Capitulo 7: Legión. La manada - Parte 1

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—Liam, necesito decirte algo muy importante —logró escuchar el susurro de Joe, que era dirigido a él—. Estoy justo enfrente de la casa de Matthew —enseguida notó que había algo extraño en su voz. Mientras Joe esperaba respuesta por parte de Liam, comenzó a dar vueltas en el patio—. Es algo relacionado con Nathaniel —continuó—. Desea hablar contigo, ahora —Liam se preguntó quién era ese tal Nathaniel.

¿Acaso era un familiar de Joe? O quizá, ¿un amigo cercano a él? No supo cuál era la respuesta y si quería saberla, tenía que abandonar la casa de Matthew cuanto antes e ir con Joe, quien seguía en el patio dando vueltas como un loco desesperado e impaciente.

Pensó en una excusa para poder irse, algo que fuese creíble y sin dar muchas explicaciones. Pero por otro lado no quería abandonar a Matthew, quería estar a su lado y disfrutar de su compañía, luego de recordar lo que Ray y Douglas le hicieron, quería vengarse aunque Joe le haya prohibido tener algún tipo de enfrentamiento con ellos, ya que podría revelar su verdadera naturaleza y su vida correrá peligro; no solo la de Liam sino la de todos los Hombres Lobo que asisten al colegio y habitan en la ciudad.

—Matthew —se puso de pie y dejó que las palabras salieran de su boca—, lo siento pero debo irme a casa. Mis tíos deben estar preocupados —tomó un suspiro y asintió con una sonrisa en su rostro.

—Está bien —Matthew no quería que Liam lo abandonara y entendió las razones—, adiós.

—Prometo venir más tarde —se dirigió a la puerta y antes de salir por ella, miró al chico por última vez permaneciendo muy cómodo en el sofá con la mirada perdida en el piso, sosteniendo con sus manos la taza de té que había preparado anteriormente.

Cuando estuvo a punto de cruzar la puerta, decidió despedirse dándole un beso en la mejilla y no diciéndole un simple "adiós". El beso sorpresa hizo sobresaltar al chico y lograr subir su ánimo, posteriormente Liam se fue con una sonrisa en su rostro.

—¿Qué sucede? —le preguntó a Joe. No estaba solo, Dallas y Malia también lo acompañaban.

—Nathaniel quiere hablar contigo.

—¿Quién demonios es Nathaniel? —arrugó la frente.

—Nathaniel es el Alfa —ahora su pregunta era, ¿por qué? Algo que no pudo responder de inmediato.

El sol irradiaba con intensidad en lo más alto del cielo, pintando de un resplandor dorado el asfalto poco transitado por el que los chicos se aventuraban, siguiendo a Rachel, quien fingía como la guía. Ella, con su actitud ruda, llevaba una vestimenta que resonaba con la misma dureza que la caracterizaba.

Los cinco amigos se encaminaron hacia la morada de Nathaniel, cuyo hogar se erguía de manera aislada, apartado del bullicio de la ciudad, en lo alto de una pequeña colina, y rodeado únicamente por el abrazo del bosque. La vivienda, una reliquia que una vez perteneció a los padres de Nathaniel, se perfilaba como la única construcción en kilómetros a la redonda.

Después de una travesía considerable, finalmente llegaron a su destino. Ante ellos se alzaba la puerta principal de la casa, y la expectativa se cernía en el aire, pues Nathaniel seguramente los esperaba ansioso en el interior. Mientras todos imaginaban que Rachel tocaría la puerta, para sorpresa de Liam, simplemente la abrió y se adentró.

La puerta quedó entreabierta, invitando a Liam y al resto del grupo a entrar. Permanecieron afuera por un breve instante, mientras Rachel los observaba desde el interior con atención; podía sentir el miedo palpable en Joe y los nervios de Liam, así como la ansiedad que embargaba a Dallas y Malia.

Tras la entrada de Joe en la morada, Liam y los otros dos chicos lo siguieron. Rachel cerró la puerta tras ellos y, con un gesto enigmático, les indicó que la siguieran hacia el sótano.

Luna Llena (Gay)Where stories live. Discover now