Protegida | Blaise Zabini

24

Los días pasaron largos y tediosos entre las clases de DCLAO que se habían vuelto entrenamientos, las tareas de las asignaturas, los repasos de los TIMOS y el que Dumbledore ignorara a Harry nos había tenido de un lado hacia otro.

Los problemas con Ronald seguían y mis encuentros con Blaise en los pasillos se daban con frecuencia en las noches, escabulléndonos de los prefectos cuando daban sus rondas.

Y así entre trabajo, trabajo y encuentros nocturnos los TIMOS llegaron y puedo asegurar que ha sido la semana más estresante de mi vida.

Y había llegado a su fin.

— ¡Terminamos! — salte sobre Harry cuando salimos del último TIMOS, el río mientras me sujetaba para no irnos de cara al suelo, podía escuchar a Hermione repetir las respuestas una y otra vez asegurando que hubiera colocado todo bien.

Estaba segura que había aprobado todas las clases con un sobresaliente, se preocupaba por nada.

— ¡Al fin! ¡Al fin podré dejar de soñar con la cara de los profesores persiguiéndome!

Apreté mi mejilla contra la suya y reí mucho más, él parecía esforzarse lo suficiente para no caer.

— Amelia... te quiero pero no es como que peses como una pluma. — reí y estiré mis piernas para tocar el suelo, me giré hacia Hermione que observaba unos pergaminos, pergaminos que le quite de la mano y ella abrió los ojos grandemente.

— Pero que... ¡Amelia! ¡Dame eso!

— Calma, Granger, los exámenes acabaron y mientras llegan los resultados lo que tú harás será disfrutar y no pensar en que hiciste bien o mal. — los tire hacia aire. — ¡Vamos a divertirnos! — Ronald salió del aula y sonreí, aún no parecía soportarme pero no me importaba mucho, seguía siendo uno de mis mejores amigos. — ¡Ronaaald!

— ¿Que? — me sujete de su brazo y me observo con el ceño fruncido.

- ¡Vamos al lago! El verano llegó, hace calor, los exámenes acabaron y...

— Respira.

— ¡Vamos! ¡vamos!

Hermione y Harry nos miraban entre divertidos o preocupados por la reacción del pelirrojo que parecía que mientras pasaban los segundos se ponía cada vez más rojo.

— ¡Ya basta! — se soltó de mi agarre, di un paso hacia atrás y pasó una mano por su cabello varias veces, se fijó en mi y relajó un poco su mirada. — Está bien.

— ¡Si!

Nuestra primera parada fue la torre de Gryffindor para dejar nuestras cosas y cambiar nuestra ropa para pasar la tarde en el lago. Neville, Seamus, Dean y Ginny se nos unieron en el camino, al salir de la sala común nos encontramos con la dulce Luna y también vino con nosotros.

— ¿Que hacen ellos aquí? — murmuro Ronald molesto al ver a Blaise y Theo cruzar el pasillo, me miró molesto y coloqué los ojos en blanco.

— Ellos también viven aquí. — dije lo obvio antes de caminar hacia Blaise que sonrió de medio lado, Theo mantenia una expresión calmada. — Ahora los alcanzó.

— ¿Como te fue? — mis amigos siguieron su camino y suspiré.

— Estoy segura que no reprobé. — besé sus labios, reí. — Eso es suficiente, ¿y ustedes?

— Bastante bien. — contestó Blake divertido y miró a Theo sobre el hombro, él castaño me miró por un momento antes de contestar.

— Perfecto.

— Claro que si. — Blaise besó mis labios otra vez.

— ¿Y a donde iban?

— Los exámenes terminan y el verano ya está sobre nosotros, vamos para el lago para disfrutar los pocos días de colegio que nos quedan. — cuando el tercer beso llegó, Theodoro giró sobre sus pies y se alejó de nosotros unos cuantos pasos. — ¿Quieren venir?

— Me parece un buen plan. — me sonrió el moreno mientras sus se ajustaba a mi cintura y luego acariciaban mi espalda de manera insinuosa, mis mejillas ardieron. — Me encararía ver que llevas bajo la ropa para...

— Blaise. — Theo cortó cualquier cosa cochina que estuviera pasando por su cabeza y reí por lo bajo. — No podemos, ya tenemos planes.

El rostro de Blaise cambió, recordando algo que había olvidado por completo y sus labios volvieron a tomar los míos en un beso más largo, más intenso y lleno de algo diferente que no pude descifrar.

— Lo siento. — susurro entre leves jadeos y toque su mejilla, sonreí levemente.

— Oye no seas tonto, ya tenías planes, está bien.

El sonrió y besé su mejilla antes de dar un paso hacia atrás, me guiño el ojo una vez más y Theo se despidió con un asentimiento de cabeza antes de que ambos se internaran en los pasillos. Me quede unos minutos observándolos hasta que los perdí de vista en una esquina y suspiré antes de ir casi que corriendo (intentando no tropezarme conmigo misma) por los pasillos.

— ¿Está todo bien? — para mi sorpresa el primero en preguntar fue Ron, estaban todos agrupados en las tres rocas esperando por mi.

— Ehh, si.

Hermione sonrió desde su lado y nos hizo una seña para que continuáramos el recorrido.

Aún cuando el verano estaba aquí el agua estaba fría y nos dio mucho miedo el querer entrar a profundidad por todas las criaturas que sabíamos estaban en el fondo del lago. Optamos por remojar nuestros pies y hacer una guerra de agua con nuestras varitas mientras corríamos por la orilla, Neville llegó a caerse en una parte profunda y uno de los tentáculos del calamar lo trajo hasta la orilla. Estuvo llorando por 10 minutos corridos del susto mientras yo intentaba no llorar con él por la risa que me causó la cena.

— Todo siempre me pasa a mi. — logró decir entre hipos y no pude evitar reír frente a él.

— Créeme Neville, todos caminamos ese camino. — pase mi mano por su cabello mojado y luego que logro calmarse seguimos jugando hasta que el frío comenzó hacer un impedimento para continuar.

Busque a Blaise en la cena pero no había ido al Gran Comedor, Theo y Draco tampoco, no quise hacerme más interrogantes o preocuparme en exceso por algo que no sabia e intenté concentrarme en mis amigos hasta que llegamos a la sala común y cada quien se fue a su habitación.

Hermione cayó rendida al instante en que su cuerpo tocó la cama y yo esperé un rato más, esperando el momento preciso para salir de la sala común y buscar a Blaise pero antes de que pudiera hacerlo una nota de su parte me llegó.

"No podré encontrarme contigo esta noche, las cosas en Slytherin están muy tensas. Perdóname.

Blaise"

Ahora si no había forma de que no me preocupara.