Veintidós

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Mai no supo que responder a eso, aunque había sospechado algo así desde el principio.

-Lo lamento. No quise ser imprudente...

-Esta bien. Son sólo cicatrices. Dejaron de doler hace tiempo-le dijo la muchacha, quien guardo silencio después de eso.

El pequeño Set llegó junto a Sora, para invitarla a jugar junto a él y otros niños. La muchacha se levantó con ayuda de las muletas y fue con el niño. "La gallinita ciega" se llamaba el juego en que uno de los participantes debía cubrirse los ojos, para buscar a los demás que se movían a su alrededor. Mai se quedó observando a Sora y no sólo ella también,Trunks a quien le llamó la atención la facilidad con que la muchacha ubicaba a los niños. No lo había notado antes,pero la presencia de esa muchacha era muy débil. Fácilmente de confundiría con un animalito.

-Parece que se lleva bien con los niños-comentó el muchacho, tomando por sorpresa a Mai.

-Asi parece...Es una persona algo extraña-señalo la mujer-A su lado me siento en calma y a la vez transmite mucha melancolía...

-Seguramente...-la frase de Trunks se cortó y llevó su mano a la empuñadura de su espada-¡Black!-exclamó.

-¡Rápido,todos a dentro!-grito Mai.

El miedo se apoderó de todos los que oyeron aquella exclamación.
Todas las personas corrieron a ocultarse. Sora en cambio se quedó de pie mirando en la dirección en la que ese muchacho había salido volando. Ese jóven volaba igual que los dioses y fue algo que la sorprendió bastante en primera instancia,aunque luego de meditarlo concluyó que no tenía porque extrañarle,
después de todo si ese muchacho se enfrentaba al dios Black era porque debía tener un poder similar. Sus pensamientos fueron interrumpidos por Set, quién la tomo de la ropa para hacerla ir a dentro.

En el interior de ese almacén, Sora se encontró con un panorama bastante deprimente. Nunca antes había visto o percibido una escena como esa: miedo,tristeza,angustia; desolación. Las personas estaban acurrucadas como cachorros mojados;temblaban. Algunos amparaban a los niños,otros formaban grupos y los hombres armados que vestían igual, sostenían sus armas con la expresión de un zorro ante un cazador. Ella se quedó de pie un momento,luego se sentó en una silla. Aquel niño estaba aferrado a su ropa.Tenia unos ocho años y su miedo era evidente,hasta en su aroma. Sora lo levantó en sus brazos y sentó en su regazo para luego llevarlo contra su pecho y hacerle caricias para confortarlo. Ella no había sido consolada nunca,no sabía cómo hacerlo, pero pensó que hacerle escuchar su corazón y rodearlo con sus brazos era una buena forma de hacerle ver que ella estaba ahí y comprendía lo que sentía.

-Señorita,Sora ¿Vamos a morir?

-No lo sé-le dijo Sora-Pero morir no es algo que debas ver con temor,Set.

-Pero debe doler mucho y además...-dijo el niño,pero se puso a llorar y no volvió a hablar.

No sabía cómo explicarle a un niño su visión de la muerte. Probablemente no la entendería. Así que pensó en otra cosa. Se puso a cantar. Canto una suave canción,con una letra muy bonita,pero fue su voz dulce y calmada lo que hizo a esas personas acercarse para oír con atención.Atrapados por esos versos y la inocente calma melancólica de la muchacha, olvidaron por un momento la contienda que se desataba afuera.

Cuando Mai entró ayudando a caminar a Trunks,se sorprendió al encontrar esa atmósfera de calma en ese lugar,donde siempre reinaba el estrés,el miedo y la angustia. Pidió ayuda y unos hombres fueron hasta a ella para ayudarla a llevar a Trunks hacia los biombos blancos que hacían de enfermería. Sora olfateo el aire y se levantó de la silla dejando a Set en el suelo,para ir hacia donde estaba el muchacho.
Se asomó a ver,pero ya antes había escuchado que Black había lastimado los ojos de Trunks, temían que fuera permanente.

-Es una lesión menor-dijo Sora-En una semana o menos estará bien.

Mai volteo a ver a la muchacha algo confundida.

-¿Estás segura?-le preguntó.

Sora se aproximó a Trunks y acercó su rostro al suyo para poder sentir mejor el aroma que desprendían esos ojos cerrados. Al estar él sentado y ser más alto,la muchacha se vio obligada a apoyar sus manos en las piernas del muchacho y al hacerlo es que noto algo que se robo su atención.

-Tus ojos estarán bien,sólo deben ser limpiados con frecuencia, pero tu pierna derecha tiene un desgarro que podría traerte algunos problemas-le dijo la muchacha-La lesión más grave radica en tu espalda. Seguramente recibiste un golpe bastante fuerte.

Trunks quedó bastante sorprendido,pues de hecho la violenta patada que Black descargo en su espalda lo dejo bastante dolorido.

-¿Crees que puedas ayudarme con mis ojos,Sora?-le preguntó el muchacho.

-Sí consigo algunas hierbas, podría curarte en tres días.

-Pero aquí no hay vegetación como en las montañas-le dijo Mai algo resignada.

-Puedo olerlas no lejos de aquí-señalo la muchacha.

Mai dijo que la acompañaría a buscarlas y Sora aceptó. Las hierbas eran sólo malezas,según Mai. Saber que tenían propiedades antioxidantes y antisépticas fue algo completamente nuevo para ella. Por la tarde la muchacha se encargó de curar los ojos de Trunks y con respecto a su espalda,todo lo que hizo fue hacer presión en ciertos puntos y enseguida este sintió un gran alivio. Mai tuvo que salir para encargarse de cosas que a Sora le eran irrelevantes y eso le permitió quedarse a solas con el hombre que se oponía a los dioses. Ella no busco la circunstancia,esta sólo se le presentó solamente. No sabía cómo hacer esas preguntas que había formulado en su cabeza, pero no tuvo que iniciar ella la conversación.

-¿Sora sabes lo que es el ki?-le pregunto Trunks,repentinamente mientras, ella le vendaba los ojos.

-No...-contesto la muchacha.

-Es esa energía que percibes en las personas-le explicó Trunks con la certeza de que ella tenía la habilidad de sentir el ki.

Ese pequeño diálogo le permitió al muchacho concluir que Sora había adquirido esa habilidad naturalmente. Probablemente debido a su vida en las montañas. Una vez su madre le habló de que cuando conoció al señor Goku,este era como un animal silvestre,que tenía un olfato agudizimo entre otras facultades adquiridas por crecer en la naturaleza.

-Mi abuela lo llamaba aura-le dijo Sora-Decía que era el aliento de vida que nos dieron los dioses.

-Dioses...-repitió Trunks con algo de desdén por la palabra.

-Sí,los dioses.Aquellos que nos crearon,dieron este mundo y pusieron en el lo que necesitamos para vivir.

-Los dioses no son tan como piensas Sora-le dijo Trunks con una sonrisa recordando al kamisama que había conocido y también al Supremo Kaiosama.

-¿Y cómo son?

-Más parecidos a nosotros de lo que crees...

-Creo que sería correcto decir que nosotros somos más parecidos a ellos de lo que ellos estarían dispuestos a admitir-le dijo Sora.

Ese comentario llamó la atención de Trunks.

-Hablas como si conocieras a uno...

-Lo mismo haces tú-replico Sora con serenidad.

-Es que yo si he conocido a algunos dioses-le dijo el muchacho.

-¿Te refieres a Black?

-¡Él no es un dios!

-¿Por qué no?

-Porque los dioses no pueden tener un comportamiento tan déspota contra la humanidad...

-¿Y por qué no?-le preguntó la muchacha terminando el vendaje.

-¡Por qué es correcto matar a..!

-Ese no es un buen argumento-le interrumpió Sora-Matar no es correcto entre los humanos para empezar,pero puedes darme una razón más allá de la moral,la legal y la social

Aquella pregunta tomó por sorpresa al muchacho. Que no supo que responder, ni a que venía ese cuestionamiento.

-Dime,Trunks ¿Por qué no es correcto matar a otra persona?-insistió Sora.

Los ojos de la inocenciaWhere stories live. Discover now