Capitulo 42

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- Bien, es tu turno. Pregunta lo que quieras - dijo Chris.

Dulce se llevó un dedo a su barbilla, miró hacia arriba y se puso a pensar. Después de un minuto volvió a mirar a Chris, y con una lenta sonrisa que se dibujó en sus labios preguntó:

- ¿Dónde prefieres que te bese?

- ¿Qué clase de pregunta es esa? - fue la contestación de Chris.

- Me dijiste que yo podía preguntar lo que fuera, y esa es mi pregunta, así que, responde.

- En cualquier parte que me beses lo voy a disfrutar - dijo con una sonrisa encantadora que derretiría a cualquiera.

- Pero dónde. Quiero saber el lugar específico. Tal vez sea aquí - y lo besó en los labios -, o aquí - y lo besó en el cuello, y todavía con sus labios acaricíandole la piel bajó una de sus manos hasta su miembro lo presionó y pregunto: ¿o aquí?

El corazón de Chris se agitó y empezó a bombear sangre a mil por hora. Dulce pudo sentir como su miembro se hinchaba y se ponía duro y erecto con cada pequeña presión que ella hacía.

Empezó a darle un ligero masage a travéz de la ropa. Chris se trató de relajar a pesar de que su cuerpo se calentaba y se ponía más duro a cada segundo.

Se apoyó contra el respaldo del sillón respirando profundamente. Dulce se arrodilló en el suelo entre sus rodillas, con delicadeza quitó las capas de ropa que había entre ella y el miembro de Chris.

Chris tembló de placer al sentir una caricia de la mano de Dulce a lo largo de su miembro. Dulce se maravillaba de sentir lo duro y a la vez lo terso que era.

La punta del glande se humedeció y Dulce se acercó a él para lamerlo. Ante el suave contacto las caderas de Chris fueron hacia adelante, buscando más carícias y ella lo complació.

Besó nuevamente la punta tiernamente, lo saboreó con la lengua, lo recorrió todo, y se lo introdujó en su boca, rodeandolo y dandole golpecitos con la lengua. Las manos de Chris se cerraron sobre el cabello de Dulce, presionandola contra el glande para que se lo metiera más en la boca, para que lo tomara por completo.

Chris se contenía dando solo pequeños envites hacia la boca de Dulce, pero con sus manos la presionaba a que lo tomara más. Y ella disfrutaba de cada roze de su lengua contra él y de cada una de sus reacciones, chupándolo y succionándolo hasta hacerlo perder el control.

Hasta que lo logró y Chris se corrió en su boca, supirando, gimiendo y gruñendo de placer.

- Creo que - dijo con la respieración todavía agitada - que, definitivamente me encanta que me beses así.

Dulce sonrió de nuevo y se sentó a horcajadas sobre él. - ¿Ya vez? Es muy diferente como te sientes dependiendo del lugar en el que te bese.

Y dicho, fundió sus labios con los de él en un apasionada beso. La lengua de Chris invadió su boca, llenandola y saboreandola, imitando los movimientos de la penetración.

La sujetó por las caderas y poco a poco la fue bajando hasta que su miembro la llenó por completo. Dulce se arqueó contra él y comenzó a moverse en suaves vaivénes.

Mientras Chris la penetraba fuertemente, Dulce jugaba con sus pechos, se acariciba los pezones duros por la exitación y él la miraba adorandola como si fuera la mujer más hermosa del mundo.

Y para él, lo era.

Sus movimientos se fueron haciendo cada vez más rápidos y fuertes. Chris llevó una de sus manos al centro femenino de Dulce, hinchado, duro y sensible por el momento, su clítoris completamente humedo reaccionó con un lever roze de Chris, y un suspiro escapó de la boca de Dulce.

Chris presionó el botón de placer y Dulce gimió, empezó con lentas y delicadas caricias, de arriba abajo y de un lado a otro; ligeras caricias que hacían que Dulce muriera ansiedad, necesitaba esas caricias.

Chris volvió a presionar su clítoris. Ella se dejó caer sobre el miembro de él. Y las caricias se volvieron un poco más intensas. Dulce estímulaba su exitación acariciandose los pezones, cada vez con más fuerza.

De pronto los circulos que marcaba Chris sobre los labios humedos de Dulce, se tornaron más rápidos y más bruscos. Al igual que las embestidas.

Chris hacerco su boca al cuerpo femenino y atrapó uno de las crestas duras en su boca, jugó con su pezón y lo saboreó como si su vida dependiera de ello. Lo mordisqueba y tiraba de él, mamandolo con fuerza.

Hasta que ninguno de los dos lo pudo soportar más y llegaron al mismo tiempo a un orgasmo exquisito. Chris continuó dando pequeñas envestidas para prologar el placer, hasta que los dos se rinedieron y se dejaron caer sobre el sillón.

- Creo... - dijo Dulce apoyando su frente sobre el hombro de Chris y su respiración agitada - que este va es el mejor fin de semana que he pasado.

- También yo. - Dijo Chris abrazándola.

Seduciendo A Un CaballeroWhere stories live. Discover now