Capitulo 7 (Un visitante inesperado)

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El miedo y el caos gobernaban las calles de la ciudad, hordas de muertos vivientes y criaturas horripilantes junto con abominaciones se expandían mas haya de la ciudad a otros lugares como ciudades vecinas y poblados cercanos.

Pero para Selene el tiempo parecía haberse detenido. Sumida en el dolor y la angustia por la muerte del ultimo hombre al que había amado permitió que todo el peso de la culpa cayera sobre ella tal como un partillo aplasta un clavo.

No tenia ni idea que clase de hechicería había usado Mal'ganis, pero fuera lo que fuera estaba mas allá de sus conocimientos. El pánico la invadió cuando el cuerpo de David comenzó a marchitarse a una velocidad nunca antes vista, su piel comenzó a secarse y desprenderse, como si todo su ser comenzara a volverse polvo. Hasta que lentamente lo consumió por completo, dejando en el suelo nada mas que las cenizas de lo que alguna vez fue David.

Sentía un vacío tan grande en su alma como nunca antes había sentido. Se le hizo un nudo en la garganta mientras lloraba, a medida que una opresión se instalaba en su pecho. David estaba muerto, el mundo se estaba desmoronando a pedazos y los seres queridos que le quedaban estaban ahora ante una amenaza sin precedentes. ¿Acaso la muerte había venido en persona a reclamar a todos aquellos a quienes amaba, solo para dejarla a ella como la ultima?. ¿Era acaso esto un castigo divino por todas sus transgresiones?

Te he fallado, David... Me he fallado a mí misma.

En ese momento, un cuervo descendió lentamente del cielo. Sintió ganas de echar a correr para espantarlo y ahuyentarlo de ella para poder sufrir apropiadamente; pero aquel pájaro solo hacía lo que su naturaleza le dictaba. No poseía una conciencia que le indicara que lo que estaba haciendo era ofensivo para la sensibilidad del ser humano. Selene observó al cuervo un instante y, entonces, no pudo creer lo que veían sus ojos.

El ave comenzó a difuminarse, a cambiar y crecer, de modo que, donde momentos antes se había posado un carroñero, se alzaba un hombre. Era alto y de espaldas anchas, y lucía una capa que parecía hecha de unas plumas negras y brillantes. Si bien una capucha ocultaba sus rasgos, sus ojos brillaban con intensidad cuando se alzaron para observarla. La barba poblada de mechones grises adornaba su mandíbula. Sostenía un bastón muy extraño en el la punta tenia tallado un cuervo. Selene se quedó boquiabierta.

El hombre inclinó la cabeza y le obsequió una extraña sonrisa con la que le dijo sin pronunciar palabra. "Debemos hablar".

"¿Que es esto?" .Cuestiono Selene mientras se estiraba para tomar la espada de David.

"Un gesto innecesario, mi señora" Dijo el encapuchado. "Te puedo asegurar que no soy una amenaza para ti"

La mano de la espada tembló en la mano de Selene.

"¿Que quieres?" Pregunto Selene

"Advertirte" El hombre avanzo con cautela hacia ella. "¡Esta tierra ya está perdida! La sombra de la muerte ya ha caído y nada de lo que hagan pueden cambiarlo. Si de verdad quieres salvar tu vida y a tu gente, guíalos hacia el otro lado del mar... hacia el oeste."

Selene frunció el seño, de que diablos estaba hablando este tipo.

"¿De que estas hablando?"

"Los muertos de esta tierra permanecerán inmóviles por el momento, pero no te dejes engañar. Enfrentarlos aquí será inútil. solo encontraran la muerte al final."

Aquellas palabras que le esperó sin miramientos hicieron que Selene se estremeciera.

"¿Y que pretenses que haga? Huir así otra tierra a esperar que estas cosas lleguen allí para terminar lo que empezaron. Prefiero enfrentarlos aquí." Selene volteo la vista hacia donde David había muerto. "Prefiero vengarlo, aquí"

Un nuevo comienzoWhere stories live. Discover now