Nineteen. (Final)

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Ninguna excusa sirvió para evitar ir a la escuela.

Decir que estaba aterrado era poco, a pesar de haber pensado en su cabeza la mejor forma de decirle a Jackson todo lo que tenía por decir, no servía de mucho. Temía cagarla aún más y que este dejara de hablarle por completo, a pesar de que Jinyoung no opinara lo mismo.

"Creí que hoy sería el día en que por fin pienses en positivo pero parece que me equivoque contigo, una vez más" se decía a si mismo frente al espejo, decepcionado de la imagen que le devolvía. No sabía si estaba más asustado por el posible hecho de que su hyung lo ignore, o por la respuesta que le daría a su confesión.

"Todo saldrá bien, todo saldrá bien" se repetía esta vez, mientras bajaba por la escalera, próximo a tomar su desayuno.

Se encontraba solo puesto que su madre ya había salido hacia el trabajo hace unos minutos, deseándole mucha suerte el día de hoy, como si estuviese al tanto del lío que tenía su hijo tanto el la cabeza como en el corazón.

El timbre sonó, lo cual era bastante raro porque nadie lo visitaba un lunes a las 7 am. Pensó en que sería su madre, muchas veces olvidaba su celular arriba de la mesa y está volvía cual rayo a buscarlo para luego volver a subirse al auto y partir.

Con la taza de café en la mano, se levantó del asiento de la cocina a abrir la puerta, encontrándose con la persona que más quería ver, pero a la que menos creyó ver parado allí afuera.

—Ja-jackson hyung...

—Hey, hola pequeño. ¿Cómo estás? —decia el castaño, como si no supiera la respuesta.

— Tú, y-yo..qu-quie..

— Creo que hice mal en venir aquí, pero solo quería decirte que n-

—¡No! ¡No! — gritó en rubio— ésto no debió de ser así, maldición.

La cara del mayor se volvió notoriamente triste. — Lo sé, no debí confesarme, lo lamento pequeño.

—¿Eh? ¡No, Hyung! No me refería a eso. ¡Yo soy el que debería ir y hablar contigo, no al revés! ¿Porqué vienes a la casa de un pobre idiota como yo? ¿Porque siempre... siempre haces estás cosas...?— decía cubriendo su rostro con ambas manos.

— Porque te quiero.

—¿Aún si soy así?

—¿Así cómo? No hay nada de malo contigo.

— Soy una carga para ti.

— Nunca lo fuiste y jamás lo serás.

— Soy muy torpe para muchas cosas.

— Y yo también— decía mientras soltaba una pequeña risa.

— N-no suelo ser muy demostrativo.

— Pero yo sí, nos complementamos bien ¿No crees?.

— Mis inseguridades hacen de mí una persona muy inestable, y tú no tienes porqué lidiar con es-

— ¿Cuántas escusas más pondrás pequeño? ¿Hmm? Tengo respuestas para cada una de ellas. Para cada cosa mala que crees que tienes, yo tengo un millón de razones más por las cuales pienso lo contrario. Te quiero, Youngjae y cualquier cosa que digas o hagas  no va a impedir que deje de hacerlo. Y yo..no espero que me quieras de la misma forma, pero no pisotees mis sentimientos, los tengo muy en claro como para dudar de ellos. No vine aquí para que me digas que lo que hago está mal, porque quererte en la forma en la qué te quiero me ha hecho una persona diferente. Y muy paciente claro está. — volvió a reír— mí punto es...que no cambiaré por nada lo que siento por ti. Aunque termines odiandome.

— ¿Odiarte a ti? ¿Después de todo lo que has hecho por mí? Cuando dices que me quieres y- yo nosé que provocas en mí pero pones mis nervios de punta y mí cabeza da vueltas sin parar. ¿Jackson Wang enamorado de mí? Ni en mis más profundos pensamientos creí en algo como eso. Teniendo tantas opciones... me elegiste.. o mejor dicho..te fijaste en mí. Me has dado la felicidad que pensé no tener jamás ¿y tú me dices que yo podría llegar a odiarte? Hyung, es todo lo contrario.

—Suena como una confesión para mí.

¿Lo era? ¿Realmente lo era? Es decir, no sonaba como una y no esperaba ¿Confesarse? Pero acaba de decir que lo que sentía por el era todo lo contrario al odio.

Quizás sí lo fue. Inesperadamente.

— Ah..ah..en decir. Si..p-pero....

El mayor se acercó lentamente al pequeño rubio que temblaba cual hoja y estaba rojo como tómate. Con delicadeza, su mano tocó la mejilla del menor acariciando suavemente esta, tratándole de transmitirle un poco de tranquilidad.

— ¿Me quieres?

El menor, embriagado con la suavidad que su hyung tocaba su rostro, tuvo la valentía de mirarlo por fin a los ojos. Esos ojos que estallaban de ternura y tantos sentimientos que necesitaban ser explorados por el y nadie más que el. Al mirarlo pudo verse a sí mismo reflejado, como en el espejo de hace unos minutos atrás pero esta vez la imagen era distinta. Nada de tristeza, nada de que preocuparse.

Jackson no era su otra mitad, porque el jamás estuvo incompleto. Nadie nace incompleto como nos hicieron creer. Jackson era esa persona que hizo que se de cuenta de la persona completa que era. Porque el amor empieza por uno mismo, en aceptarse para poder aceptar a los demás.

Y Youngjae por fin se sentía en armonía.

— Estaría mintiendo si lo negara a esta altura. ¿No crees, hyung? — sonrió ampliamente.

El mayor posó su mano en el cuello del rubio y depósito un suave beso en la frente de este. Se esforzaba tanto por no llorar como bebé de dos años pero le fue imposible cuando sintió unos tibios brazos rodear su cintura. Perdieron la noción de cuánto tiempo estuvieron así, con unas sonrisas dibujadas en sus caras en un silencio cómodo.

—Cr-creo que deberíamos ir a la escuela..—dijo rompiendo el silencio en menor.

—Solo cinco minutos más.

—¡Hyung!

—Ya vale, ve por tus cosas. Yo te espero aquí.

—¡No te vayas sin mí eh! — decía mientras corría en busca de su mochila.

— No pretendo irme nunca de tu lado, pequeño mío— susurró para si mismo.



Fin.





LES GUSTÓ EL FINAL? NO? A MI TAMPOCO ahre mentira. Lo mejor se viene en el epílogo I promise ;c

Todas las cosas que amo sobre ti.||Jackjae.Where stories live. Discover now