Capitulo 9

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- No.

- ¿No acabas de decir que te encanta el cine?- inquirió Chris.

- Ahmm... si, me encanta. Pero, no puedo ir contigo.

Ese comentario enfureció a Chris - ¿Por qué no? - preguntó con el ceño fruncido.

- Porque no te conozco - dijo sencillamente.

- Soy tu abogado, claro que me conoces.

- Bueno sí, pero fuera de eso y que trabajas aquí, no se nada más.

- ¿Y qué más necesitas saber?

- Puedes ser un psicópata acosador, o yo que sé... - dijo justificandose.

- ¿Cómo voy a ser un psicópata?

- Puede pasar...

- ¿Quieres que te dé un informe detallado de mi vida?

- ¿Y yo para qué quiero un informe?

- Para que puedas ir conmigo al teatro - dijo impacientandose.

- Pero también va a ir la rubia ¿y su novio?

- No, hablamos de tus celos. Hablamos de por qué no quieres ir al teatro conmigo, y no me digas que es porque no me conoces.

- ¿Por qué habría de ir?

- ¡Porque quiero que vayas! - Dulce no dijo nada más, simplemente se le quedó viendo, hasta que Chris volviera a hablar - ¿Entonces vas a ir?

- No - la cara de Chris reflejó su enojo, pero no dijo nada, así que Dulce continuó - no sé si tengo tiempo, luego no puedo ir y...

- Está bien - la interrumpió Chris - si no quieres ir, no vayas - su voz se había vuelto fría.

- ¿Te parece si nos vemos después? Al fin y al cabo sin esos papeles no podemos trabajar mucho.

- Como quieras.

-Bien, nos vemos después - convino Dulce.

Chris se dirigió a la puerta de su oficina y la abrió. - Bueno, ya sabes donde encontrarme.

Dulce se derigio hacia la puerta, y caminando le dijo: Por supuesto.

- Adiós - se despidió Chris.

Y antes de salir - Que te diviertas en el teatro - le dijo Dulce.

*************

Dulce y la secretaria miraron hacia la oficina de Chris cuando escuchar como que algo se goleaba. Ella esperaba que la sencilla secretaria de Chris le diera una tarjeta para poder tener su telefono. Bueno -pensó- al menos no tengo que preocuparme con que tenga algo con ella.

Dulce salió muy tranquila, caminando con estilo por los pasillos del edificio hasta que se subió al carro y sacó de inmediato el celular.

- ¿Bueno?

- May, necesito que hagas algo por mi.

- ¿Qué te pasa, Dulce?

- Tienes que conseguir boletos para el teatro.

- Ay si - la ilusión inundó su voz -, la próxima semana va a ver una obra que...

- No, May - la interrumpió Dulce - los boletos tienen que ser para hoy en la noche. Tengo que ver a Christopher.

- Eso va a ser imposible.

- ¿Por qué?

- ¿A qué teatro va a ir?

- Demonios - cayó en cuenta de que no lo sabía.-May, tenemos que hacer algo tu y yo tenemos que ir está noche a la misma función a la que va a ir Christopher.

Esa noche en el teatro...

- ¿Y la mujer con la que ibas a venir, Chris? - preguntó Annie inocentemente.

- ¿Qué mujer? - quisó saber Alfonso - Pensé que ya no había ninguna mujer.

- Y no la hay - aclaro Chris malhumorado, mirando a la larga fila de personas que entraban a la sala.

- ¿Entonces quién era la mujer que estaba hoy en tu oficina? Pensé que era alguien importante, no se veía muy feliz de verme ahí... por favor, no me digas que interrumpi algo.

- ¿Qué mujer? - volvió a preguntar Alfonso.

- No hay ninguna mujer. La que estaba conmigo esta mañana era Dulce, y es mi cliente.

- ¿Dulce?¿La pintora? - preguntó Alfonso con incredulidad.

- Sí - contestó secamente.

- Espero que no tengas una relación con ella, Chris.

- Por supuesto que... no - le costó terminar la frase porque vio entre la muchedumbre una cara que se le hizo familiar, pero inmediatamente las personas siguieron moviendose y la perdió de vista - me disculpan un momento - le dijo a Annie y Alfonso - tengo que ir a... - no supo como terminr la frase.

- Claro, Chris - dijo Alfonso.

- Sólo no tardes mucho - dijo Annie - nosotros vamos entrando a la sala, la función ya está por comenzar.

Rapidamente Alfonso y Annie se perdieron entre las puertas que llevaban a la sala. Y Chris se quedó dando vueltas entre el mar de personas que todavía había en el vestíbulo del teatro. Viendo si de verdad había visto a alguien conocido o solamente lo había confundido.

Lentamente las personas se dirigieron a la sala. Ya casi no quedaba nadie en el vestíbulo. Chris pensó que a lo mejor había alucinado y había visto a una persona parecida, hasta que...

- Chris, ¿qué haces aquí?

Seduciendo A Un CaballeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora