Capítulo 21 - Volviendo a nuestro cauce

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Lo que le había dicho a Sakura, lo cumplí. No salimos de mi casa en todo el día y nos dedicamos a amarnos, a conocernos aun más y también a revelar nuestras almas.

Quité el velo que no le permitía verme como ella quería y entonces la dejé entrar en mi interior. Hablamos de mi familia, de mi madre, de mis hermanas y... de mi padre. Le hablé de lo que sentí aquel día... cuando lo perdí todo y quedé sumido en esta completa oscuridad.

Solo había hablado de esto con Eriol y Mei, nadie más. Esto solo era una prueba más de cuán importante era Sakura para mí y cuanto confiaba en ella. Le hable de mis inseguridades, de mi lado negativo y oscuro, y de cómo había tenido que lidiar con eso para seguir adelante.

Cada episodio, cada bache en el camino, se convertía en una lección de vida para mí y me hacía más fuerte, por eso creía y confiaba que estaríamos bien de ahora en adelante, porque una vez que aprendía algo, no lo olvidaba jamás.

Lo que había pasado entre nosotros, la pelea y el afloramiento de mis inseguridades solo era un vistazo de lo que podía pasar si no me controlaba. Podía perder a la persona más importante para mí y no estaba dispuesto a hacerlo. Ahora lo tenía claro y usaría eso como norte.

Una vez más, Sakura y yo dormimos juntos y se sintió como... como si su lugar fuera estar entre mis brazos. Esta vez, fui yo quien se despertó primero y si hubiera podido ver, la hubiera contemplado mientras dormía, pero en vez de deprimirme, lo que hice fue "verla" a mi modo. Recorrí su espalda desnuda una y otra vez con mis dedos y luego acaricié su largo y suave cabello. Pasé mi mano por sus cejas, por su nariz y luego, mi droga preferida, sus labios. Mi intención era solo acariciarla, pero no pude detener el impulso de besarla y obviamente mis ganas la despertaron.

—Si no tuvieras que ir a clases, te juro que tampoco te dejo salir hoy.

Sakura rio al sentir mis besos en su cuello y luego alargó su mano hasta la mesita, seguramente para ver la hora.

—Debemos alistarnos ya. Tú también debes trabajar.

—Entonces, debemos tomar un baño juntos para ahorrar tiempo.

—Tiempo y agua.

—Sí, ninfa. Tiempo y agua —dije riendo y me levanté de la cama trayéndola conmigo.

No era muy complicado para mí imaginar lo que sería una vida así. Despertar con ella a mi lado, posiblemente, hacerle el amor antes de salir de casa y luego rogar a Dios para que el tiempo pasara rápido y volver a casa para amarla una vez más.

«Estoy mal...» pensé mientras desayunábamos juntos.

Realmente, me había vuelto un pervertido que solo pensaba en hacerle el amor una y otra vez. Ya lo sabía, era un completo adicto a su cuerpo y no me molestaría en negarlo.

Sakura quiso irse primero, pero no la dejé. Había quedado en encontrarse con su prima y lo menos que quería era que pensara que me había aprovechado de ella y de su tristeza. Sakura era mi novia ahora y me encargaría de protegerla, siempre.

Al caer en cuenta que pronto tendríamos que separarnos... sentí un frió en mi cuerpo, a pesar de ir en medio de Sakura y Kerberos. 

—Esto va a ser complicado.

—¿Qué será complicado?

Apreté un poco más el agarré en su mano y entonces le sonreí.

La luz que me guía en la oscuridadWhere stories live. Discover now