Roomies ↝ Yoonmin, Omegaverse.

Devolverte la felicidad.

*No reproducir canción, hasta que lleguen a la parte donde es*

Yoongi.

—Yah, me rindo —exhalo dejando de lado el aparato, y Jungkook se burla.

—Realmente eres terrible para los videojuegos MinMin, voy a tener que entrenarte.

—Eh, pierdo porque quiero —le doy un zape y se queja riendo.

—No me pegues~ —se soba y riendo lo atraigo hacia mí abrazando su cabeza.

—Ya... shh shh —acaricio enfadosamente su cabello y se remueve separándose.

—¡Eish!

—Ya vámonos, está obscuro.

—¿Hay toque de queda en vacaciones? —abre sus ya de por sí enormes ojos.

—Uh, buena pregunta. No lo sé.

—Bueno, mañana iré al gimnasio temprano. ¿Quieres venir?

—¿Gimnasio? No, ni de broma, qué flojera.

—MinMinnnn, ¡Hay 2x1!

—Consigue a alguien más, de mí olvídate —agito mis manos.

—Nooo~ —se aferra a mi cuello mientras camino.

—Agh, ¡Yaaa!

—¡Quiero la promoción!

Justo veo un chico pasar y sin dudarlo lo intercepto divertido. Es escasa la gente que ahorita está en el campus.

—¡Hey! Hola, mi amigo busca un compañero para ir al gimnasio —le digo y el rubio alza sus cejas, su mirada es acogedora.

—¿Ir al gimnasio?

—Sí, ¿Cierto Kookie? —lo miro y él se oculta en mi hombro con cierta pena mirando al chico.

—Sí~...

—¿Te gustaría acompañarlo tú?

—¡Claro! ¿Por qué no? —sonríe.

—¡¿En serio?! —Jungkook salta y sale de detrás de mí totalmente emocionado.

—¡Sí! —responde con el mismo tono. ¡¿Wtf?!

—¡Genial! Soy Jungkook, mucho gusto —toma su mano y la aprieta saludándolo con entusiasmo, inevitablemente río.

—Taehyung, dime TaeTae —le sonríe y también aprieta su mano moviéndola mucho. Wow, se van a... dislocar.

—¡Bien!

—¡Bien! ¿A qué hora mañana?

—¿7am está bien?

—Aquí estaré.

—Genial, gracias ¡Nos vemos! —agita su mano y continuamos por nuestro camino.

—Eso fue raro —frunzo mi ceño.

—Yah, se ve cool el tipo —mira hacia atrás y alzo mis cejas pero no digo nada más.

Platicamos un poco más y finalmente nos despedimos al entrar cada uno a su respectivo edificio.

Subo hasta el piso que es y camino por el pasillo hasta quedar frente a la puerta, que se encuentra emparejada. Abro lento y me detengo inmediatamente al mirar a Jimin en el centro de la habitación con sus audífonos puestos, sentado en el suelo dándome la espalda. Pero eso no es lo que llama mi atención.

Sino que está cantando.

Todo el aliento se estanca en mi garganta al escuchar su melodiosa voz, angelical, suave, limpia. Y me mantengo en mi lugar, anonado, incapaz de reaccionar y... sin yo preverlo, las lágrimas pican en mis ojos, al prestar atención a la canción.