Capítulo 15: Tensión.

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Liam

De nuevo, me encuentro frente a su puerta en medio de la semana, buscando una respuesta que se ve obstaculizada por un silencio profundo e inhóspito. Del otro lado, escucho su respiración y el latido de su corazón, pero se niega a abrir la puerta, tratando de hacerme creer que no está en casa. Aunque me lastima y quema el alma, no me detengo, persisto para demostrarle mi interés, sin comprender cómo llegamos a este punto ni qué hice para merecerlo.

Los días pasan como un parpadeo, pero para mí, cada uno parece una eternidad. Hasta ahora, Matthew no corre peligro gracias a la vigilancia constante de los miembros más antiguos de la manada de Nathaniel y, en ocasiones, nosotros también hacemos guardia, especialmente yo. Nathaniel ha entrenado a Dallas, Malia y Douglas para fortalecerlos, proporcionándoles habilidades más aguerridas y ágiles. Incluso nosotros hemos recibido un entrenamiento adicional, preparándonos para posibles enfrentamientos con consejos y técnicas para obtener ventaja en la batalla.

Sin embargo, nuestro mayor problema persiste: los Cazadores. Aunque pensamos que nos habíamos librado de ellos, siguen buscando a Douglas, creyendo que la manada de Nathaniel lo secuestró. Han intensificado sus trampas y aumentado la vigilancia en el bosque. Nathaniel insiste en que debemos hacerles creer, de alguna manera, que él está muerto, aunque este plan tiene consecuencias graves y venganza segura.

Toc, toc...

Golpeé la puerta con fuerza, el sonido resonando en la quietud de la tarde. Pero esta vez, mi paciencia se había desvanecido por completo. La necesidad de respuestas me consumía, amenazando con arrastrarme hacia la locura si no descubría la verdad pronto.

La madera crujía bajo la presión de mi mano impaciente, y la puerta cedió con un sonido ominoso. Allen, a la sombra en la penumbra, murmuró con incredulidad al ver mi gesto audaz.

—¿Qué diablos estás haciendo? —susurró, pero no había espacio para explicaciones.

Entré, desesperado por encontrar respuestas en ese espacio cargado de oscuridad. Las luces apagadas añadían un aire tenebroso, y el sol agonizante dejaba que la sombra se apoderara de cada rincón. La urgencia me impulsaba, cada segundo volvía el ambiente más opresivo.

—Liam, no lo hagas. Regresa —las suplicas de Allen se desvanecían en el aire mientras avanzaba sin mirar atrás.

Un ladrido procedente del segundo piso rompió el silencio, el nombre "Firus" resonó en el aire. Mi corazón latía con fuerza mientras escalaba las escaleras, siguiendo la pista del sonido. Abrí la puerta de la habitación de Matthew, y la penumbra dejó entrever una figura que se movía, una sombra tomando forma frente a mí.

—¿Matthew...? —mi voz se perdió entre el silencio, solo para ser respondida por el inconfundible ladrido de un perro.

—Firus... No hagas ruido —la voz de Matthew emergió de la oscuridad.

Mi mirada se posó en una silueta a mi derecha, moviéndose rápidamente. La habitación estaba impregnada de un suspense palpable. Instintivamente, volví la cabeza hacia el movimiento, intentando descifrar qué era lo que tenía en las manos.

—¿Qué haces aquí? —la voz temblorosa de Matthew rompió la tensión en el aire.

—Quería saber cómo estabas. ¿Por qué has estado ausente últimamente? —mi voz buscaba calmar la incertidumbre que se apoderaba de mí—. Temía que algo malo pudiera haberte pasado.

—No es asunto tuyo lo que haga o me suceda —añadió en un tono cortante y tembloroso.

—Pero tú eres mi asunto —dije dando un paso adelante.

Luna Llena (Gay)Where stories live. Discover now