Eres tan amado.

36.6K 5.4K 2.9K
                                    

Jimin.

—¿Podrías... pedir una piña colada para mí? —le pregunto tímido, jugando con mi camisa entre mis manos, él se alza los lentes de sol que se le ven radiantes y me mira curioso.

—Claro pequeño pero... ¿Por qué no la pides tú?

—Es que me da penita...

—¿Penita? ¿Por qué? —sonríe con ternura.

Le hago con la mano que se acerque y lo hace agachándose un poco, voy a su oído poniendo una mano y le susurro tímido.

—Es que ya van 12 que pido.

Ríe y se separa mirándome.

—¿En serio ya te tomaste tantas? —alza sus cejas sorprendido y yo puchereo asintiendo.— Diosito santo, está bien, vamos —me extiende la mano y la tomo, me lleva con él y yo lo sigo casi ocultándome tras se espalda.— Hoy estás muy lindo, todo tímido y tierno —me mira hacia atrás y sonríe.

Me aferro a su mano y cuando miro al mesero pasar abrazo la espalda del peliazul ocultando mi rostro.

—Jiminnie, ¿Qué haces? —ríe alzando un poco sus brazos.

—Shhh, es él.

—¿Él qué?

—Al que le pedí las bebidas, ya me mira feo.

Ríe y me obliga a despegarme, me toma de la cintura y me lleva a la barra.

—Buenas tardes.

—Buena tarde, dígame —una chica inmediatamente sale a atendernos.

—Me puede dar 4 piñas coladas, por favor. Para mi cachorrito.

Me sonrojo y lo miro con ojitos grandes, me sonríe y me acerco para rodear su cintura. Lo quiero mucho y es tan lindo y...

La chica pone los 4 vasos y se retira luego de una amable reverencia, yo agarro dos muy feliz y él toma los otros dos.

—¿Son para mí?

—Los 4 —afirma asintiendo y casi salto de la emoción.

—¡Yi! Ah, que son riquísimas —nos sentamos en una mesita en la playa y bebo de un vaso.— Mmmh, ¡Prueba!

—No gracias —niega con una sonrisa, él está tomando una bebida roja con azul. ¡Pero yo quiero que pruebe la piña colada!

—Por favooooor~

—Cachorrito estoy bien, esto está muy rico.

Hago puchero y miro al suelo con los hombros caídos pensando en cómo puedo hacer que pruebe, y se me prende el foco.

Bebo de nuevo llenando mis labios, y con el corazón desbocado me acerco al ojiazul que está sentado. Apoyo mis manos en los portabrazos de su silla y busco su boca, él gira su rostro y tomándolo por sorpresa rozo nuestros labios, él comprende y tomando mi mejilla succiona con suavidad haciéndome delirar con los ojos cerrados por el tacto. Nos mantenemos unos momentos más cerca, él vuelve a succionar y entonces sí me alejo un poco mirándolo a los ojos.

—¿A qué estamos jugando, eh? —susurra y podría jurar que está ahogado en deseo.

—A "Pruébalo" —invento mirando sus rosados labios.

—Pues me gusta más que el Jiminjedrez —sonríe y yo río pensando en que en uno u otro, igual termina besándome. Me separo ya bien y me siento en mi silla, él me observa ensoñado.

— ¿Verdad que está rica? —agarro mi vaso volviendo a mi actitud.

—Jodidamente exquisita —asiente. Suspira y mira hacia el mar.

Me dedico a observarlo a detalle, realmente el perfil de Yoongi me tiene mal, su blanca piel, su pequeña nariz de botón, sus labios rosados entreabiertos, su masculino cuello con nuez marcada, y sus bellísimos ojos azules que lucen más claros por los rayos del atardecer. Él realmente es arte.

—Me gusta estar aquí contigo —susurra mirando con suma atención las olas romper en la brillante agua.

—A mí también me gusta estar aquí contigo.

Me mira y piensa en algo, se levanta y extiende su mano hacia mí.

—Ven.

—¿Mmh? —dejo mi vaso y tomo su mano parándome.

—Deja tus sandalias —se quita las suyas y yo lo imito, siento la tersa arena que afortunadamente ya no está caliente, me jala con él y lo sigo curioso, vamos hacia el mar.

Llegamos a donde la arena se siente húmeda, y me emociono, no sé, el mar es realmente bellísimo y transmite una increíble vibra.

Caminamos más y yo voy con una enorme sonrisa, ¡Estoy tan feliz! ¡Quiero sentirme así siempre! Alzo mi mano libre y cierro mis ojos sintiendo el cálido viento golpear mi rostro junto con la brisa que se levanta del mar.

—Jimin... —la voz del alfa a mi lado me atrae por completo y lo miro prestándole suma atención .— Tengo un obsequio para ti —rebusca en el bolsillo de su short y yo me emociono.

—¿Qué es, qué es? —doy saltitos.

Saca su mano en puño y la acerca a mí sin abrirla aún, aumentando mi curiosidad.

—Espero que te guste... —y abre su palma mostrándome.

Aparece frente a mí una fina pulsera dorada, de pequeñas cuentas pero de distintos sutiles tamaños, la miro ensoñado, es realmente bellísima, y resplandece de una manera magnífica con la anaranjada luz del atardecer.

—¿Sabes por qué es especial? Una señora de un puesto me la dió hace años, diciéndome que debía entregársela a mi alma gemela, y las cuentas de aquí, están en código morse. ¿Sabes qué dice?

—¿Qué dice? —pregunto en un hilo aguantando la respiración inconscientemente.

Eres tan amado.

Lo volteo a ver sin poder creérmelo, esto es demasiado.

—Así que, ten —me la extiende.— Es totalmente para ti.

Me siento desfallecer y mil y un emociones me atacan. Mariposas revolotean en mi estómago y punzadas de agradable calidez llenan mi pecho. La tomo con mi mano y la admiro.

—Gracias, Yoongi —lo abrazo muy fuerte y él me corresponde haciéndome sentir bien.

Nos separamos y se la doy extendiéndole mi muñeca, él la abre y la abrocha alrededor de ella, la miro en mí y entonces caigo en la cuenta de que no hay ni habrá objeto más preciado que yo tenga en esta vida que esta pulsera. Es para siempre.

—Jimin, cachorro —me llama sacándome de mis pensamientos y lo volteo a ver.

—¿Sí?

Me sonríe con ternura y toma mis dos manos, poniéndome entre nervioso y emocionado, y entonces, las palabras que tanto anhelé escuchar, llegan a mis oídos de una manera mágica mientras siento la tibia agua de mar rozar mis desnudos pies.

¿Quieres intentarlo de nuevo?

—¿Quieres intentarlo de nuevo?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Annie.🌹

Roomies ↝ Yoonmin, Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora