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"Sus labios rozaron los míos y sus brazos abrazaron mi cintura. Sonreí mientras lo miraba...

— No comprendo bien lo que siento pero no quiero evitarlo."

Abrí los ojos de golpe y miré hacía ambos lados. ¿Solo había sido un sueño? Mordí mi labio y apreté las sabanas con fuerza, patalee evitando gritar y me cubrí la cara. Me siento tan estúpida. ¿Que hora es? ¿En qué día vivo?

— Hermione. — la llame. — ¿Estas despierta?

— Si. — me contesto de vuelta. Claro que esta despierta, ella sale antes que el sol.

— ¿En que hora y día estamos viviendo? — le pregunto nuevamente y lo primero que recibí de su parte fue una risa demasiado risueña.

— Es sábado y son las ocho de la mañana. — ¿Y alguien me puede explicar que hago despierta a las ocho de la mañana un sábado? Eso no es algo natural. Si había algo importante para mi eran las horas de sueño. — ¿Que te despertó?

— Blaise. — me senté en la cama y ella río al verme. Mi cabello debía estar hecha todo un desastre, limpie la baba de mi mejilla. — Soñe con él y fue algo muy dulce, muy bonito. — me sonrió. — De ser nada en mi vida ahora el chico aparece hasta en mis sueños.

— Amiga es obvio. — río. — Eso no es malo.

— Es estúpido.

— Ay Amelia. — cerro el libro que tenía en sus manos. ¿Que hace leyendo? ¿Estará conciente de que es sábado y es muy temprano? ¿Como es que su cerebro esta trabajando tan temprano? A duras penas el mío estaba analizando que estaba despierto. — ¿Irás a Hogsmade?

— ¿Tu lo harás? — me volví a recostar y me cubrí bien con las sabanas.

— No lo creo, no estoy segura. — solté un bostezo y cerré los ojos. — ¿Y tu?

— No iré, solo quiero dormir, dormir y seguir soñando.

— ¿Y si lo haces real? — me senté nuevamente en la cama y la miré con interés. — La mayoría de los chicos se van del colegio, eso quiere decir que estará bastante solitario el castillo y es perfecto para que pases tiempo con Blaise sin que los molesten.

— Hermione no somos novio. — quizás un paseo por el lago no estaría mal y puedo buscar fresas en la cocina.

— Pero están compartiendo saliva y tus sueñas con él, no son novios pero tampoco son nada, así que pueden tener citas.

— Tu te lo estas tomando mas enserio que yo. — una nota como la noche anterior apareció frente a mi. Hermione salió disparada de su cama y se metió en la mía para ver quién me había escrito. — ¡Oh por todos los cielos! ¡Es él!

"¿Crees que tus pies torpes te permitan dar un paseo sin tropezar?" Eso fue intento de ser dulce. — reí.

— No hay intento, ese es Blaise. — le dije con gracia, como si lo conociera bien. — No hay una gota de dulzura en su sistema. — ambas nos reímos y yo mire la nota otra vez. — ¿Segura que no saldrás con los chicos?

— ¿Y si te hago de tercera? — sonreí y ella nego rápidamente. — Tranquila, estaré bien, iré a la biblioteca.

— Porque no me sorprende. — me coloque de pie y fuí hacía el escritorio para contestarle. "Creo que sí."  — Pásala bien con tus libros. — comencé a caminar para ir hacía el baño y al entrar me resbalé. ¡Demonios de vuelta en el suelo! Me dolió demasiado el trasero, Lavander dejo el baño mojado otra vez.

— ¿Amelia? ¿Estás bien?

— Me acabo de dar en el trasero. — me apoye para levantarme, hice una mueca al sentir la molestia en el pie.

— Tienes que tener más cuidado. —  como si eso fuera posible. ¡Además yo mo tengo la culpa! ¡Lavander dejo el suelo mojado! —  ¡Buscaré tus cosas! Así evitamos más accidentes.

—Gracias.

***

Mire el inicio de las escaleras y los recuerdos de la caída vinieron a mi cabeza. ¿Cómo puedo ser tan inútil? Es que ni caminar bien puedo, ni eso puedo, lo único que se hacer bien es dormir y comer, aún no entiendo cómo estoy tan delgada. Todo es tan confuso.

— ¿Necesitas ayuda? — mire a Blaise al final de la escalera y bufo divertido. — Vamos, si te caes con suerte te sujeto.

— O nos caemos los dos. — comencé a bajar con la mayor precaución, hasta que no tenía los dos pies en el escalón no bajaba hacia el otro y me sujetaba bien del pasa mano. Ya casi llego.

— Tranquila, tenemos todo el día para que bajes las escaleras, tu tomate tu tiempo. — claro, no pierde el tiempo para burlase de mi.

— ¿Te estás burlando de mí?

— No estoy haciendo tal cosa.

— ¡Lo estás haciendo!

Sonrió de medio lado y sentí como mi corazón se aceleró en cuestión de segundos. Mis mejillas ardieron, ya estaba por llegar al final de las escaleras pero coloque mal el pie y me fui hacía enfrente. En menos de un segundo pensé que me tendrían que reconstruir la cara por el golpe, pero el golpe nunca llegó, lo que sí llegó fue ese aroma tan delicioso a mis fosas nasales.

— Te dije que te iba a sujetar. — abrí los ojos y lo mire, si, nuevamente había detenido mi encuentro con el suelo. Le sonreí.

Protegida | Blaise ZabiniWhere stories live. Discover now