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╭─━━━━━─╯RECHAZO╰─━━━━━─╮

Harry estaba impresionado por la manera en la que se sentía, estaba en la cúspide de aquella hermosa travesía que estaba viviendo con Ania Shafiq, no podía entender lo mucho que la necesitaba a pesar de saber absolutamente toda la verdad acerca de...

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Harry estaba impresionado por la manera en la que se sentía, estaba en la cúspide de aquella hermosa travesía que estaba viviendo con Ania Shafiq, no podía entender lo mucho que la necesitaba a pesar de saber absolutamente toda la verdad acerca de ella.

Sabía que Ania no lo necesitaba de la manera en la que él lo hacía, sabía que para ella, él era un simple juego, que no era nada importante y que no hacía ni un solo cambio si estaba en su vida o no, pero Harry había aprendido a vivir con eso desde que la conoció.

Después de terminar con su primera sesión de besos recibió varios puñetazos y alguna que otra patada, pero era lo menos que esperaba después de haberla traicionado y por haberla besado sin su consentimiento, un trato justo.

No podía dejar de pensar que la chica era fantástica, no podía dejar de pensar que la adoraba y que era increíble la personalidad tan fuerte que tenía, y que sin embargo había logrado traspasarla, podía alardear de que era una de las personas que más la conocía, solamente que no lo hacía por miedo a terminar en una cama por unas semanas, meses quizás.

Harry simplemente estaba viviendo el presente, sin preocuparse en que estaba destinado a matar a lord Voldemort, estaba decidido a olvidar que fuera de ese castillo habían varios horrocruxes que mantenían a Voldemort poderoso e invulnerable a cualquier ataque y que esperaban por ser destruidos y solamente recordaba todo eso en sus sesiones con Dumbledore, un comportamiento que Hermione no aceptaba.

Después de pensarlo había llegado a la conclusión de que no debía contarles a sus amigos lo que había pasado con Ania, mucho menos sus secretos, no quería que la chica lo tratase de traidor de nuevo y esta vez sí lo matase.

Así que solamente se dedicaba a sus largas sesiones de besos con la pelinegra y recordaba de vez en cuando todo el asunto con Voldemort, actividades que lo mantenían feliz por el momento.

Y si Harry estaba empeñado en que Draco era un mortífago no se comparaba a la repentina sospecha que tenía Hermione sobre si Ania era parte de los mortífagos y parecía como si se empeñara a sacárselo por accidente a Harry, pero eso era lo único que Harry no sabía de Ania, la chica nunca contestó esa pregunta y le odiaría si le preguntase pues ya habían superado esa parte.

Pero Harry sabía que Hermione no se rendiría, y eso le preocupaba, no por Ania, sino por la castaña, estaba seguro que Ania le lanzaría una maldición si se enteraba de las sospechas de su amiga, en algún punto de sus conversaciones la chica había mencionado lo mucho que detestaba a Hermione y que no desperdiciaría la oportunidad de descargar su odio.

Y Ania no esperó mucho para eso.

Aquella tarde Harry entró a la biblioteca dispuesto a hacer sus deberes junto a Hermione, pero en su lugar se encontró a Ginny que en cuanto lo vio entrar en la biblioteca le hizo señas para que se sentara a su lado.

Tenebris [ Harry J. Potter ]Onde histórias criam vida. Descubra agora