21-Vuelves

298 25 3
                                    

Maratón número 2 por cuarentena 1/3

3 años después.

Entre en pánico cuando el carro no se había terminado de detener en su totalidad y Giago abrió la puerta y bajo.

Corrí detrás de en el momento que me pude quitar el cinturón y bajar, sabia que no había sido buena idea no sentarlo en su silla, pero milo había insistido en que lo dejáramos atrás sin abrocharle a la silla, para que el pudiera jugar para mi no era una buena idea pero no quería llevar la contraria delante del niño, puesto que ambos comenzaban a llevarse un poco bien, aunque Giago seguía receloso.

Pero esto había dado pie a que el saltara del carro sin pensarlo dos veces.

- Giago vuelve aquí - grite detrás de el, pero ya estaba subiendo hacia la casa sin mirar para ningún lado-este niño va a matarme algún día- tire de mi cabello. El pequeño rubio apenas vio a uno de sus tíos abrir la puerta salto en sus brazos alegremente, su cabello estaba un poco largo y el viento agitaba el cabello que caía sobre su frente.

Camine con mas calma cuando el terremoto ya estaba seguro en los brazos de mi hermano mayor.

- No vuelvas a bajar así del auto, Giago. - agito sus pestañas de manera manipuladora- No me mires así, estoy hablando en serio. No vuelvas hacerlo.
Nunca podía enojarme con él- Lo siento mami.
- como podría enojarme con esos ojitos, Dios mío. Pero no lo vuelvas hacer o tendré que castigarte - asintió- Te amo, bebe.
- ya no soy un bebe, mama - se escondido en el cuello de su tío cuando trate de besarle el rostro.

Mi hermano mayor comenzó a reírse, lo salude besando su mejilla y un gran abrazo que casi me deja sin aire.

Todo estaba igual, como si el tiempo no hubiera pasado. Estaba feliz de volver y llevar a mi pequeño a los lugares donde solía ir yo de niña y dejarlo buscar sus propios escondites también, eso era lo mejor de este lugar, era bastante seguro para los niños.

Giago tenía 3 años, y era la primera vez desde que me fui que volvía al pueblo.

El ruido de la puerta trasera sonó anunciando que alguien acababa de entrar por la puerta de la cocina.

Unos segundos después un hombre salio de la cocina y se quedo -Damion donde dejaste ...- esa voz me dejo paralizada. No había pensado que este encuentro se pudiera dar tan rápido.

Pero era mas que seguro que ocurriera. Nadie en mi familia sabia quien era el padre de Giago,estuvieron preguntando durante un largo tiempo pero se habían rendido.

Pensaban que había estado con algún chico en la capital y solo me había usado. Bueno, ya sabemos que mis padres nunca creyeron aquello.

Los ojos de Thiago pasaron de Daimon, a mi y luego al pequeño niño que Daimon tenia en brazos. Casi pude ver como su piel pasaba de un color cálido a un blanco casi pálido.

Estaba totalmente segura que había notado el parecido con Giago, podía ver los engranajes en su cabeza maquinando todo, su boca se abrió y luego se cerro sin decir nada.

-Amor - sentí unos brazos en mi cintura . Milo sonrió mirándonos a todos reunidos en la puerta- ustedes deben ser los hermanos de mi adorada mujer - extendió la mano para que la estrecharan pero ninguno lo hizo.

Solté un bufido y mire de mala manera a Daimon, no tenia por que trata de esa manera a Milo, apenas se estaban conociendo y ya le salia con una grosería, y estaba consiente que mis otros hermanos serian igual con el.

Thiago tiro de su sombrero hacia atrás- No soy su hermano -el tono que uso thiago con milo fue de fastidio. Gracias a dios, mi prometido no lo no o simplemente no le dio importancia aquel gesto de desprecio.
-Yo si, soy Daimon - también hablo con fastidio pero este lo demostró aun mas que milo se tenso detrás de mi. Dejándolo con la mano extendida.

Primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora