eleven

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¿De eso se trata?


Lo mejor de ser sábado es que se podía despertar tarde, no había escuela ni tareas por las que estar presionado, podía cuidar a sus hermanos menores y Johnny…

Los ojos de Mark se abrieron mientras rodaba en su cama para ver el reloj verde con rojo con forma de hoja de árbol colgado en la pared blanca con círculos de colores. Las 9:27 a.m., sus
ojos se agradaron al ver la hora y como de rayo salió de la cama, tenía que despertar a sus hermanos, también preparar el desayuno de sus hermanos, bañar al pequeño Hyuck, debía bañarse  él y todo eso antes de que Johnny llegara.

—¡Hermano! ¡El desayuno está listo! —gritó Ten desde el primer piso.

Mark se congeló al escuchar eso, ¿Ya estaban despiertos?

Bajó corriendo las escaleras alisando su cabello con las manos y cuando llegó al comedor encontró a todos sus hermanos, a excepción de Lucas, sentados en la mesa tomando su desayuno.

Ten volteó hacia su hermano y le sonrió mientras colocaba el último plato en la mesa.

—¿Qué pasa aquí? —preguntó extrañado. Mark pensó que probablemente una familia de
extraterrestres había llegado a la tierra y los había sustituido por su familia porque definitivamente no era esa.

—Como tú vas a salir no quise despertarte y cociné yo —le contestó Ten con una sonrisa—. Vamos desayuna para que estás listo.

Mark observó nuevamente a sus hermanos desayunando, sacudió la cabeza y justo cuando iba a decir que no tenía hambre un panqueque de nuez se apareció frente a él.

—Si no desayunas no habrá postre —dijo Seulgi dándole una mordida a su panqueque.

Aun confundido el muchacho se sentó en su lugar y empezó a comer dándose cuenta de que Ten era muy buen cocinero. Desayunaron en silencio hasta que Seulgi rompió el hielo
con un comentario que hizo a Mark atragantarse.

—Ayer papá y mamá dijeron que Johnny y tú se habían besado mucho —dijo la pequeña emocionada.

Mark sintió la mitad de su salchicha dentro de su garganta impidiéndole respirar. Su rostro se puso rojo y no precisamente de vergüenza. Ten se levantó de su asiento y le dio suaves palmadas en la espalda a su hermano mayor para que pudiera tragar o escupir el pedazo de salchicha, una vez que pudo sacarlo Taeyong le dio un vaso con agua que rápidamente aceptó.

—Seulgi, cosas como esas no se dicen —dijo Taeyong reprimiendo una sonrisa.

—Yo también quiero besar a Johnny —dijo Seulgi en un intento de hacer berrinche pero no le funcionó.

—No, tú no puedes besar a Johnny —le contestó Mark poniéndose de pie—. Yo soy su novio por eso puedo besarlo —Seulgi curvó su labio inferior hacia afuera y cruzó los brazos sobre
su pecho—. Aunque… —a Mark rápidamente se le vino una idea a la mente—, probablemente Johnny te puede besar “amistosamente”.

Él era el hermano mayor y se supone que debía alejar a su pequeña hermana de 10 años de ese tipo de pensamientos pero lo único que lograba era aumentarle los ánimos con ese tipo de
comentarios.

—Quiero besar a Johnny amistosamente —dijo Seulgi de nuevo emocionada.

—Pero será un beso pequeño —le advirtió Mark.

Johnmark • Be My Boyfriend Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz