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Lejos de ser una buena estudiante, era una perdedora. Ser representante de la clase no era un sinónimo, ni equivalente, ni lo mismo, ni nada, a ser buena en los estudios, y eso era algo que todos en el salón de clases —incluso los profesores— tenían en cuenta a la hora de fijarse en mí.

La semana de evaluaciones había empezado y a diferencia de otros institutos convencionales, en el nuestro teníamos exámenes hasta de cómo ir al baño. Uno se pensaba que por pertenecer a un taller o club que formaba parte de las actividades extraclase podría relajarse en él, pero en nuestra escuela las cosas no funcionaban así. Yo estaba en el taller de dibujo, y era ahí el único espacio que tenía para relajarme y dibujar lo que la media neurona cerebral que compartía con mi mejor amigo, Doyoung, me dijera que dibujara. Pero de un momento a otro tuve un bloqueo artístico debido a un episodio depresivo que tenía. Cualquiera pensaría que mi condición era una mierda, pero se equivocaban ¡porque era peor que una mierda! Peor que pisar con el pie descalzo un montón de mierda recién desechada del culo de un perro enfermo. Esa era una mejor descripción.

En el club de dibujo siempre tuve la confianza —o más bien seguridad— de que iba a irme bien sin importar lo que hiciera, pero debido al bloqueo que tenía una tarea tan sencilla como lo era dibujar un escenario en un ambiente natural que podíamos incluso sacar de alguna de nuestras películas favoritas o simplemente dibujar el atardecer si nos quedábamos un poco más en el instituto, me pareció la cosa más difícil del mundo. Me sentía como un bebé que apenas estaba empezando a aprender a caminar por su cuenta. Lanzaba mis bocetos a la papelera de la biblioteca una y otra, y otra, y otra, ¡y otra vez! Nada me salía bien, no podía ni siquiera dibujar un simple arbusto estático.

Ese día habíamos tenido solo una parte de la jornada, nos habían dejado salir a la una cuarenta, la hora del segundo descanso, y desde esa hora estaba en la biblioteca para intentar dibujar algo, pero estaba muy estresada y no podía hacer nada. Estaba a punto de levantar el trasero de la silla en la que estaba para salir de la biblioteca e irme a mi casa a —probablemente— llorar y después volver para ir al club, pero Choi Hyunsuk, suplente del representante de la clase A, amor imposible de media población estudiantil en nuestro grado, enano —claramente más alto que yo— fastidioso que no sabía andar sin Byounggon y Junkyu, se acercó a mí con unos papeles en mano. Detrás de él venían cómo no, sus queridísimos Lee Byounggon y Kim Junkyu, además de Seunghun, Lee Midam y extrañamente, mi compañero de clase, Jihoon.

Hyunsuk se acercó riéndose de algo que sus amigos estaban diciendo hasta que llegó a la mesa en donde estaba y se sentó ahí, sin siquiera pedirme permiso porque claro estaba que éramos amigos de toda la vida y que no había otras tres mesas desocupadas.

—¿Qué hay, Won? El comité de nuevo está fastidiando y quiere que todos firmemos esto— Me tendió una de las hojas que llevaba en la mano, y antes de siquiera poder responder algo volvió a abrir la boca para hablar. —¿Puedes firmarla y decirme dónde está Min?

—Min ya se fue a su casa— Respondí aún sin tomar la hoja y traté de volver a dibujar. —Ella y Seokhwa la firmarán hasta mañana.

—Es una lástima— Alzó los hombros y volteó a sus espaldas. —Jihoon, ya se fue a casa.

Levanté la vista para ver a Jihoon, quien tenía una mueca en la cara. Soltó un suspiro y se acercó también a la mesa para sentarse junto a Hyunsuk. —Bueno, si no puedo ver a Min hoy al menos puedo ver a Won, mi persona favorita en el mundo— Soltó con una sonrisa, dejando ver sus brackets y las ligas de un nuevo color que ajustaban éstos.

—Te quedan bien las ligas anaranjadas— Señalé con la barbilla su boca, y de inmediato su sonrisa desapareció.

Sabía que a Jihoon le incomodaba su boca, específicamente sus dientes. Yo no le veía lo malo, en el instituto había un montón de gente con brackets, Seunghun y Doyoung también los habían llevado por un buen tiempo, a mí a penas me los acababan de quitar y seguía usando retenedores. En ese momento tener brackets o cualquier otro aparato para corregir la dentadura era completamente normal para todos en el instituto, pero Jihoon era una persona demasiado insegura de sí misma, aunque casi nunca lo demostrara.

Her name is Won ; Park Jihoon (박 지훈)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt