sixteen

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¿Cómo saber si eres buen besador?

Ya pasaba de la media noche y la fiesta no parecía estar cerca del final lo cual molestaba a Johnny. Algo molesto de las fiestas es que los reporteros siempre querían entrevistas para sus revistas de chismes y esa noche Mark, Johnny y el rubio imitación pirata de Ken habían dado algo interesante de que hablar.

Después de casi una hora de dar explicaciones a cada uno de los reporteros Johnny logró salir de la ola de flashes para reunirse junto a Mark detrás del salón.

—Hola extraño —dijo Mark observando a Johnny ir hacia él.

—Lamento la tardanza —se disculpó.

Él le extendió una mano al chico para ayudarlo a levantarse de la silla en donde se encontraba sentado esperándolo.

—Te has quitado los zapatos—le dijo viendo que ahora estaba unos centímetros más bajo y con su mano izquierda sosteniendo los zapatos.

—Sí, me he cansado y creo que ya no volveremos a la fiesta ¿o sí? —él negó mientras empezaban a ponerse en marcha hacia la puerta trasera del salón.

Caminaron en silencio por el largo pasillo y al llegar a la puerta Johnny sostuvo en sus brazos a Mark que por poco grita de la sorpresa.

—Vas descalzo y el camino de ahí afuera es de piedra —le explicó al ver sus ojos llenos de confusión.

Aun sorprendido y con los pelos de punta permaneció en silencio mientras él lo sostenía entre sus brazos y caminaban hacia afuera del salón.

Johnny caminó con él durante un par de minutos hasta llegar a las puertas de una casa del triple de tamaño de la casa del modelo, cuando llegaron él dejó a Mark con sus pies descalzos en el suelo y abrió la puerta. El interior de la mansión era tan hermoso que el chico sintió que se quedaba sin aire al observar el tamaño del lugar, en tan solo la sala principal cabía toda la casa de sus padres y probablemente sobraría lugar.

—¿Acaso estamos en algún hotel? —preguntó Mark entrando cuidadosamente a la casa, hasta sentía que sus pies descalzos dañarían el suelo de madera del lugar si pisaba normalmente.

—No, es la casa de mis padres, aunque por las mañanas si tenemos servicio a la habitación así que no dudes en pedir algo —dijo Johnny cerrando la puerta tras él.

—Esto es increíble, no entiendo cómo es que mientras tus padres tiene una casa de este tamaño hay niños pobres durmiendo en cajas de cartón, el solo hecho de estar aquí de pie me hace sentir mal.

—Bien, si te hace sentir mejor mis padres donan una generosa cantidad de dinero para crear más casa hogares para niños que viven en esas circunstancias —le informó deteniéndose detrás de él.

—Sí, un poco —volteó a ver a Johnny y se encogió de hombros—. ¿En donde dormiré?

—Ven —le tomó la mano y empezó a conducirlo hacia las grandes escaleras que estaban frente a la gigantesca sala de estar—. Las habitaciones están en el segundo nivel y ahí fue donde pusieron tu mochila con tus pertenencias.

—Bien —dijo Mark siguiéndolo.

Sus pies se sentían más fríos debido al contacto con el suelo mientras subían las escaleras, al llegar al segundo piso parecía ser una nueva casa, la decoración era de un tono más claro, con lámparas blancas colgando sobre el pasillo, en medio del gigantesco pasillo había sillas de espera y en las paredes habían dos puertas blancas con adornos extravagantes de cada lado.

Johnmark • Be My Boyfriend Where stories live. Discover now