Nunca Lo Imaginé ||Libro 3|| Trilogía Nunca ✔

Capitulo 7: Otros ojos

Ross.

Mis padres no me han dejado de llamar para preguntar si mis hermanos han llegado bien, es que ninguno se ha dado cuenta que los tres ya estamos lo suficientemente grandes para saber qué es lo que hacemos de nuestras vidas, además yo no soy la niñera de ese par. No me mal entiendan, quiero mucho a mis hermanos. Pero los dos son muy grandes ya y yo tengo mi vida, una vida de mierda; pero una vida en fin.

En la última llamada que tuve con mis padres les informe que mis hermanos estaban bien y que ya habían aterrizado, lo que los dejo tranquilos y por ende han dejado de llamarme. Son las ocho de la noche y ya estoy llegando tarde a la cena con mis hermanos, sé que Kate me dirá de todo en cuanto me vea, pero la empresa demanda mucho de mi atención y más ahora que llego Annie.

En estos días que lleva en la presidencia lo ha hecho bien y debo aceptar que he quedado sorprendido, pero aún tengo mis dudas con respecto a cómo pueda seguir al frente y sé que puede ser capaz de todo lo que se proponga. Aunque está pasando por momentos personales muy fuertes. Solo espero que actúe como toda una mujer, como esa mujer que nos mostró a todos en la reunión de presentación y tiene que mantenerse así de fuerte y ágil, o de lo contrario los socios se la comerán viva y eso no será nada bueno para la empresa.

Ahora Britt está esperando un mínimo error por parte de Annie para pedir su cabeza, él no ha parado de intentar convencerme de que yo soy el indicado para el puesto y no lo dudo, pero sé que ella también es capaz o de lo contrario mi tía Isabella no la hubiera dejado al frente. Se que tengo que dejar de ver a Annie como una niña, como la niña que yo cuide y no puedo, y creo que nunca podre. Ella es como mi hermanita pequeña y siempre será así, eso jamás va a cambiar.

Estaciono mi coche y antes de poder bajar mi teléfono suena, me fijo el identificador y veo que es Kate. Decido no responder, si lo hago me podría dejar sordo y además, estoy por entrar al restaurante.

Mientras camino hacia la entrada veo la fila enorme que hay para entrar y como no, si este lugar es uno de los más populares de Los Ángeles y no solo por su gastronomía, sino que también por el club que esta sobre este. Sabor latino es un restaurante muy impresionante, en donde tiene un menú variado de diversos países de toda Latinoamérica y su club tiene toda clase de música latina, algo que a las personas les encanta.

Entro en el lugar y me acerco a la chica que se encuentra allí, ella al verse endereza el cuerpo y me regala una sonrisa blanca. Le digo mi nombre y me pide que la acompañe hasta mi mesa, entramos al salón donde se encuentran las mesas y este lugar es enorme, su arquitectura es muy moderna y familiar.

Las paredes son de un color crema con diversas fotografías de lugares latinoamericanos, de sus paisajes, su gente, su comida y ciudades; también tiene las banderas de cada país. Las mesas son de diversos tamaños, su decoración consta de manteles blancos y en el centro un pequeño arreglo de flores. No es nada lujoso, pero tampoco sencillo.

A medida que avanzó puedo divisar a mis hermanos, Mike está bebiendo una cerveza y Kate está pegada al teléfono, con quien sea que esté hablando la está haciendo reír a grandes carcajadas. Mis hermanos y yo no nos parecemos en nada, en realidad ninguno se parece al otro y es realmente gracioso, algunas personas muchas veces piensan que Kate puede ser pareja de alguno de nosotros.

Mike Jones, es un chico alto, rubio, con un cuerpo de gimnasio, ojos color ámbar como los de mi madre y su cabello es algo ondulado, pero no por completo y mi pequeña hermana, bueno ella es todo lo contrario a nosotros dos. Kate Jones, es una chica alta, pero no tanto como nosotros, es de tez morena, su cabello castaño es ondulado desde la raíz y sus ojos son celestes como los de mi padre, Edmon. Y yo bueno..., soy alto, de ojos color verde, cabello castaño claro y es más rubio que castaño, y todo porque me parezco a mi padre biológico.