Roomies ↝ Yoonmin, Omegaverse.

Está bien.

Jimin.

Caminamos por el campus tomados de la mano mientras le platico el final de la película que vimos anoche, o mejor dicho, que yo ví anoche. ¡Porque él se quedó dormido!

—Y resultó... SER SU PADRE.

Mi novio alza sus cejas y continúa caminando.

—Eso era obvio desde un inicio, ¿No crees?

—¡¿Pero qué dices?! ¡A mí ni me pasó por la mente! ¡Fue increíble!

Él sólo me mira y ríe suave, tomando mis mejillas y dejando un pequeño beso en mis labios. Él realmente es demasiado lindo.

—Es como nuestra historia.

—¿A qué te refieres? —le sigo el paso a briquitos apresurados.

—Desde que te ví supe que terminaríamos juntos, pero tú no, ¿Verdad? Tsss es que yo soy un genio para saber finales.

Golpee su hombro con una sonrisa y me aferré a su brazo.

—Me acuerdo que me dabas miedo.

—¿Miedo? —pregunta riendo.— ¿Por qué miedo?

—Quién sabe. Yoongi, apenas el primer día ya estabas alegando en coordinación que qué te harían si me follabas. Óyeme, espantas.

Ríe de buena gana mostrándome sus rosadas encías y echa su cabeza para atrás agarrándose el estómago.

—Oh cachorro, lo siento.

—Ush, o cuando te desperté y en un segundo ya me tenías contra el colchón. ¡Yoongi! ¡Debiste tener tantita piedad de mí! Tan intenso... —me quejo refunfuñando.

—¡Pero si tú! Consiente de las enormes ganas que te tenía y seguías chingue y chingue con ser roomies goals. No mames pues también.

—¡Wua, que yo no lo sabía!

—Nananana, te haces el inocente nomás.

—Pff —lo suelto y me cruzo de brazos, fingiendo enojo con un puchero. Él se detiene y se posa frente a mí.

—Awwws. Cosita linda. ¿Qué te molesta? ¿No superé tu expectativa de ser roomies goals?

Sólo refunfuño y aguanto con todas mis fuerzas la sonrisita que se me quiere escapar. Me gusta que me consienta.

—Fíjate bien. Nos llevamos bien, nos conocemos, reímos juntos, vemos pelis, comemos ambos, dormimos en la misma cama, tenemos rico, exquisito y delicioso sexo... —me ruborizo y hago chiquito cuando rodea mi cintura y se acerca a mi oído.— Te doy muchos besos, te digo lo precioso que eres, te hago disfrutar y siempre siempre siempre, cedo cuando quieres mimitos. De los tiernos, y de los sucios... ¿Algo que le haga falta a mi cachorrito con brotes de sexy colegiala?

—¡Amor! —pego en su hombro muuuy rojo y tapo mi rostro pegándome a él, dejando que me abrace. ¡Aaaah!

Él sólo ríe y besa mi frente, despejo mi rostro y salto aferrándome a su cuello y mis piernas a su cadera. Inmediatamente reacciona y sin trabajo alguno me sostiene de los muslos con sus manos.

—Te amo —susurro sobre la tela de su hombro.

—Yo te amo muchísimo más mi Jiminnie.

Lo abrazo con más fuerza y alejo para besar sus labios. Una suave succión lenta con mis ojos cerrados, otra más, y una última, saboreando la tersa textura de sus exquisitos labios. Me encanta mucho.

—Cachorrito... ¿Tomaste la pastilla? —exhala sobre mi boca.

—Lo hice amor.

—Bien —sonríe y besa mi mejilla.— ¿Vamos hoy a comprar eso?