Capítulo 46: Caminante de mentes

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Después de un par de horas de entrenamiento la noche ya había caído y con ella me caí al suelo por quinta vez que me derrumbaba Nevra, totalmente sudada y roja.

– Has perdido un poco tu toque – se tumbó a mi lado.

– ¡Cállate! ¡Tú ni te has despeinado! – respiré agitada y le miré – ¡Ni una gota de sudor!

– Es lo que tiene ser vampiro – sonrió de lado.

– No es justo...– me di la vuelta y me senté sobre él a horcajadas y comencé a despeinarle. – Mejor... Aunque no fuera por el entrenamiento al menos no soy la única que parece un desastre.

– Te ves muy sexy...– dijo observándome con su ojo gris de arriba abajo mientras se mordía el labio. Se apoyó en los codos sin dejar de mirarme, incorporándose un poco.

– Claro, sudada y toda roja, ideal para seducir...– le miré, se acercó a mí, retiró mi cabello a un lado y comenzó a besar mi cuello mientras sus manos tomaban mis caderas.

– A mi encanta... Y aun se me ocurre una buena idea de cómo acabar este entrenamiento...– siguió besando mi cuello y no evité soltar un suspiro.

– Nevra...Puede venir cualquiera...Y vernos...– perdí mis manos en sus cabellos, aunque no negaré que resultaba excitante el lugar.

– Estamos detrás del sauce... Nadie nos verá...Aparte...soy su Jefe de Guardia...Esto es una orden...– sonrió con picardía sin dejar de mirarme con lujuria.

Tomó mi cuello y me besó con un deseo ardiente, perdiendo sus manos por mi cuerpo. Me dejé llevar por sus caricias, deseando que nadie nos hubiera oído ni visto.

Después de eso y un buen baño caliente con una copa de vino, nos fuimos a dormir.

Al día siguiente decidí por fin poner en práctica lo que leía del libro con Umbra o con Shaitán. No estaba segura de que eso fuera a funcionar con familiares, el libro no te decía lo contrario, pero tampoco lo afirmaba.

– Bueno pequeña mía... ¿Te importa si indago en tu mente? – Umbra me miró e hizo aman de un pequeño maullido.

– ¿Qué harás? – Nevra me miró curioso desde su sitio.

– Probar lo que hace tu madre con Umbra... Capaz funciona...– le miré – Deja de mirarme que tienes que traducir.

– Malvada...– suspiró y volvió a lo suyo.

Miré a Umbra que estaba sobre mis piernas. La acaricié y leí el capítulo en el que te hablaban de la introducción de tu subconsciente en la mente de otro.

Respiré hondo y coloqué mis manos sobre la cabeza de Umbra. Visualicé como mi ser recorría mi cuerpo y pasaba por mis brazos, para acabar en mis manos y luego fusionarme en una conciencia que no era la mía.

Veía en mi mente lo que mi familiar estaba viendo en ese momento. Se lamía sus patas y echó un vistazo hacia Shaitán, que estaba en los pies de Nevra comiendo una gallyflor.

– Bien...Ahora...déjame ver más atrás...– intenté hacer que Umbra retrocediera en sus pensamientos.

Acabé en el sauce, corriendo de un lado a otro, persiguiendo a un minaloo. Sonreí viendo lo bien que se lo pasaba Umbra con los demás familiares.

Fui yendo más atrás y vi que estaba en el Jardín de la Música en Eel. Estaba sobre mis piernas y oía la voz de Jinrei hablarme y de repente no vi nada, era todo negro, no había sonido, no había nada. Lo siguiente que vi fue mi rostro llorando mientras la abrazaba. Era cuando Jinrei la mató.

Otro mundo [Libro 1][Eldarya][Nevra][COMPLETA]Where stories live. Discover now