Un nuevo comienzo

Capítulo 25 (Debajo del Árbol sagrado)

El mensaje de Medivh había sacudido a Lena hasta la medula. Archimonde y su ejército habían aparecido en el Árbol del mundo, trayendo consigo la perdición de los vivos. Y, sin embargo, apenas podía procesar eso. En todo lo que podía pensar, en ese momento, era en su padre.

Lena sabía que su padre estaba muerto, aunque no pudiera ver su rostro entre los soldados. Aunque a veces ambos tuvieran diferencias y sus últimas interacciones fueron todo menos amables. Pero aún...

Pero aun así él era mi padre

Su padre, que solía seguirla a todas partes y se preocupaba de si se metería en problemas o no por escabullirse hasta el rio congelado.

Y él se fue.

Los demonios dejaron escapar un chillido, dejaron que sus nuevos reclutas comenzaran a invadir las paredes. Los otros comandantes, se dispersaron por las ventanas, buscando por donde volverían a aparecer las gárgolas y las unidades voladoras enemigas. Lena no se movió

"¿Lady Lena?" Liam se paró cerca de ella "¿Estas bien?"

"Mi... padre" dijo Lena "Creo que mi padre debe estar muerto... si lo que dice Medivh es cierto"

"Tal vez no" dijo Liam "Dudo... que Archimonde haya tenido tiempo de cubrir todas las tierras del Este"

"Pero es casi seguro que fue a Var Dohr" dijo Lena "No tengo tiempo para falsas comodidades, Liam"

Se obligo a levantarse e ir también a una de las ventanas, la que daba al sur. Observo los cielos en busca de Archimonde, deseando sentirse tan asombrada y aterrorizada como todos los demás. Pero se sentía... entumecida. Todo esto comenzó a parecer bastante inútil, especialmente porque los dragones Aspecto no estaban a la vista.

A través de la ventana, vio sombras moviéndose hacia la pared sur. Furion pareció notarlos también. "Demonios del sur. Parece que hicimos bien en mantener el muro vigilado"

"Eso parece" murmuro Lena. Se le formo un nudo en el estómago. Si los muertos vivientes del sur estuvieran corriendo por el muro sur justo cuando Archimonde había llegado. Entonces eso significa-

El fuego verde golpeo como un relámpago. En un momento, los cielos estaban oscuros y al siguiente, las bolas de fuego de los infernales aparecieron a la vista, rociando la parte superior de la pared sur del Árbol con fuego verde. La explosión destruyo las defensas en la parte superior y derrumbo la piedra. Si se le permitía continuar con su asalto, Lena estaba segura de que abriría un agujero en la piedra para permitir que entraran los muertos vivientes. Los muros de la fortaleza eran gruesos, pero ni siquiera ellos podían resistir el constante fuego de los infernales.

Pero los infernales no se le permitió continuar su asalto sin interrupciones. Las armas de asedio junto con las torretas posicionadas en las otras torres se volvieron hacia las criaturas, disparando rayos de escorpión y morteros en su dirección. Las criaturas se lanzaron a un lado para evitarlos antes de huir de regreso a la seguridad de las filas enemigas. Abajo, Lena podía escuchar los gritos de los hombres moribundos y trato de no pensar en cuantos habían muerto en tan poco tiempo.

"Necesitaremos un golpe de suerte para tener alguna esperanza" murmuro Randall. "Golpear a los infernales con nuestros morteros no es tarea fácil. Necesitamos apoyo aéreo para luchar contra ellos"

"Vendrán refuerzos" dijo Liam

"Si. Vendrán" dijo Randall "Esa no es la pregunta. La pregunta es: ¿seguirá el árbol en pie cuando lo hagan?"

Lena escucho a los infernales gritar de nuevo, pero esta vez no se zambullo desde el sur. Se zambullo desde el este, golpeando con toda su fuerza la torre del pico espina y arrancando los escorpiones y las torretas de la piedra. Luego giro y baño la torre en fuego verde. Las piedras se desmoronaron y cayeron al suelo, aplastando a algunos desafortunados soldados que corrían debajo.