Roomies ↝ Yoonmin, Omegaverse.

Tetralogía de Fallot.

Jimin.

Me despierto y reincorporo rascando mi cuello adormilado, mientras miro la habitación y recuerdo de poco a poco nuestra interacción de anoche. Observo el reloj rápido y noto que me he despertado antes de tiempo, así que emocionado me levanto y miro hacia la cama de mi roomie.

Pero no está.

Estúpido de mí, si creía que las cosas cambiarían, si creía que él dejaría de evitarme.

Con los hombros y la mirada caída, voy por una bata de baño y me encamino al lugar con una triste exhalación.

Entro y me saco la camisa aventándola a una esquina.

—Vaya, ¿No podrías esperar al menos a que yo salga? —la voz del ojiazul me tensa y me tapo con la bata el pecho.

Está con su torso desnudo, peinando su cabello mojado frente al espejo, una toalla blanca está enrollada en su cintura y me quedo sin aire al ver su fornida espalda donde posan gotas de agua de una manera jodidamente caliente y coqueta. Paso saliva y trato de excusarme.

—P-Per... P-Perdón —siento el rubor subir a mis mejillas. Él me mira por el reflejo del espejo y sonríe ante mi expresión.

—Tranquilo, pasa —señala la regadera y cierra un bote, supongo que crema para peinar. Y pasa a mi lado para salir del baño, lo que provoca que inhale su olor y parpadee repetidas veces. Perdido. Completamente anonado.

Salgo del trance y carraspeo yendo a la regadera, donde trato de pensar en otra cosa que no sea su atractiva espalda. Me baño y salgo, y maldigo para mis adentros cuando me doy cuenta que no metí ropa limpia. Dudo varios momentos en si salir o no, pero lo pienso y me relajo. Obviamente Yoongi ya no estará aquí.

Salgo y abro mis ojos sorprendido al verlo en mi cama boca abajo chateando en su teléfono, obviamente ya vestido y arreglado.

No se ha dado cuenta de mi presencia, así que en un intento de pasar desapercibido, camino de puntitas a mi cajón de ropa.

—¿Qué carajos haces Jimin? —pregunta aguantándose la risa. Me ruborizo de inmediato y cierro más la bata que traigo puesta.

—N-Nada... yo sólo... olvidé la ropa y...

—Está bien —ríe y regresa a su teléfono. ¿Con quién hablará?

—¿No irás a clase...? —tomo mi ropa y lo miro.

—Es temprano, además... podríamos ir juntos, ¿no? —dice sin mirarme.

Mis mejillas se coloran y carraspeo intentando ocultar la gran sonrisa que amenaza con salir.

—¡Claro!

Me mira frunciendo el ceño divertido.

—¿Por qué te emociona tanto?

—¡Esas cosas hacen los roomies! —dejo la pena de lado y le muestro mi emoción pura. ¡YI!

—Ese es tu afán, ¿Cierto? Ser roomies goals.

—¡Sí! —salto en mi lugar.

—Es ridículo. Pero bueno.

Abro mi boca ofendido.

—¡No es ridículo!

—Lo es, pero no me sorprende viniendo de ti —se encoge de hombros.

—¿Me estás diciendo ridículo? —frunzo mi ceño.

—Ya, sólo juego —deja el teléfono y me mira con una sonrisa que me hace olvidar todo mal trato de él hacia mí.

—Bueno... dame un segundo y estoy —él asiente y regreso al baño a vestirme rápido y rociarme con mil de perfume emocionado.