Capitulo 24: Retaliación - Parte 1

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En el corazón de aquel bosque remoto, la oscuridad reinaba como un manto pesado sobre la tierra cubierta de nieve. James, el alfa de la manada, se encontraba rodeado por sus fieles compañeros, cada uno de ellos una sombra en la penumbra de la noche. El frío se filtraba hasta los huesos, mientras los copos de nieve danzaban en el aire antes de posarse delicadamente sobre el suelo, formando un tapiz blanco y brillante bajo la luz de la luna.

—Ha sido una espera ardua y plagada de obstáculos —murmuró James, su aliento escapando en pequeñas nubes de vapor frente a él—. Pero aún no hemos alcanzado nuestro objetivo.

El tono de frustración en su voz resonó entre los árboles, reflejando la impaciencia que bullía en su interior. Isabella, su más leal seguidora, se adelantó con determinación, sus ojos brillando con un fuego interior de color azul.

—Estamos al borde de la victoria, James —declaró con convicción—. Nos convertiremos en la fuerza dominante, en el clan que todos temerán y respetarán.

Las palabras de Isabella resonaron con una fe inquebrantable, pero en lo más profundo de su ser, ella sabía que el futuro era tan incierto como las sombras que se alargaban entre los árboles. Las visiones que había tenido, donde James triunfaba, eran solo destellos fugaces en el vasto panorama del destino. Temía que al pronunciar sus esperanzas en voz alta, pudiera alterar el curso de las cosas.

—Es ahora o nunca —gruñó James, su voz vibrando con una mezcla de ira y determinación—. Y aquel que se interponga en nuestro camino será aplastado sin piedad.

Pero entonces, una voz vacilante se alzó entre ellos, interrumpiendo la atmósfera tensa como un eco distante.

—Pero... señor. ¿Qué hay de Allen? —el nombre resonó en el aire como un eco sombrío.

Allen, el desertor, el traidor que había dejado su manada en busca de su propio camino. Su ausencia había dejado un vacío en sus filas, un vacío que ahora amenazaba con socavar todo lo que habían trabajado para lograr. James apretó los puños con rabia, consciente de que Allen representaba un obstáculo insidioso en su búsqueda de dominio. ¿Cómo podrían neutralizarlo? Esa pregunta colgaba en el aire como una sombra ominosa, esperando ser respondida.

—Ese maldito pagará por haberme desafiado —siseó James, el rencor palpable en cada sílaba que escapaba de sus labios—. Tengo un plan para él, pero necesitaré tu ayuda, Fredd.

La oscuridad parecía congregarse a su alrededor mientras James compartía su plan con su fiel lugarteniente. Fredd asintió con solemnidad, sin vacilar en su lealtad hacia su líder.

—Por supuesto, James. Estoy contigo en esto.

El plan de James era como una sombra tenebrosa, enredada y sinuosa, sin importarle las repercusiones que pudiera tener en los demás con tal de lograr su anhelado objetivo. Isabella, observando desde la periferia, sentía un cosquilleo de intriga recorriendo su espina dorsal. Se preguntaba qué maquinaciones había tejido James, pero antes de que pudiera indagar más, una ráfaga de imágenes inundó su mente, llenándola de una emoción ferviente. Una sonrisa astuta se dibujó en sus labios mientras contemplaba el futuro que se desplegaba ante ellos.

Mientras tanto, en una escena íntima en las primeras horas de la madrugada, Matthew y Liam se encontraban sumergidos en su propio mundo de afecto y ternura. El resplandor suave de la lámpara de noche iluminaba la habitación, pintando un paisaje de amor y complicidad entre los dos jóvenes.

Matthew, con los dedos acariciando suavemente el cabello de Liam, le dedicó una mirada llena de amor mientras sus labios se curvaban en una sonrisa reconfortante.

—No permitiré que nada malo te pase. Me preocupa perderte —murmuró Liam, su voz cargada de ansiedad.

—Estaré bien, te lo prometo —respondió Matthew con una calidez reconfortante, sellando sus palabras con un beso tierno en la mejilla de Liam.

Luna Llena (Gay)Where stories live. Discover now