Todas las cosas que amo sobre ti.||Jackjae.

Sixteen.

¿Había algo peor que despertar a las 7AM un domingo, con un dolor de cabeza espantoso?

Si lo había, Youngjae no quería saberlo.

Al despertar, notó que la cama en la que estaba no era su cama. Ni su pieza. Sus paredes eran de un blanco insípido y estas estaban pintadas de un color amarillo claro, muy pintoresco.

Tuvo un vago recuerdo de lo ocurrido, sobre todo, el momento en el que Jackson llegaba a su rescate. La había cagado. Dejó que Jackson lo viese en ese estado tan lamentable que no quería mostrar. Pero como no tomar hasta olvidarse de todo si la persona quién creías que te quería, no lo hacía.

Youngjae no era de espiar a la gente, pero le fue inevitable en el momento en el que fue en busca de Hanbin y este se encontraba hablando por teléfono, diciendo un "te extraño, quiero verte pronto". Podría  ser de un pariente quizás, pero lo siguiente que pronunció el mayor fueron palabras que el rubio juró jamás olvidar.

"Yo también te amo Heejin, mucho".

La única Heejin que lograba recordar era la bonita pelinegra del club de canto. Su personalidad tan jovial atraía la mirada de muchos, incluso la de Youngjae. Pero de manera indistinta, claro.

Y cuando el mayor lo negó todo, a pesar de haberlo visto y escuchado, tildó al rubio de persona celosa y hasta "tóxica" cuando en realidad era al revés. Sintió que era en vano discutir si ni siquiera iba a dejar de negar la realidad. No logró verlo más en toda la noche y tomó, solo. Un gran error. Debería de haberse ido a casa pero el dolor que sintió en ese momento pensó que desaparecería con latas de cerveza. Y puede que si, pero al volver a realidad uno se daba cuenta que las emociones seguían allí, a flor de piel.

Tuvo que esperar un tiempo a que Jackson se levantaste, no quería joderlo más de la cuenta. Ya había hecho muchísimo por el. Dejándolo entrar a su casa, a su cama.

Al rededor de las 10 am el mayor ya se encontraba despierto y con el desayuno casi listo. Youngjae insistió en hacerlo, pero el castaño se negó alegando que quería hacerlo sentir como en casa y cómodo.

—¿Dormiste bien pequeño?

—Si..— tomó un sorbo de su café— Pero Hyung, lo de su cama no era necesario, estaba bien con el sillón..yo no sé cómo agradecerle.

—Tonterias. Tuviste una mala noche y solo quería que estuvieses bien al despertar. ¿Cómo te encuentras ahora?

— De hecho, bastante bien. Me desperté con un dolor de cabeza espantoso pero seguí recostado un tiempo más y logré que se me pasara —hizo una breve pausa, pensando en sus palabras—Hyung yo..¿Dije algo raro anoche?

—¿Raro?— pensó.

—S-si..ya sabes. Algo que quizás no debería haberte dicho.

—No que yo recuerde pequeño.

—Oh gracias al cielo— suspiró.

—Ah..solo dijiste que tú novio era un maldito infiel y que te sentías muy mal por creerle. Pero fuera de eso todo normal solecito— dijo regalándole una sonrisa un tanto sarcástica.

—Yo e-ehnmm ya sabes Hyung, el alcohol hace que uno diga cosas sin sentido y...

— Tenía mucho sentido para mí.

—Y..yo..

—Jae, escúchame— dejó su taza a un lado y miró al menor a los ojos— no soy quien para juzgarte ¿De acuerdo? Eres una persona grande que está a cargo de sus propias desiciones y tú más que nadie sabrás el camino que debes tomar. Pero también soy tu amigo y me preocupo por ti. Y veo, aunque lo niegues ahora, que no estás siendo feliz. El no te hace feliz. Y me duele verte así. Y alguien que es capaz de apagar esa dulce persona que eres tú, no te merece en absoluto.

Youngjae no dijo nada durante algunos minutos. El silencio se estaba volviendo algo incómodo, mientras el mayor pensaba que quizás había hablado de más. Pero ya no podía callarse y ver como su sol de estaba eclipsando. Y este sol, volvió a levantar la mirada, una triste al borde del llanto.

—No sirvo.

—¿Disculpa?

—Que no sirvo. Ni a el ni a nadie.

Bien, ahí vamos otra vez.

— Youngjae, tomaste una mala desición ¿De acuerdo? Pero eso no significa nada.

— Mí vida se basa en tomar malas desiciones parece.

—¿Entonces entablar una amistad conmigo fue una mala desición para ti? — sentenció.

— Si.

¿Qué carajos?

—¿Qué?

—No mereces a alguien como yo Hyung, siempre terminas por ayudarme en todo. No soy algo más que una carga para ti.

Oh mierda, era solo eso.

— ¡ De acuerdo, ya basta! Mientras estés en mí casa tienes prohibido menospreciarte. Por el amor de Dios pequeño, estás tan ciego que no puedes ver ni una sola cualidad tuya.

— Por que no tengo ninguna.

—¡CHOI YOUNGJAE!

—Lo siento mucho, es la costumbre.

—¿Pues sabés qué? Voy a quitarte esa maldita costumbre que tienes. Te vienes conmigo.

—¿Ir? ¿A dónde? —el menor miró confundido al castaño.

— A una cita.

—¿Ci-cita?

—Si ¿Tienes algo mejor que hacer hoy?

—No realmente, pero...

—¿Pero?

— Nosé que decir, estoy en blanco.

—Solo di que si pequeño. Déjame llevarte al lugar que tú quieras. Quiero ver esa sonrisa que tanto me gusta de ti. Por favor.

Tuvo que luchar internamente para no sonrojarse mientras le decía cosas bonitas a el rubio. Y estaba por entrar en un pequeño ataque de nervios si el menor no decía que no. Rogaba que eso no sucediera.

— Sigues haciendo tanto por mí Hyung, que no se cómo pagarte todo esto.

— Acepta salir conmigo entonces y estamos a mano.

La risa del rubio fue lo próximo que se escuchó. Dando a entender que se rendía ante tanta exigencia del mayor.

—Me rindo contigo Hyung— dijo sonriendo.

— Así como yo lo hice contigo hace tanto tiempo—dijo en un tono de voz baja para que el pelirubio no escuchase— Ya verás pequeño, no te arrepentirás de esto.

— Confío ciegamente en ti, Hyung.

Acaaaaa llegando bien tarde. ¿Quién mierda actualiza a las 5 am? Está estúpida.

Sé que dije que iba a actualizar más seguido y lo lamento. Estuve a nada de borrar este fic por literalmente estaba en blanco. No sabía si continuar. Aún nosé si debería. Este capítulo dejó mucho que desear en realidad y lo lamento, otra vez.

Espero que hayan tenido una linda navidad y tengan una buena despedida de año. No tomen mucho ¿Ok? No mentira tomense todo lo que tengan a su alcance, en fin.
¡ Feliz año nuevo!