Capitulo 39: el último grigori.

1 1 0
                                    




Samuel observa por la ventana del convertible la mancha rosácea entre el follaje otoñal. Se detiene frente al portón enrejado. Las grandes puertas se abren y tras de ellas esta Tiago en su pijama azul.
Samuel baja del auto llevando con el la bolsa de tela.
Tiago: - ¿la trajiste?
Samuel abre la bolsa y saca la delgada espada de esgrima.
Tiago: - ¡genial! Vamos te mostraré el lugar.
Los dos entran a la mansión. mientras suben las escalas al segundo piso Samuel rompe el silencio:
-  ¿explícame como fue que te resfriaste?
   Tiago: - no sé…mira es en esa puerta.
El niño corre con sus pies descalzos hasta llegar a la puerta y con gran esfuerzo la empuja.
Samuel observa el interior del gran salón una fila de ventanales en la pared del lado izquierdo converge un río de luz y siluetas por las sombras de los cerezos que a través de la ventana podían verse. En la pared del fondo un gran espejo en el cual podía ver su reflejo al lado del de Tiago. Las grandes cuadrículas de mármol vinotinto brillaban como si estuviesen mojadas.
Tiago: - ven ponte el traje. Dice señalando la mesa al lado da la puerta.
Mientras se ponía el overol blanco Samuel advirtió algo nuevo en los ojos del niño que le causaba temor.
Tiago: - ¿que te pasa?
Samuel: - nada. Dice mientras se pone el protector en su rostro.
Tiago: ¡rayos! olvidé traer el mío…espérame aquí, no me tardo.

Ya solo en el gran salón, Samuel se sentía inquieto por la atmósfera del lugar. La puerta se abrió de nuevo y en el espejo, el reflejo de un hombre con la indumentaria de esgrima se vio acercándose. Con solo un leve movimiento de su mano, Samuel apartó la espada de su oponente dispuesta a atacarle.
Los dos oponentes con las caras cubiertas por la maya protectora, se enfrentan con la experiencia de guerreros legendarios. Las espadas rechinan una contra la otra.
Los hombres se confunden en una danza mortal de arremetidas y evasiones.
- ¡un grigori!... Será un placer destazarte vivo.
- Si tus intenciones son asesinarme ¿porque no lo hiciste en el momento en el que me viste por primera vez?
- La mejor de las presas es la que lucha por su vida
- ¡Callad viejo cuervo de envergadura alba!
Las espadas se encuentran una y otra vez.
- …una rosa invernal; ¡que enternecedor y astuto!
- un viejo truco que aprendí de ti… Lucifer
-como te atreves a llamarme así sucio grigori. Dice apuntando la espada al cuello del hombre que ha caído a sus pies.
Samuel se quita la careta y con el extremo de la espada retira la de su rival que revela el rostro de angello.
Samuel: - ¿eres tú el grigori de náyade? 
Los ojos azules de Angello se llenan de temor cuando ve entrar a su hermanito por la puerta. Samuel vio también su reflejo en el espejo.
Tiago camina en dirección de los dos hombres; a cada paso que da su cuerpo crece. Samuel aparta la espada de la garganta de angello y la deja caer estupefacto. El reflejo de Tiago en el espejo ha crecido; ahora es un hombre de cabello oscuro y mirada inquisitiva.  A espaldas de Samuel, Tiago yergue la espada y a través del espejo mira los ojos incrédulos de Samuel y sentencia.
- soy yo.
Incrustando la espada en la espalda en el cuerpo de Samuel hasta atravesarlo.

Angello recibe el cuerpo de Samuel en sus brazos.
Angello: - ¿por qué hiciste eso?
- por que yo se lo ordené. Dice una suave voz proveniente de la puerta.
Angello: - ¡tú!
Tiago camina hacia la puerta hipnotizado por la mirada de la mujer.
Angello: - Tiago no te le acerques.
Tiago hizo caso omiso a su hermano y se puso al lado de la mujer.
- mira que bello gatito me encontré anoche bajo la lluvia, frente al hospital central. Lo traje hasta mi casa, lo metí a mi cama y le dejé dormir en mi regazo. Murmuró la mujer tarareando una canción de cuna mientras acariciaba a Tiago como si fuese un minino.
Angello: - ¡Mila déjalo en paz!
Mila: - hace tanto no escuchaba tu voz pronunciando mi nombre mi amado grigori.
Angello: - que has hecho con Nathan y franco; ya no puedo percibir sus perfumes.
Mila: - me temo querido angello que nos han abandonado.
Angello: - ¿Que planeas hacer con Tiago?
Mila: - me ha tomado trabajo domar a este reacio gatito pero todo este esfuerzo valdrá pues será el quien asesine a náyade. Esa arpía me robó algo que por derecho me pertenece.
Angello: - Gabriel no te pertenece.
Mila: - tampoco ella a ti y continúas enamorado.
Angello aparta la mirada y empuña la espada en su mano. De un solo movimiento ataca a Mila quien reacciona a tiempo y esquiva la espada.
Mila: - ¿quieres recordar viejos tiempos con tu amada náyade? Permíteme que la asesine como lo haré contigo y los dos se reunirán en... ¿a donde van los malditos cuando mueren?, no tiene importancia. Tiago encárgate de él.
Tiago se enfrenta a su hermano, quien se niega a lastimarlo. Fácilmente Tiago se abalanza sobre Angello y lo tumba al suelo. Ahora con la espada dispuesta a rebanarle el cuello, Angello no tiene más remedio que atacar, cerrando los ojos coloca la espada sobre el pecho de su hermano.
Mila se acerca e intenta empujar a Tiago hacia el filo de la espada. De inmediato, una fuerza ajena a la de los dos hombres frente a ella la toma de los hombros y la voltea bruscamente. Es Samuel quien se ha recuperado de su herida; sin temor agarra el hombro de la joven y la acerca hasta introducir su cuerpo en la espada. El filo atraviesa rápidamente el abdomen de la joven quien enmudecida le clava sus ojos ocre casi extintos en el rostro. En ese mismo instante, Tiago recupera su figura infantil y cae en brazos de su hermano.
Samuel se distrae por un segundo, segundo que Mila aprovecha para con sus últimas fuerzas besarlo. La sangre que brota de sus labios sabe a pétalos de rosa; Samuel no puede evitar corresponder a aquel dulce beso.       
  Mila  se aparta tambaleante y  escapa del lugar.
Angello: - ¿la mataste?
Samuel: - esa era mi intención pero la muy astuta se curó con mi propio beso.
Angello: - no sabia que tenias ese don.
Samuel: - porque no me muestras tu don para callarte y me ayudas a despertar a Tiago.















la Laguna de bataviaWhere stories live. Discover now