confiesalo;

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Paró en seco, observó la puerta frente a él, la cuál de pronto se sentía tan grande, tan intimidante que no estaba seguro de si debía aventurarse, por primera vez le tuvo miedo, y sintió una especie de hormigueo que le advertía lo que podía suceder.

Tomó aire de forma desesperada, esperaba con ello poder calmarse. Las pocas personas que pasaban por el pasillos, miraban curiosos a ese chico que no parecía más que un manojo de nervios.

Tocó la manija y se forzó a entrar.

Al poner el primer pie dentro del salón se encontró con su profesor relajado, leyendo algún libro que no conocía, con un par de lentes puestos, ajeno a cualquier situación que rondaba en las redes sociales.

Aún era feliz.

-Profesor...- llamó su atención.

El mayor se retiró los lentes y observó curioso, aun sin saber porque la presencia de su alumno en su salón cuando aún no era la hora para tomar una cátedra.

Lo primero que captó su atención fue lo nervioso que esté lucía. Quizá era algo relacionado con YoungJae.

-Hola, ¿Pasa algo?- cuestionó.

Cerró el libro que tenía entre manos y lo miró atento.

-Yo...- de nuevo, no sabía ni siquiera que decir.

-¿Pasó algo con YoungJae?

-No, eso no tiene caso, ya no.-aclaró.

JaeBeom elevó sus cejas, sin poder creer lo que escuchaba, ¿Que pasaba con él? YoungJae era un buen chico y era seguro que podían ser una gran pareja.

Frunció el ceño y se limitó a preguntar: -¿No funcionó?

-No es eso, deje de preguntar que estoy tratando de decirle que su esposo lo engaña.- refunfuñó.

De inmediato tapó su boca con su manos, JaeBeom soltó una risa, sin entender, estaba desconcertado. Por inercia negó, pensó que estaba diciendo cosas sin sentido o que le jugaba una mala broma.

-Mark...-se burló.- deja de hacer bromas.

El menor frunció su entrecejo, para luego negar de forma efusiva.

Sabía que lo dijo sin ningún tipo de filtro, y que podía sonar estúpido, pero no iba a mentir con un tema tan delicado como esa, más si se trataba de un profesor que por lo menos respetaba.

-Es verdad -refutó.

Se miraron a los ojos, JaeBeom sólo soltó otra risa.

-Vamos, deja de hacer eso, si con eso buscas una oportunidad para tu amigo de una vez por todas te digo que no.

-¿Oportunidad?- ladeó su rostro confundido.

-Lo he visto, por cierto, puedes decirle que deje de verme tan...

-Espere... ¿YuGyeom hace eso?- un gesto de asco se apareció en sus labios. - iugh.

-Oye no soy tan feo para que digas eso.

-Ese no es el caso, su esposo...- trato de regresar al tema.

-Mi esposo es mi esposo. -no le dio oportunidad de seguir.

JaeBeom por su lado no entendía a qué jugaba su alumno, porque tenía entendido que ese chico no tenía ningún tipo de sentimiento hacía él, y tampoco parecía estar de lado de ese amigo raro suyo.

-Y le es infiel.- reafirmó.

-Ya te dije, no digas cosas que no tienen nada que ver.- volvió a negar con una sonrisa.

Mark no quería recurrir a la evidencia, era lo que menos deseaba, pero a este punto lo hacía difícil, no quería verse ligado a esa evidencia, no quería decirle que la foto estaba en todo internet, al menos en el círculo estudiantil.

-¡ES QUE ES LA VERDAD!- gritó molesto.

Ya no tenía paciencia y podía notar cuan escéptico era con el tema de su pareja, como si JinYoung fuese un ángel y todo el mundo estuviese mal menos ese tipo.

- ¡SU ESPOSO ES UN JODIDO INFIEL!- explotó.

Su paciencia podría verse reducida en momentos específicos más cuando se trataba de aquellos dónde pensaban que les tomaba el pelo.

JaeBeom dejó de sonreír, su ceño se frunció y sus labios se posicionaron en una línea recta, miró el ligero color rojo de las orejas de su alumno junto con aquel rostro lleno de molestia.

-Debes de...

-No estoy bromeando.- sus ojos desprendían sinceridad entremezclado molestia.

-Necesito pruebas. - declaró aun sin creer en lo que confesaba el chico, negándose a confiar en él.

- ¿Quiere pruebas?- retó.

Mark no era un chico de bromas, no cuando se trataba de esos temas, estaba desesperado por hacerlo entender, así que dejó de pensar en lo que trató de evitar todo el rato.

- Bien le daré pruebas.

Mark tomó su teléfono, buscó sin mucho esfuerzo alguno de los post de aquellas persona que compartieron el chisme en línea, para después ponerlo frente a sus ojos.

JaeBeom apenas le echó un ojo y de inmediato le arrebató su teléfono para mirar con mayor precisión las fotos.

Pasó de ver estas a mirar los comentarios, algunos burlándose y otros apoyándolo, ¿Desde cuándo su vida se había vuelto pública? ¿De dónde habían salido esas fotos? No sabía ni que creer, su esposo lo engañaba con el secretario, con un carajo, y él no se había dado cuenta.

¿Qué debía sentir? ¿Qué debía hacer? ¿Cómo debía hacerlo? Sus ojos se quedaron mirando la pantalla.

Lo miró, y aquel arrebato de furia lo hizo entender que era lo que acababa de hacer. Sintió culpa, verdadera culpa, pero sabía que era algo que debía hacer, tarde o temprano lo iba a descubrir.

-Yo... los había visto antes de esas fotos...- confesó.

No quería quedar con ningún arrepentimiento, no quería guardarse nada ahora que lo sabía.

-Vete.

-Lo lamento.

-Necesito estar a solas, vete por favor.- rogó entregándole el teléfono y casi empujándolo hacía la puerta.

-Yo...

-No digas más, después hablamos ¿Si?

Lo empujó fuera del salón, le dio su telefono y lo dejó afuera.

El castaño se quedó parado, apenas podía procesar lo que sucedió, no pudo mover ni un músculo, y antes de poder hacer algo escuchó un golpe en seco, tan fuerte que lo hizo saltar del miedo, quiso acercarse pero apenas pegó la cabeza contra la puerta escuchó un par de sollozos, su profesor estaba en su momento más susceptible.

Dejó su mano recargada sobre la puerta y sintió su corazón estrujarse, no le gustaría nunca pasar por algo así en su vida.

No quería verlo sufrir, tanto como no quería verse a sí mismo en ese ciclo vicioso.

Se quedó ahí fuera, como si ello le diera alguna especie de apoyo a ese hombre que justo ahora esperaba pasando por el peor momento de su vida.

engáñame; jjp; markbeom [reescribiendo]Where stories live. Discover now