Clase 5

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El plan de Soul había fallado en su totalidad, quizá debió adelantarse a sus movimientos para evitar que su sobrina saliera de casa —¿Y no sabes a qué hora volverá más o menos?— se aventuró a preguntar inclinándose hacia adelante en su posición desde el sofá

—No me dijo, pero creo que volverá antes de las cinco— meditó Wes —Empiezo a creer que mi hija es la única razón por la que me visitas

—Qué va— negó Soul evidentemente divertido —Solo es curiosidad— intentó ser convincente. Si algo tenía Wes era aquello de percibir mentiras o problemas a kilómetros —¿Y bien?  ¿Pasamos a comer?

—Por supuesto— ambos se dirigieron al comedor. Una vez servida la comida la charla tuvo continuidad a pesar de que Soul tomaba bocados cada vez más grandes —Cálmate Soul, si que tenías hambre

—Eh... Si, claro que si— sonrió masticando el último trozo de filete —Muchísimas gracias— dijo limpiando su boca —Cuñada como siempre la comida estuvo deliciosa, Wes gracias por la invitación

La pareja observó un poco sorprendida por la velocidad que imprimía en sus acciones —No hay de qué

—Creo, que paso a retirarme— informó alisando su camisa —Buen provecho— se despidió levantando su plato y llevándolo al fregadero —Nos vemos— Dicho esto salió de la casa

—¿Estás seguro de que no pasa nada? — Denisse cuestionó con una mirada pícara a su marido

—Pues... No creo que sea por una mujer— Analizó Wes entendiendo la indirecta de su esposa —¿No tendrá que ver con mi hija?

El Evans menor se encontraba ya de camino al Shibusen. Mejor atacar de frente, se dijo para pisar el acelerador tomando un atajo que lo dejó a cinco minutos de la institución

Por su parte, Maka y su alumna terminaban de guardar sus cosas del ensayo, después de dos horas practicando el bailable por fin quedaron satisfechas con el resultado;  La puerta del salón se abrió dejando  entrar a un pequeño niño —¿Tía Maka?— asomó la mitad de su cuerpo observando el interior

—¡Ren!— la profesora giró la cabeza en su dirección mientras el pequeño corría con ella —¡Hola!— saludó enérgica cargando al muchachito —¿Cómo estás cariño?

—Bien tía

La mujer después de meditarlo se dió cuenta de algo muy importante —¿Y tu madre? No me dirás que llegaste hasta aquí solo ¿Verdad?

—No, la dejé atrás subiendo las escaleras— la rubia negó

—Eso no se hace, te pudo pasar algo— regañó de forma suave

—Si no te hace caso a tí, a mí menos me hará caso— otra mujer ingresaba al salón con una mochila en los hombros —Hola Maka

—Hola Blair ¿Cómo estás?— la rubia sonrió a su prima con el niño en brazos —Mira Ema, ella es mi prima Blair y su hijo Ren

—Mucho gusto— saludó la albina —Mi nombre es Ema

—Blair, encantada de conocerte— se presentó la recién llegada —Mi prima me ha dicho que eres una de las mejores alumnas, quizá puedas unirte a mi colectivo artístico

—¿Colectivo artístico?— el interés de Ema se disparó de inmediato

—Así es, mi prima tiene un colectivo artístico, reúne a personas talentosas en diferentes ámbitos y las ayuda a llegar tan lejos como se lo permita

—Y la señorita aquí presente me ayuda a encontrar talentos para musicales o baile ¿Te ha hablado de las becas disponibles en Suiza?— preguntó Blair

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