Capitulo 25: Retaliación - Parte 2

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El sonido melódico de los instrumentos de Natalia llenó la habitación, rompiendo el abrumador silencio que parecía haberse instalado como un manto denso. Con cada nota, ella parecía sumergirse más en su trabajo, dedicada y entregada sin descanso. Mientras tanto, Allen mantenía su mirada fija en el paisaje que se desplegaba más allá de la ventana, evitando cualquier contacto visual con Natalia. Sus ojos, enrojecidos y cargados de una tristeza profunda, revelaban la angustia que lo consumía por dentro.

Cuando finalmente Natalia anunció que había terminado, Allen apenas pareció reaccionar. El dolor que sentía no se manifestaba en gestos físicos, sino que se alojaba en lo más hondo de su ser, haciéndolo casi inmune al mundo exterior.

La puerta se abrió con suavidad, revelando la figura de Rachel al otro lado. Natalia, con un gesto de comprensión, le indicó con un movimiento de cabeza que el momento no era propicio, y Natalia se retiró, dejándolos solos.

—Allen... —murmuró Rachel, acercándose a él en la estrecha camilla. Se sentó a su lado, deseando con todo su ser poder brindarle algún consuelo.

Para ella, ver a Allen en ese estado era desgarrador; acostado en la cama con la mirada perdida, sumido en un mar de pensamientos oscuros y sin esperanzas.

Allen se giró lentamente hacia ella. Había decidido que ya era hora de enfrentar sus emociones, de dejar salir todo lo que había estado guardando durante tanto tiempo. La noche anterior había sido brutal, con lágrimas que no parecían tener fin, pero ahora sentía la necesidad de hablar, de compartir su dolor con alguien que pudiera entenderlo.

—Ya no está conmigo. Lo he perdido —susurró, con la voz quebrada por la tristeza y el pesar. Cada palabra parecía arrancada de lo más profundo de su ser, cargada de un sufrimiento inmenso.

Rachel lo miró con compasión, sintiendo cómo se le encogía el corazón ante el dolor de su amigo. Extendió sus brazos y lo abrazó con fuerza, ofreciéndole el consuelo que tanto necesitaba en ese momento de desesperación.

—Me duele verte así, Allen. Quisiera poder hacer algo para ayudarte —murmuró ella, dejando que sus palabras se perdieran en el aire cargado de tristeza.

—Perdí a Joe... Lo perdí para siempre... Y todo es culpa mía —confesó Allen, dejando que el peso de su culpabilidad se posara sobre sus hombros una vez más.

En la habitación principal, Nathaniel caminaba de un lado a otro, preocupado por la desaparición tanto de Douglas como de Ringo, y por la extraña presencia de Ray junto a Allen minutos antes de que este último asesinara a Joe. Sus pensamientos se agolpaban, llenos de preguntas sin respuesta, pero sabía que no era momento de abordar a Allen con interrogantes. El dolor que lo embargaba era evidente, y era mejor no agregar más peso a su carga emocional. Minutos después, Rachel salió de la habitación de Allen, donde la mayoría de la manada ya esperaba ansiosa.

—Está descansando. Sus sentidos están temporalmente bloqueados. No pudo percibir ni escuchar nada detrás de estas paredes —informó Rachel, con un gesto de preocupación en su rostro.

—Y no tiene fuerzas para levantarse —añadió Natalia, compartiendo la preocupación de Rachel.

—Es lo mejor así. No podemos arriesgarnos a que descubra que Ray está aquí con él —comentó alguien con seriedad.

—Pero... debemos hacer algo —intervino Malia, con un tono nervioso en su voz—. Cuando Allen se entere, querrá vengarse —las dudas y cuestionamientos comenzaron a surgir entre los presentes.

—Sigo sin entender por qué lo ayudamos sabiendo lo que hizo —manifestó uno de ellos, expresando la incertidumbre general.

—Nosotros somos los buenos —Nathaniel decidió intervenir para recordarles el propósito que los había reunido—. Estamos aquí para proteger a los humanos dentro de nuestro territorio, y aunque lo vean como enemigo, Ray es humano —la esperanza de Nathaniel residía en Ray.

Luna Llena (Gay)Where stories live. Discover now