Roomies ↝ Yoonmin, Omegaverse.

No te entiendo.

Jimin.

Es la tercera vez que suena su alarma y sigue sin despertar...

Dejo de peinarme en el baño y luego de rociarme con loción, voy hasta donde su teléfono y apago la alarma.

—Yoongi... —susurro al borde de la cama pero nada.

¿Se habrá desvelado anoche? ¿Sí debería despertarlo? Ayer no tuvimos una muy amistosa interacción que digamos...

—Yoongi... —toco su hombro y lo muevo un poco pero sigue sin despertar, ¡Y debe ir a clases!

Aprieto mis labios y luego de pensarlo un poco, subo por las escaleras y gateo con sutileza por su cama, hasta que quedo a su altura y observo a detalle su fino rostro.

Oh, qué guapo.

—Yoongi —vuelvo a susurrar y lo muevo del hombro, finalmente él se remueve en su lugar gruñiendo un poco, y justo cuando creo que despertará, se cambia de posición dándome la espalda y vuelve a quedarse dormido boca abajo. ¡Eish! ¡¿Tan difícil es despertarlo?!

Ya enojado y un tanto divertido con la situación, me arriesgo y me subo sobre su espalda aplastándolo.

—Yooooongiiii~ —hablo en su oído y finalmente se remueve soltando un gruñido y abriendo lento sus ojos. Mira por sobre su hombro y me ve con adormilada expresión.

—Qué mierda Jimin —un escalofrío agradable me recorre todo el cuerpo al escuchar su voz el triple de ronca y profunda. Oh dios...

—Yoongi ya es tarde —me reincorporo un poco, posando mis manos en sus hombros y quedando sentado en su espalda baja.

—¿Y eso qué? ¿Qué te pasa? Quítate.

Arrugo la nariz y me cruzo de brazos.

—¿Todavía que te hago el favor me respondes así? ¡Cualquier otro te dejaría perder clases!

Exhala cansado.

—¿Te han dicho que eres un omega muy enfadoso?

—Sólo tú, chico cascarrabias.

—¡¿Cómo me dijiste?! —vuelve a mirar por sobre su hombro con enojo y sorpresa.

—¡Chico cascarrabias! —doy un saltito en mi lugar y aprieto mis brazos cruzados. No desistiré.

—Pero ahora si... —se gira y me tira de sobre él. Caigo soltando un gritito a un lado de la cama y al quedar tanto al borde, pierdo el equilibrio y casi caigo. Casi.

Lo brazos de Yoongi me atrapan en un fuerte agarre que impide que me mueva ni un sólo milímetro. Me jala más al centro de la cama y sube sobre mí con las rodillas a los lados de mis caderas, pero no se sienta. Toma mis muñecas y las alza a la altura de mi cabeza para aprisionarlas contra el colchón, dejándome totalmente expuesto e inmóvil. Me quedo estático ante su imponente acción y lo miro sin saber muy bien qué esperar.

—¿Qué carajos te hace pensar que puedes despertarme, eh? —habla bajo mirándome con intensidad.

—Y-Yo... ah.... umh...

—¿Que puedes venir a mi cama y, peor aún, subirte en mí? —sigue preguntando y se inclina acercándose a mi rostro. Mi corazón estalla en latidos y temo con todas mis fuerzas que sea capaz de escucharlos.

—Y-Yo... s-sólo quería... que no llegaras tarde a clase —respondo tembloroso ante mi repentino instinto de sumisión.

Alza sus cejas y una coqueta sonrisa se forma en sus labios.

—Pues ahora no sólo yo llegaré tarde, sino que ambos —susurra y me estremezco por completo. ¿Q-Qué? ¡Ah!

—Y-Yoongi... —lo llamo en un hilo de voz, y a pesar de que según yo lo digo a modo de reclamo, sale más como súplica.

Él me mira todo el rostro ensoñado, con cierto brillo en su mirada, suelta una muñeca mía mas sin embargo yo la dejo ahí, y él acaricia mi mejilla despertando revoltosas mariposas en mi estómago. Observo sus azulados ojos que recorren cada milímetro de mi rostro, y bajo a sus tersos y rosados labios cayendo cada vez más en la tentación.

Ngh... Yoongi...

Bésame... bésame por favor.

Cierra sus ojos y agacha su mirada, confundiéndome. Entonces me suelta por completo y se levanta de una de sobre mí, bajándose de la cama en silencio. Lo sigo con la mirada quedándome en la misma posición como todo un estúpido plantado.

—Y-Yoong...

—Anoche casi no pude dormir y supongo que por eso no escuché la alarma —toma una toalla y se encamina al baño.— Iré a la segunda clase, gracias por despertarme Jimin, tú puedes irte —dice dándome un último vistazo y entrando al baño secamente.

Me reincorporo sintiéndome como toda una maraña de emociones, y bajo de la cama. Me mantengo viendo la puerta del baño y agacho la mirada sintiendo un repentino vacío en mi interior. Agito mi cabeza sintiendo una descarga de decepción, tristeza y enojo y sin pensarlo dos veces salgo del cuarto azotando tras de mí. ¡A la mierda contigo! ¡No te entiendo!

Yoongi.

Escucho cómo azota la puerta y siento el aire faltarme por más que respiro, apoyo mis manos en el lavabo y me miro al espejo. Desvío con enojo la mirada y voy hasta la puerta donde pego mi espalda y me recorro hasta quedar sentado en el piso con mi rostro oculto entre mis manos.

No puedo, maldita sea, no puedo.

Yo siempre... yo siempre he sabido mantener a raya a las personas a mi alrededor, no me gusta estar rodeado, no me gusta depender, no me gustar sentir cosas por otras personas. Y sin embargo, éste castaño llega y me descontrola todo. Estoy frustrado, frustrado hasta la coronilla sobre las cosas que Jimin despierta en mí. No sé qué es lo que siento por él, no sé qué es y eso me estresa tanto...

Es un fuerte impulso de tenerlo en mis brazos, de tomarlo para no soltarlo jamás, de marcarlo, de besarlo, de tocarlo, de conocerlo, de escucharlo, de mirarlo y sobre todo, de protegerlo.

¿Qué debería hacer? Detesto tener dilemas sin resolver, debo decidir. Una de dos, o lo ignoro por completo, tanto a él como a mis emociones, o... no lo sé, quizá conociéndolo pueda controlar lo que siento, o al menos comprenderlo. ¿No?

¡¿Qué hago, carajo?! ¡¿Qué hago?!

Necesito ayuda, definitivamente. Y sólo hay una persona a la que puedo recurrir. Salgo del baño y tomo mi teléfono, para buscar entre mis escasos contactos hasta dar con el de mi amigo de toda la vida. Marco y me llevo el teléfono al oído de inmediato. Aguardo con un tic en mi pie hasta que contesta.

—¿Bueno? ¿Min?

—¿Estás en clase?

—Umh, no. Voy saliendo de mi habitación para ir, voy tarde. ¿Por?

—Sáltatela. Necesito de tu consejo.

Exhala un poco pero finalmente cede.

—Está bien.

—Paso a tu habitación, gracias Nam —y cuelgo.

Anna.🌹