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«Insanity laughs,
under pressure we're breaking »
Under pressure ~Queen

Llovía y desde hacía dos horas contadas con reloj, no dejaba de mirar por la ventana. Trevor le marcó al móvil y apenas le respondió con monosílabos.
—Estás en tu departamento.
—Sí.
—¿Estás ebrio?
—No.
—Te traes algo entre manos. Me pregunto que será, Chris. Me tienes intrigado. ¿Es algo que te duela perder?

—No.

–Así me gusta. Te llamaré luego a ver cómo sigues. No quiero más problemas y no tengo que repetirlo.

—No.

Eso fue todo. Trevor lo dejaba en paz por un rato y la verdad que lo único que quería Chris era poder abrir la ventana y lanzarse del décimo piso.

Dos horas, dos días...

Hacía dos horas que ese mocoso no se movía. Quizá debería fijarse si todavía respiraba. Parecía tranquilo ahora, hundido entre las sábanas de su propia cama, vestido con su ropa.

Apenas despertara lo metería en la ducha. Era un proceso lento y doloroso asear a ese enano. Sacarlo de la cama era arrastrarlo por el suelo como a un objeto sin vida.

Decidió no moverse y hacerle la vida más difícil. Dominick se dejaba arrastrar hasta el baño y no movía ni un dedo para participar en su aseo. Chris lo depositaba sobre la tina y abría el grifo del agua.

Durante el primer baño supo que tenía que lavarlo o verlo ahogarse en su propia tina. Chris agotó su reserva de palabrotas durante la primera sesión de lavado. Dominick no se movía, no hablaba y parecía que no tenía fuerza para hacerlo.

No me fue muy difícil notarlo, el chico estaba drogado. No podía ni sostener su propio cuello. Chris le restregó la piel hasta dejarlo cubierto de marcas rojas y se quedó con varios mechones de cabello entre sus dedos.

Lo secó lo mejor posible intentando ser menos tosco, pero falló a miserablemente. Una vez terminó con el lavado y secado, le puso su propia ropa. Una camiseta que nunca usaba y cuyas mangas le quedaban demasiado largas al enano ese.

Dominick ahora dormía con los ojos entreabiertos y el rostro casi cubierto por las mangas de la camiseta.

Media hora más entre reflexiones y verlo consumirse sobre la cama, Dominick despertó.

Apenas levantó la cabeza y se volvió a refugiar en la cama. Ni una palabra; nada. Seguro se volvió a dormir.

Cuando se despertó fue gritando. Chris casi se cae de la silla. Andaba revisando su móvil cuando al voltear vio el rostro aterrado de Dominick intentando bajarse de la cama. Le dijo que se quedara dónde estaba, pero no le hizo caso.

Aterrizó en el suelo y de bruces. Luego no podía levantarse. Se quejó de dolor, pero no dijo dónde. Chris lo hizo recostarse, pero el enano intentó escapar de sus brazos.

Ardía en fiebre y tenía la frente cubierta de sudor. Chris no lo pensó dos veces y lo metió al agua, para enfriarlo. Una vez más tuvo que salvarlo de ahogarse en una tina de baño.

Dominick temblaba y parecía que la piel se le iba a desprender por la violencia de sus sacudidas. Chris entibió el agua pensando que pudiera ser por frío, pero no sirvió de nada.

A esas alturas, ya sospechaba la razón de los temblores y la fiebre; solo que no quería pensar en ello.

Levantó al chico del fondo de la tina y recibió varios golpes en el proceso. Consiguió llevarlo a su habitación de nuevo, empapado y lanzándole mordiscos.

Al no poder repelerlo como quería, Dominick le aplicó un par de patadas que le dieron en medio del pecho. Bastaron para que retrocediera midiendo sus acciones. El chico se volvió a encoger en la cama, todo mojado.

Rapsodia entre el cielo y el infiernoWhere stories live. Discover now