Roomies ↝ Yoonmin, Omegaverse.

Siempre lo haré.

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Jimin.

Arreglo mi corbata y me siento bien, con las manos sobre mis rodillas y la espalda recta. Los de otros grupos van pasando por varios momentos hasta que por fin inicia nuestra lista. Mencionan a Hoseok y aplaudo echándole porras. Regresa a su lugar no sin antes haber abrazado con fuerza a Jin y Namjoon, y vuelve a sentarse en su espacio un poco apartado de mí. Finalmente mi corazón late con fuerza y escucho con atención el glorioso nombre mío por los altavoces.

—El omega Park Jimin. Graduado —decreta el maestro y aplausos resuenan por el teatro. Me levanto con una enorme sonrisa y voy a recoger mi documento estrechando con educación cada palma de la mesa de ceremonia. Bajo del escenario y Jin me intercepta abrazándome con fuerza.

—¡Felicidades! ¡Lo lograste! —susurra y río suave agradeciéndole con entusiasmo. Vuelvo a mi asiento y Hoseok me alza el dedo pulgar a modo de ánimos. Miro mi documento y sonrío de oreja a oreja al ver el producto de todo mi esfuerzo. Finalmente, cumplido.

Pasan varios minutos y de repente, yo estando distraído, un nombre capta por completo mi atención, haciéndome girar la vista al escenario.

—Min Yoongi, alfa. Graduado —dice con entusiasmo y aplauden. Yo los sigo discretamente uniendo mis palmas y observo con atención al peliazul que sube las escaleras. Pasa la mano de cada uno tomando su carpeta y baja con expresión neutra, pero noto que, camino a su hilera de asiento, para de golpe y aprieta sus ojos con fuerza.

Estiro el cuello observando con cautela y la preocupación aumenta al verlo jadear entrecortadamente. La ceremonia continúa y un par de personas, estudiantes, se le acercan para ayudarlo. Pero me sorprendo al ver que éstos ponen cara de más susto y alarma, tomándolo del brazo y jalándolo fuera del recinto.

Sin pensármelo mucho me levanto y los sigo rápido, chocando vagamente con Jungkook, quien me tira una mala mirada, pero no hago caso. Justo ahora, no me importa en lo absoluto.

Salgo del teatro y el fuerte viento alborota mi cabello, miro a mis alrededores y finalmente doy con el peliazul sentado en el suelo recibiendo aire de una chica mientras el otro le toca la frente. Yoongi inhala repetidamente y abre su boca echando la cabeza para atrás con los ojos cerrados. Corro hasta donde él y me hinco de inmediato, casi asustando a ambos compañeros que al instante se hacen para atrás.

—¿Qué pasa? —pregunto preocupado pero Yoongi ni siquiera reacciona, continúa intentando respirar con sus ojos cerrados y su palma presionando su pecho.— ¿Qué sucedió? —hablo desesperado a ambos chicos.

—N-No lo sé... comenzó a dolerle el pecho y a-ahora creo que no puede respirar.

Lo tomo de las mejillas e inspecciono, para luego posar mi dedo índice y medio en su pulso del cuello, cierro mis ojos y cuento en silencio parte de los latidos, para luego multiplicarlo y llegar al minuto.

—51.

—Bradicardia —exhala la chica, frunzo mi ceño preocupado.

—¡Vayan por alguien, maldita sea! —bramo casi llorando y ambos saltan asintiendo y corriendo dentro del recinto. Me giro de nuevo hacia Yoongi y sostengo su nuca al sentir que en cualquier momento se desmaya y cae.

—Déjame en paz —susurra en una débil exhalación, intentando retirar mis manos de su cuerpo, pero ni siquiera tiene la fuerza para mantenerla ahí, pues cae su brazo nuevamente al suelo.— Sólo déjame, Jimin...

—No Yoongi. ¿Qué tienes? ¿Qué...?

—Déjame... sólo... déjame —en un hilo de voz, débil.