Tenebris [ Harry J. Potter ]

006

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Ania estaba en la sala de menesteres esperando a Malfoy echando chispas, estaba demasiado molesta con el rubio, la había hecho trabajar en el armario, sola, por tres días y estaba bastante cansada de eso.

La puerta de la sala se abrió y por ella entró el rubio con su escoba y con su traje de quidditch, la pelinegra negó.

—Me voy al partido, te toca el armario... —le dijo el chico, ella entrecerró los ojos con furia.

—¿Y si comes mierda, Malfoy? —el mencionado arqueó las cejas y ella ladeó la cabeza.

—¿Perdón? —dijo él bastante ofendido.

—Ni creas que me voy a quedar —le dijo Ania doblando los brazos en su pecho.

—¿Y qué vas a hacer?, ¿Vas a dejar esto tirado? —gritó el chico con enfado, haciendo que ella se molestase más.

—Te recuerdo que fuiste tú quien dejó esto tirado —ella comenzó a levantar la voz, Draco se encogió un poco, pero aun así conservó su expresión de enojo —. Así que no, no me voy a quedar, quédate tú.

—Tengo partido —le dijo él.

—¿Crees que me interesa? —repuso ella, claro que le interesaba, pero no iba a decirle —. Llevo tres días trabajando en esta basura.

—Me voy al partido —le avisó Malfoy.

—Bajo tu propia responsabilidad —dijo Ania caminando a la salida. Draco bufó pero no se movió.

—¿Y qué voy a hacer con el maldito juego, entonces? —ella se volteó para darle la cara y sonrió.

—Yo juego —dijo la chica con inocencia, Draco rio con sarcasmo.

—Ni siquiera sabes jugar, Shafiq —ella frunció el ceño.

—Entonces que pongan al primer idiota que encuentren en tu puesto —se volvió a dar la vuelta dispuesta a salir —, total a mí me da igual ese partido.

—Ten la maldita escoba, Shafiq —Ania se volteó, triunfante y tomó la escoba de Malfoy.

—¿Y mi uniforme? —para ese punto Draco estaba furioso, Ania miraba el uniforme del rubio y el negó.

—Ni lo pienses —ella se encogió de hombros.

—Entonces no podré jugar —Draco bufó.

—No tengo una túnica para cubrirme —Ania recorrió el lugar con los ojos y se acercó a un destartalado armario, en donde encontró varias túnicas.

—Qué casualidad, encontré varias túnicas en la sala que te da lo que necesitas —Draco le arrebató las túnicas de la mano.

—Date la vuelta —le dijo el chico, ella se rio, pero no hizo caso y Draco, como estaba bastante frustrado y molesto, empezó a desvestirse tratando de retarla, y ella simplemente estaba ahí parada con una sonrisa juguetona.