16. La pérdida de un hijo.

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-Era una muchacha feliz en mi aldea, ayudaba a mi madre a cultivar los campos de arroz y llevaba una existencia tranquila, sin más aspiraciones que levantarme para el siguiente día. A los dieciséis años me casé con mi novio de toda la vida.

YiFan abrió lo boca sorprendido, le costaba creerse que hubiera gente que se casase a esas edades.

-¿Te sorprende? Bueno, en mi pueblo es común, algunas incluso se casan cuando tienen su primera regla. Nacimos para procrear YiFan, para qué esperar, son las costumbres de mi etnia y hasta el gobierno chino lo respeta.

-Si no digo que no...pero igualmente me parece que la gente allá se casa muy joven.

-Me casé sin obligación, y él tampoco. Éramos novios desde los doce años y nos moríamos por vivir juntos y por lo que ya sabes...la única manera era casándonos...

-Bueno, no necesariamente uno debe de casarse para tener sexo-objetaba.

-YiFan, es tradición llegar virgen al matrimonio y es una costumbre inquebrantable. Si se descubre que la novia no lo es, puede provocar que la expulsen de la aldea, para nosotros, es un tema muy serio.

Rinah se quedó callada, como si lo que tuviera seguir contando, le estuviera golpeando en el pecho, cerró los ojos para serenarse, intentando controlar sus emociones.

-Tuvimos nuestro primer hijo al siguiente año, toda la comunidad lo celebró por todo lo alto y fue uno de los días más hermosos de mi vida-le narraba con una leve ensoñación en sus ojos-sin embargo un día, mi marido se fue con los hombres del pueblo a talar unos árboles, estábamos preparándonos para el invierno y necesitábamos madera.

No podía continuar con su relato, el cigarro se consumía lentamente, mirando el humo como se elevaba hacia el techo de la habitación y se expandía.

Una nebulosa de sentimientos se rompieron aquel día, cuando los hombres del pueblo corrían hacia su casa, y ella sujetaba a su hijo de tres meses con sus brazos.

-Supongo que algo le pasó a tu marido...

-Así es, uno de los árboles le cayó encima, calcularon mal la inclinación y acabó completamente aplastado.

-Dios...lo siento Rinah...

-Lo trajeron sin vida a la aldea, no me dejaron verlo, no querían ver en qué estado había quedado, pero pude tocar su mano, aún estaba caliente, y por mucho que intentaba estrecharla, él no me respondía. Al final se lo llevaron para prepararlo para la sepultura y yo me vi inmersa en una terrible depresión por su muerte.

YiFan la abrazó, sintiendo compasión por ella, tan joven y viuda a la vez.

No se lo quería ni imaginar.

-YiFan estoy bien, todo eso pasó hace ya mucho tiempo-le dijo separándose de él.

-Lo siento, no quería incomodarte...

-No lo haces, simplemente ahórrate tenerme lástima, es algo que odio.

-Pero yo no...

-YiFan, lo que me pasó no es comparable de lo que me pasó después.

Ella se levantó de la cama completamente desnuda, YiFan saboreaba esas anchas caderas, comprendiendo el por qué eran así ahora, comprendiendo esa tez morena y esos rasgos tan únicos de su rostro.

-Al quedarme viuda, ningún hombre se haría cargo de mí. Nadie quiere cargar con el hijo de otro, así que me refugié en mi familia, ya de por sí era numerosa y los gastos de un bebé eran considerables.

-¡Pero es injusto!

-¡Son nuestras costumbres YiFan! ¡Si el marido muere, es la familia de la mujer la que debe hacerse cargo!-le gritó exasperada al ver que él lo veía desde un prisma cultural equivocado.

Tell me what is  love. Baekhyun (+18)Onde histórias criam vida. Descubra agora