Capitulo 22

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Dulce se removió en la cama. Sentía que alguien la estaba observando y eso la hacía sentir algo incomoda, pero estaba disfrutando de un sueño demasiado lindo como para despertarse. Sin embargo, la sensación de ser observada no le agradó y terminó por abrir los ojos.

Descubrió que quien la estaba mirando era Chris. Claro, ¿quién más? La sábana solo lo cubría de la cintura para abajo, estaba de costado apoyando la cabeza en un su brazo y con una sonrisa pícara en los labios.

Dulce le contestó la sonrisa. - Buenos días - dijo ella con la voz un poco ronca.

- Hola - se limitó a contestar Chris, pero sin dejar de sonreir.

- ¿Por qué me miras así? - preguntó algo tímida.

- Porque nunca había conocido una mujer que se viera tan adorable con el cabello todo despeinado -. Insitintivamente Dulce se llevó una mano al cabello para intentar peinarse, pero Chris la detuvo, tomó su mano y se la besó. - Me gusta como te ves así... principalmente porque fui yo el responsable.

Dulce se empezó a reír de su comentario. No era una risa estridente, ni era una risa sarcástica, era muy natural y a Chris le hubiera encantado escucharla el resto de su vida, y su sonrisa se hizo más ancha.

- ¿Qué hora es? - preguntó Dulce.

- Son las 7:40 de la mañana.

- ¿Siempre te despiertas a esta hora?

- Sí - contestó Chris.

- Y entonces - Dulce se puso en la misma posición que Chris - ¿porqué te molesta ver a una clienta a las 9 de la mañana?

- Todos los días voy al gimnasio a las 8 de la mañana.

- Sí, lo puedo notar - dijo al tiempo que pasaba una mano por el pecho de Chris -, en ese caso, creo que estoy interfiriendo con tus actividades.

- Pues... -dijo mientras se acercaba lentamente a Dulce - tal vez si hago otro tipo de ejercicio mi rutina no se vea afectada.

 Y la besó, pero el beso duró muy poco como algo lindo y tierno, y rápidamente se convirtió en algo apasionado. Chris se colocó sobre Dulce y la presionó contra el colchon de la cama. Se separá apenas unos milímetros de su boca.

- Ser abogado y entrar a las 11 de la mañana tiene sus ventajas -. Y reanudó el beso.

Con gran velocidad la pasión se prendio dentro de ellos, y por fortuna para los dos en ese momento la ropa no era un estorbo, ya que los dos seguían desnudos, ahora solo estaban separados por una fina sábana.

Hasta que unos fuertes golpes en la puerta y unos gritos arruinaron el momento.

- ¡Chris! - gritaba un hombre desde el otro lado de la puerta principal - ¡Abre la puerta, Chris!

- ¿Quién es? - preguntó Dulce que no sabía si reír de que los habían cachado in fraganti o llorar porque de nuevo se iba a quedar con las ganas.

- Alfonso - contestó a Chris a secas, él sí no estaba nada contento de quedarse con las ganas.

- ¿Y qué hace aquí? - preguntó un poco más alarmada.

- Vamos juntos al gym, y se me olvidó por completo - dijo mientras se ponía un pantalon -. Quédate aquí y no salgas, si te ve aquí, me va matar... por favor, quédate aquí - antes de salir de dio un rápido beso en los labios y salió del cuarto cerrando la puerta tras de sí.

Chris fue corriendo a la puerta para abrirla. En cuanto lo hizo, Alfonso entró sin pedir permiso.

- Chris, ¿qué haces?¿por qué no estás vestido? - preguntó cuando lo vio mediodesnudo.

- Este... ahmmm... no voy a ir contigo.

- ¿Por qué no?

- Estoy ocupado.

- ¿A las ocho de la mañana?¿Qué importante cita demanda tu tiempo? - dijo con gran sarcasmo. Entonces un ruido proveniente de la habitación de Chris atrajó su atención -. ¿O acaso debería decir qué mujer? Mmmm... me gusta saber que ya dejaste atrás a Lorena ¿Quién es?

- No te voy a decir - dijo con aire ofendido.

- ¿Por qué no? Sabes que tarde o temprano me voy a enterar, así que mejor dime - la curiosidad lo torturaba.

- Porque los caballeros no tienen memoria ¿recuerdas? No te lo voy a decir, y si te llegas a enterar pues será porque así tiene que ser.

- Bueno, como quieras - se encogió de hombros.

- Nos vemos en la oficina, ¿sí?

- Claro, no te preocupes. Disfruta la mañana.

Y Alfonso se fue. En cuanto se cerró la puerta Chris se recargo sobre ella y suspiró aliviado.

Seduciendo A Un CaballeroWhere stories live. Discover now