8-Caliente

452 36 27
                                    

Golpeteo con mis dedos la mesa una y otra vez mirando a la nada para matar el aburrimiento, nunca me había fijado de los interesantes colores que tenía ese cuadro antiguo que llego a pertenecer a mis tatarabuelos o tal vez a un pariente más lejano, pero que importa.

No pude salir con mis amigos porque llevaban unos familiares, posicioné mi cara sobre la mano.

¿A quién jodidamente le importa si vienen de visita o no? Total, solo llegan para criticar, debido a que sus vidas son patéticas.

¿porque ese color en las paredes?; deberían mudarse a la ciudad; que olor tan desagradable.

Una a otra fui escuchando sus desagrados mientras hablaba y no hacía más de dos días que se encontraba aquí.

El chat de amigos no paraba de sonar y llegar fotos, podía estar en esa reunión divirtiéndome ahora mismo, pero no, me encuentro aquí atrapada en una estúpida cena familiar.

Trago el ultimo sorbo de jugo- ¿Y qué piensas estudiar? - mire a mi tía lejana, que nunca había visto en mi vida pero que ahora llegaba a entrometerse en todo.

- Diseño...- respondí sin más picoteando la comida con el tenedor.

- Oh eso es fantástico, arquitectura, no vayas a ser como los analfabetos de tus hermanos - apunto a cada uno de mis hermanos con inferioridad-Un título universitario es lo mejor...- mis hermanos solo bajaron la mirada, sabía que no lo hacían sino por puro respeto y siguieron comiendo.

Mis padres ni una palabra al respecto.

- mire señora- me levante golpeando con ambas manos la mesa, mi padre apretó los ojos reprendiéndome en silencio. -

-soy su tía abuela muchachita, así que más respecto...- me apunto con un dedo indicando que me sentara.

Ignore su última frase y orden-Ni ustedes es tan educada para tener derecho de venir a criticar a mi familia, puede ser muy mi tía abuela y tener los cientos de millones que quiera, pero no por ese motivo va humillar a mis hermanos por una piche herencia, no es nuestra culpa que sus maridos no la soportarán y nunca tuviera hijos, permiso- todos quedaron asombrados, me retire de la mesa sin terminar mi cena.

Me volví ante el reclamo de mi padre, mi tía sonrió satisfecha con mi obediencia esperando una disculpa de mi parte, me incline sobre la mesa y tome mi celular - olvide esto- su rostro se lleno de arrugas ante el frunciendo de este - y para que se entere, seré diseñadora de ropa.

[...]

Pateo una piedra que estaba en mi camino arruinando mis zapatos con tierra, los pájaros cantaban acordemente, una de las cosas de las que solíamos perdernos en la gran ciudad, la tranquilidad y relajación.

Me pare frente a la inmensa laguna azul donde se reflejaba perfectamente el cielo.

Sin pensarlo mucho me tire al suelo, saque los botines de mis pies tirándolos a mi lado, moví los dedos de un lado a otro para estirarlos, aun me dolían de la extensa caminata que me di, los tenia entumecidos.

Toque mis codos con las rodillas afincado la cara entre mis manos, pensando en todo y nada a la vez.

Estaba acostumbra a ser tratada como una muñequita ante todos que olvidaban que yo habia crecido jugando en estas tierras.

Restregue mi rostro suspirando.

Quite también la gabardina que use durante todo el día, pero a esta hora de la tarde morí de calor.

La luz se fijaba en el agua de la pequeña cascada haciéndola lucir refrescante junto a una brisa suave que movía los arboles de un lado a otro y golpeaba mi rostro.

Primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora