2

1.1K 61 15
                                    

JIYONG

Odio tener que despertar temprano, es lo único que detesto de mi vida ejecutiva pero si quiero hacer un buen trabajo y aprovechar el tiempo entonces debo empezar el día muy temprano. Incluso con eso muchas veces el día entero no alcanza para cumplir con las responsabilidades que tengo como presidente de una gran compañía.
Asumí la presidencia de la empresa después de la muerte de mi padre, justo cuando apenas terminaba la universidad. Desde aquel momento hasta ahora ha sido un sinfín de retos y oportunidades, en pocas palabras, mucho trabajo pero no me quejo creo que es lo único entretenido que he encontrado y ayuda mantener la mente ocupada.

La alarma vuelve a sonar y entonces pataleo para quitarme las sabanas de encima. Levanto mi cuerpo con flojera y de pronto una especie de imagen borrosa cruza por mi mente.

Oh mierda...

Me detengo para forzar mi memoria e identificar de qué se trata pero no obtengo resultados. Al final me quedo con esa angustiante sensación de haber soñado algo y no recordarlo.

¡Ugh!

Me pongo de pie y olvido el asunto porque hoy debe ser un gran día...
“Un gran día”
No lo había dicho desde los clásicos fines de semana en la facultad, donde las fiestas eran lo más esperado del día, los tragos y el sexo convertían la noche en el gran final.
Vaya que tiempos... ahora lo único que significa un “gran día” para mi es adquirir más dinero.

Después de una hora, y al frente del edificio de Kwon Corporation lanzo una mirada a lo alto de los 34 pisos que forman parte del edificio, y no puedo dejar de sentir algo de rabia, confieso que le guardo rencor a mi padre por permitir que algunas acciones de la empresa sean compradas por los gerentes de la corporación, dejándome atado a esa junta de directores que se formó después de su muerte. Se la razón y probablemente es lo que más me enfurece. Simple y sencillamente mi padre no confiaba en mí, quizá tenía miedo que arruine su compañía. Estaba claro que su empresa le importaba más que su propio hijo...
...siempre fue así.

A punto de atravesar las grandes puertas de cristal, esa maldita sensación de haber olvidado algo importante me atacó como si tuviera la necesidad de recordarlo

— ¡Hey tú!

— ¡Ay Carajo! — pego un brinco del susto.
¿Qué rayos? Giro y me encuentro con Taeyang y su saludo poco peculiar al que me ha obligado a acostúmbrame — Casi me matas del susto

— ¿Qué haces aquí parado?

— Estaba a punto de ingresar.

— Ah...

Meto la mano izquierda en el bolsillo de mi pantalón, con la mano derecha sujeto con más firmeza mi maletín y adelanto el paso totalmente orgulloso de mi posición. Ser el dueño de este edificio y de todos los demás a nombre de Kwon Corporation me llena de satisfacción, sobretodo del poder y el respeto que genera mi apellido. Mi apellido sí. Quizá es lo único bueno que me ha dejado mi padre. Las demás personas inclinan sus cabezas cuando me ven, se detienen para mostrar su respeto e incluso me seden el paso mirando al suelo.
Si... soy el dueño y así es como debe ser.

Hasta que mi mente recuerda otra vez esa imagen...

— Aishh

— ¿Qué pasa?

— Tengo la maldita sensación de haber soñado algo que no puedo record...

De pronto mis oídos captaron un ruido estruendoso y molesto. Gire para ubicar su origen y se trataba de una chica corriendo y al hacerlo golpeaba el suelo con sus tacones, era lógico, corría de una manera maratónica, me sorprendió que sus zapatos hayan sobrevivido a semejante carrera.

Stay with me ¤ Ji Yong [Finalizada]Where stories live. Discover now