Jihoon llega de manera espontánea y estrepitosa a la vida de Won, la representante de la clase y de quien termina enamorándose sin querer aceptarlo, bajo la fachada de ser simplemente "amigos".
•Historia original.
•No copias ni adaptaciones.
•Conten...
—Serían 2.000 wones por un boleto de adulto a Seúl.
Saqué mi cartera de uno de los bolsillos traseros del jean que llevaba puesto. Honestamente no sabía qué estaba haciendo, de hecho el dinero ni siquiera era mío, lo tomé de la cartera de papá porque yo no había llevado dinero a Busan, nunca llevaba. Estaba cometiendo una locura y quizá me arrepentía a medio viaje y tendría que regresar en cuanto llegara a la estación de trenes en Seúl, pero no era momento para pensar en arrepentimientos. Le entregué el dinero a la mujer de la ventanilla y me entregó un boleto de tren.
Me alejé y pasé al área de revisión, no llevaba equipaje, evidentemente, pero aun así debían verificar que no llevara objetos indevidos escondidos en la ropa. Pasé por el detector de metales y me encaminé a una ilera de asientos que estaba totalmente vacía, aunque a decir verdad, casi toda la estación estaba vacía pues todavía ni eran las cinco de la mañana. Esperé impaciente a que llegara el tren para poder subirme, entre más rápido llegase menos tiempo iba a tener para arrepentirme y salir corriendo de la estación. Una parte de mí se preguntaba por qué iría a Seúl, mientras que la otra se contestaba a sí misma. Sabía porqué o más bien por quién, estaba yendo a Séul, pero no quería aceptarlo.
Esperé unos minutos más y el tren llegó, subí de inmediato y me senté. Me sentía extraño porque nunca había viajado sin equipaje, se sentía totalmente diferente a todos los viajes que había hecho.
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—¿Estás segura que-
—¡Segura!— No estaba segura de nada, solo quería entrar a casa ya. —No te preocupes, más tarde nos vemos.
Me di media vuelta y entré como pude a la casa, me sentía mareada y sabía que estaba caminando mientras me tambaleaba. Woong me llevó a casa y me dijo que si no quería que me ayudara a que se me pasara la borrachera, pero ya no quería nada, solo quería dormir. Ni siquiera podía hacer memoria de lo que había pasado a lo largo de la noche, pero estaba lo suficientemente conciente para saber que quería hacer pipí.
Woong me regresó mi celular cuando salimos de la casa de Haneul, así que comencé a buscarlo entre mis bolsillos. Al sacarlo se me cayó y por tratar de evitar que se cayera me tambaleé de más y también me caí. Terminé por acostarme en medio del patio y entendí finalmente que pasé toda la noche despierta cuando vi el sol y el cielo tan claro, estiré el brazo y tomé mi celular, vi la hora. Mis dos neuronas concientes empezaron a trabajar y rápidamente me levanté del suelo y corrí hacia las escaleras. Mi mamá pronto se iría a trabajar y si me encontraba medio ebria y tirada en el patio quién sabe qué me haría como castigo, porque hasta donde ella tenía entendido, yo debía estar dormida placidamente en mi cama.
