del mundo e ingresé como la primera vez, asomando la cabeza e inspeccionando el lugar. Todo estaba vacío, incluso Ji Yong no aparecía en mi campo de visión. Creí que Yura se había burlado de mí de nuevo pero yo tenía aquella sensación hormigueante rodeando mi piel, la única sensación con la que mi cuerpo reconoce la presencia de Ji Yong. Podría resultar poco creíble y nada probable, sin embargo nunca he fallado cuando siento su cercanía.

Y hoy no fue la excepción.

Cuando ingresé por completo para alcanzar aquellos lugares que mi vista no abarcaba por la inmensidad de la oficina, lo vi parado justo al frente del gran ventanal que tenía la vista del parque de cerezos.

Cuando me acerqué en silencio hacia él lo escuche respirar profundamente, como si quisiera expulsar alguna preocupación, noté también que un aura extraño le rodeaba. Mi corazón protestaba sintiéndose triste por alguna supuesta cosa que le estuviera pasando a Ji Yong. Y quise protegerlo, soportar todas sus preocupaciones y tomar todo su dolor.
Sé que exagero pero no puedo evitar la necesidad de protegerlo por más ligera que sea la sospecha.

Rodeé con mis brazos su cintura y lo abrace por la espalda acomodando mi cabeza en ella.

— ¿Te encuentras bien? — pregunté sujetándolo aún más fuerte.

No se sorprendió.
Se quedó quieto, dejando que mi abrazo le reconfortara un poco. Luego de retomar su postura se giró para responderme:

— Siempre que estés conmigo, estaré perfectamente. —Me acarició el rostro mientras me miraba con demasiada ternura. — Perfectamente — volvió a repetir y luego me besó.

Su lengua me acariciaba los labios con delicadeza. Más que hacer estallar mi libido, este tipo de beso, me erizaba la piel y las mariposas hacían lo suyo en mi estómago. Me sentía como una adolescente reconociendo la humedad de otra boca. Y me encantaba.

— ¿Se trata de las fotos? ¿Hay alguna información? — le pregunté después de terminar con nuestra demostración de amor.

Negó con la cabeza. — Es muy pronto para saber quién envió esas fotos, pero ya he descartado algunos sospechosos. No te preocupes por nada. — dijo mientras acomodaba mis cabellos rebeldes detrás de mi oreja.

— Esta bien. Lo dejo todo en tus manos.

Él sonrió orgulloso porque adoraba el voto de confianza. Rodeé los ojos para repeler su arrogancia, en ese instante pude ver sobre los hombros de Ji Yong la impresionante vista que tenía esa oficina.
El parque de cerezos comenzaba a desplegar todo su esplendor.

— ¡Wow! Esto es hermoso... — no exageraba. Las hojas habían comenzado a caer pintando toda la superficie del parque con ese bello color rosa. El viento soplaba alrededor y las alborotadas hojas parecían grandes copos de nieve. Era un espectáculo bellísimo.

Ji Yong tenía, además, el privilegio de admirar la naturaleza.

— ¿Qué dices? Yo no logro encontrar su belleza — dijo mirándome con genuina sorpresa y con un poco de preocupación, como si yo tuviera una discapacidad que no me permitía ver las cosas con claridad.

— ¿Cómo qué no? Es bellísimo, como una obra de arte natural.

— ¿Te gusta tanto?

— Me encanta.

Stay with me ¤ Ji Yong [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora