VIII

468 41 5
                                    

Alec dejó a Magnus en el hospital, tenía que encontrar la forma de conseguir medio millón lo antes posible, podía perder también a mags.

Más tarde iría a su trabajó, su sueldo era bueno pero no suficiente, primero necesitaba informarle al resto del estado de Magnus.

Pronto llegó a la casa de los Lightwoods allí había pasado casi toda su vida junto a sus hermanos. Ahora el vivía con Magnus, Izzi con Simón y Jace con Clary. En casa sólo quedaron Robert, Maryce y .... Max.

Allí se encontraban todos necesitaban estar juntos para superar la partida del menor de los Lightwood.

—Jace llama a todos al comedor, tengo algo que decirles.—dijo Alec apenas puso un pie dentro de la casa.

En menos de cinco minutos todos estuvieron reunidos.

—¿Qué sucede Alec?—preguntó Izzi—¿Magnus esta bien?.

—Ojalá desaparezca—dijo Maryce como para misma, pero eso rompió la paciencia y serenidad de Alec.

—Madre, parece que el ángel esta pensando en cumplir tu deseó.—dijo Alec muy alterado.

—¿Que deseo?—preguntó Jace— vamos hombre, dinos que pasa, sin más rodeos.

—esta bien sin más rodeos, es simple—Alec uso la serenidad de un depredador a punto de dar un ataque mortal—¡¡Magnus puede morir en cualquier momento, y para salvarlo necesito medio millón de dólares!!

Todos se quedaron en silencio, procesando la información que acaban de recibir, después de un rato se escucharon los sollozos de Clary. Simón se acercó a Isabelle y la abrazó, allí ella rompió en llanto.

—no es justo, primero Max ahora... ahora Magnus—dijo aferrada a Simón.—el no debe morir.

—pero se lo merece—dijo Maryce y salió de la habitación.

—Izzi, amor esto no le hace bien al bebé—dijo Simón—vamos a que te calmes.

Simón e Isabelle abandonaron la habitación. Clary seguía llorando ahora más sonoramente, Jace se acercó a abrazarla, Robert no dijo nada sólo se retiró.

—te apoyaremos, conceguiremos el dinero—dijo Jace—sólo ten paciencia.

Alec tenia mucha paciencia, lo que no tenía era tiempo. El reloj de Magnus está a corriendo y podía detenerse en cualquier momento.

Llegó a su trabajó muy desanimado y perdido en sus pensamientos. Jia Penhallow la dueña del restaurante "la clave" que atendiera a.su cliente estrella y luego se podía ir a casa. Alec tomó la orden de Valentine Morgenstern y su hijo Jonathan, mientras lo hacía escucho parte de su conversación.

—padre, puede ser aquí, es un lugar público y podemos pasar desapercibidos sólo como unos amigos que salieron a comer.—dijo Jonathan el era un chico apuesto, parecía casi de la edad Alec, su cabello era rubio, casi blanco.

—no creo que sea seguro traer medio millón de dólares aquí— dijo Valentine.

—podemos venir cuando este por cerrar hay no abra muchos clientes— dijo el chico.

—esta bien, pasado mañana haremos la entrega aquí—dijo el hombre mayor.

Y eso le dio una idea a Alec.

podría robarle a Valentine, eso salvaría a Magnus pero le costaría la vida.

DuelesWhere stories live. Discover now