twenty eight

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¿Mark?¿Johnny?

Mark tragó mientras sentía como Johnny acariciaba su mejilla, cerró sus ojos al sentir los dedos del chico rozar la delicada piel de su rostro. Un nudo en la garganta le impedía hablar y
decirle aquello que rondaba por su cabeza por lo que solo pudo quedarse en silencio.

Sintió los labios de Johnny sobre los suyos, fue un beso suave, delicado, casi como si no quisiera hacerlo más profundo, un ligero roce.

Una voz femenina los alertó a ambos, había llegado la hora de partir.

Ambos se vieron a los ojos por última vez, el muchacho le sonrió y él hizo un intento de sonrisa pero no estaba seguro de si lo había logrado de cualquier manera no hubo tiempo, la voz femenina que salía de los altavoces del aeropuerto los volvió a interrumpir presionando a Johnny para que fuera hasta la línea para entrar a su avión.

Mark no podía creer que se estaba
marchando.

Su vista permaneció clavada en la espalda del muchacho. A lo lejos escuchaba que decían su nombre pero no le prestaba atención a esa voz, su mente estaba triste como para hacerlo, su corazón estaba triste.

—Mark. Mark —sintió como lo sacudían lentamente—. Mark, vamos lindo.

La imagen fue tornándose borrosa y sintió que salía de escena.

—Mark, despierta —escuchó la voz de Johnny susurrarle al oído.

Sus ojos se abrieron lentamente, ya no se sentía solo ni triste, unos fuertes brazos lo rodeaban y una cálida respiración golpeaba contra un costado de su rostro, su vista se aclaró y
vio el pecho de Johnny que era cubierto por la camiseta blanca del uniforme del colegio.

Cierto, no había podido dormir en toda la noche así que cuando el muchacho fue a recogerlo a su casa y notó esas marcas negras debajo de sus ojos le había sugerido dormir por unos minutos en el auto. ¡Gracias al cielo! Solo había sido un sueño más sin embargo eso no significaba que no sucedería pronto.

Seguramente él pronto se marcharía y él no podría hacer nada al respecto.

—Ya llegamos —le habló susurrándole tiernamente.

—Gracias por despertarme —dijo Mark sentándose en el asiento del auto, palmeó su rostro levemente un par de veces para espabilarse y después talló sus ojos. Sintió unas manos
acariciando su cabello de arriba abajo, como si estuviera peinándolo, desde luego eran las manos del muchacho que estaba a un lado de él.

Él suspiró mientras acariciaba el cabello castaño de el chico, quería llevar un mechón a su nariz y poder aspirar el aroma a durazno pero no lo hizo, solo acomodó su cabello y le sonrió aunque él ni siquiera estaba viéndolo. Sabía que la causa por la que Mark no había dormido casi nada era su culpa, si no le hubiera dicho él estaría perfectamente despierto para concentrarse en el examen que tenían ese día…

A lo lejos se escuchó el timbre que anunciaba la entrada a clases. ¡Rayos!

Se habían retrasado.

Mark reaccionó rápidamente y sin darle tiempo al chofer para que abriera la puerta salió disparado del vehículo, caminó lentamente por la acera en lo que esperaba a que Johnny fuera
detrás de él, cuando por fin el muchacho llegó a su lado ambos apresuraron el paso para ir a su
clase. Lo peor que podía pasarles era llegar tarde en día de exámenes.
Llegaron al salón y la puerta ya estaba cerrada, dentro de este se escuchaba la voz de la profesora dando las instrucciones. Johnny acercó su oído a la puerta e hizo una mueca. Él podía
hacer lo que siempre hacía, entrar a clase sin siquiera tocar la puerta, todos lo volteaban a ver, incluso los profesores pero no le importaba, la única gran diferencia del antes y el ahora era que estaba junto a Mark y entrar de esa manera podría provocar mal entendidos.

Johnmark • Be My Boyfriend Where stories live. Discover now