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Vacaciones de Navidad

23 de diciembre de 1995

Amelia

Solo faltaban dos días para Navidad y para mi desde que tengo uso de razón mis festejos por las fiestas comenzaban desde el 23 de diciembre. ¿Por qué? Porque era cuando mi familia comenzaba a reunirse. Este día me resultaba especial, me tomaba un tiempo para poder soportar a Draco durante todo un día, sin su padre, sin prejuicios, solo él, yo y nuestras madres. Tonks solía venir con nosotros pero los tiempos cambian y después de todo, ella no conectaba también con este lado de nuestra familia, no terminaba de comprenderlo.

Mi madre entro en la casa con varios regalos siguiéndola, era una casa hermosa que había en medio de un pequeño bosque a las afueras de Londres y me detuve por un momento en la entrada para poder apreciar el jardín, aún con toda la nieve que se encontraba cayendo mucha de las flores seguían totalmente intactas y eso sin duda alguna le daba un toque especial al lugar. 

Hermione me había enviado cartas y en esas cartas me comentaba de sus interesantes conversaciones con nuestro nuevo profesor. Ella se encontraba muy entusiasmada con ese intercambio de cartas y yo me encontraba muy feliz por ella, me alegraba que comenzara animarse. Solo había intercambiado con Harry y Ron una que otra nota, ambos habían salido del colegio este año y estaban en la casa de los Black. Blaise, bueno, su casa y la mía si estaban considerablemente lejos y era imposible que pudiéramos recibir algo todos los días y a pesar de eso habíamos mantenido una comunicación constante estas vacaciones. Contra todo pronostico me hacía mas falta de lo que había esperado que me hiciera.

Sonreí y tome el pomo de la puerta para finalmente entrar en cálido recibidor.  Un delicioso olor a galletas de jengibre y chocolate caliente me embriagaron. Sonreí, deje mi abrigo de lado y me adentre en la pequeña mansión. Un aura de familiaridad me embargo y me permití olvidar muchas de las cosas que se encontraban rondando en el ambiente los últimos días.

– ¿Estarás en la entrada todo el día? – Draco se cruzó de brazos, estaba vestido de negro, como siempre, frunció el ceño al verme y abrí mis brazos.

– ¡Dracooo! – mentiría si dijera que llegar hasta él fue fácil y sin accidentes, me enredé con el borde de la alfombra y si él no hubiera tenido muy buenos reflejos, estaría en el suelo, otra vez. – Te extrañe.

– Yo no te extrañe a ti. – reí y lo abracé más fuerte, le plante un beso en su mejilla mas de una vez. – ¡Amelia! – se quejó y me soltó, le pegue fuerte y nos miramos mal. – Compórtate.

– ¡Eres un insensible! – me quejé y me cruce de brazos, alejándome indignada hacia la sala, esta casa tenía dos, la que se encontraba en el recibidor y una que se encontraba cruzando el pasillo entre la cocina y la biblioteca.

Mi mamá debía estar con mi tía en la cocina, así que no nos prestarían nada de atención hasta la cena o que escuchara que nos matábamos.

Me tire sobre el sofá y me cubrí hasta la cabeza con una de las sabanas que reposaba en los espaldares, escuché una risa y rodé los ojos.

– ¡No es gracioso Blake! – chille.

Espera un momento.

Abrí los ojos de inmediato e intente quitarme la sábana de encima, me enrede y caí, su risa se escuchó más clara. Mi corazón comenzó a latir con mucha mas fuerzas y me libere de lo que me enredaba.

– No hermosa... – mis mejillas se sonrojaron al instante. – Es Blaise.

– Estás aquí. – se bajo a mi altura y tomó un mechón de mi cabello, me sonrió y sentí todo revolverse en mi estómago. ¿Realmente estaba aquí? ¿Qué hacia aquí? ¿Cómo había llegado aquí? ¿Draco lo trajo? ¡Oh por todos los cielos!

Protegida | Blaise ZabiniHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin