Tenebris [ Harry J. Potter ]

005

╭─━━━━━─╯TRATO╰─━━━━━─╮

No es que Harry Potter fuera un acosador, en absoluto, solo le intrigaba la manera en la que Ania Shafiq y Draco Malfoy desaparecían del mapa del merodeador por horas.

Tenía grandes sospechas sobre ese par que nadie decidía creer, sus dos mejores amigos, Hermione y Ron, lo tomaban por loco cuando les decía lo que creía de ellos, simplemente les parecía ilógico que Voldemort necesitase a un par de adolescentes entre sus filas, y en cierta manera a Harry también, pero había algo que se lo decía constantemente.

Definitivamente algo tramaban, pero, ¿Y si no era así?, entonces, ¿Por qué aquel par pasaba tanto tiempo juntos?, últimamente veía las cosas muy raras, se molestaba por cosas que no deberían siquiera importarle, por ejemplo, todo lo que relacionaba a Ania con Draco Malfoy; le molestaba verlos siempre tan juntos, con sus cabezas tan pegadas, hablando de quién sabe qué, le molestaba la manera en la que ella siempre buscaba al rubio, le molestaba ver que siempre salían juntos del Gran Comedor, y rabiaba cuando veía a la chica susurrarle cosas al oído, eso había sido una vez, pero claro que lo había hecho rabiar, ¿Qué había sido eso Merlín?

Quería creer que todo eso era normal, ¿Lo era?, claro que lo era, total, lo único que al chico le interesaba de ella era saber si realmente era la culpable de lo que le había pasado a Katie, pero aun así no podía evitar esas emociones y las odiaba, no significaban nada pero no lo dejaban ser.

A pesar de todos esos sentimientos tan confusos llegaban otros mucho más confusos cuando llegaba a compartir tiempo con la Slytherin, era extraña la manera en la que sus ojos lo hechizaban, era tan extraño como la sola presencia de Ania lo atraía intensamente, él era la presa y ella el cazador y cada vez que hablaban sentía que lo atrapaba. Ania Shafiq le parecía fascinante.

Sin embargo, cuando volvía a su cama en la habitación de Gryffindor recordaba lo que había visto en el pensadero de Dumbledore, parecía imposible que se tratase de ella, se veía tan inocente y malditamente peligrosa a la vez, que no sabía qué creer de ella.

Tenía muchas dudas sobre ella y cada vez que hablaba lo único que hacía era intensificarlas, no podía ser tan mala, ¿O sí?

Harry se levantó esa mañana sin la intención de nada, tenía entrenamiento ese día, definitivamente tenía que recuperarse de la baja de Katie, sin ella el equipo se vendría abajo. Bajó al Gran comedor que estaba bastante vacío gracias a que era sábado y muy temprano, eso no impidió que Ania Shafiq y Draco Malfoy ya estuvieran juntos en la mesa de Slytherin hablando por lo bajo.

Algo se revolvió en el interior de pelinegro, pero no mostró ninguna otra señal de haber notado a aquellos chicos. La pelinegra también lo vio y no le quitó la mirada hasta que lo vio sentado en la mesa de Gryffindor y después no mostró señal de haberlo visto, ni un saludo, ni siquiera una sonrisa, solo una simple mirada y a Harry eso le bastaba.