Capítulo 1 - El choque con el destino

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Desde que la luz se había esfumado de mis ojos, los días eran monótonos y repetitivos

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Desde que la luz se había esfumado de mis ojos, los días eran monótonos y repetitivos. Trataba  de vivir, o más bien, de sobrevivir en un mundo de penumbras. Lo único que los hacía diferentes, eran las risas sinceras de mis alumnos.

Escuchar cómo mejoraban día con día, semana tras semana, en sus diferentes instrumentos, me hacía sentir útil y necesario a pesar de mi discapacidad. Sus sinceras palabras llenas de emoción cuando les interpretaba una pieza musical, eran el incentivo que mi alma necesitaba para continuar y seguir adelante en este mundo donde a veces me era difícil conseguir un espacio para mí.

—Me encanta esa música, profesor Li —me dijo la dulce voz de una niña.

—Su nombre es "Claro de Luna" de Debussy—le dije, sin dejar de tocar el piano—. Espero que a mitad del semestre ya puedan tocarla también.

—Se escucha complicada ¿Realmente cree que podamos hacerlo? —preguntó la voz de un niño a mi otro lado y eso me hizo reír.

—Chicos, si yo puedo tocarla sin ver las teclas del piano, ustedes podrán hacerlo sin problema —les dije, pausando mi interpretación para colocar mis manos sobre sus cabezas.

—Es que usted es increíble, profesor —dijo el niño—. Es como un súper héroe.

—No soy ningún súper héroe, Shinji —le dije alborotando su cabello—. Simplemente practico todos los días, cosa que no has estado haciendo esta semana ¿cierto?

—Y decías que el profesor Li no se daría cuenta —dijo burlona la niña.

—Es que tuve mucha tarea, profesor... Pero le prometo que me esforzaré el doble esta semana.

—Así me gusta —dije levantándome—. Bueno, ya es hora de finalizar. Sus madres deben estar esperando afuera.

Ambos niños me tomaron de las manos y juntos nos encaminamos a la sala de espera de la escuela. Ya llevaba dos años dando clases de música en esta academia y no me arrepentía ni un solo día de haber dejado Hong Kong para venir a Japón. Realmente el cambio de ambiente me había sentado bien, porque si me hubiera quedado en casa... me hubiera seguido hundiendo en la miseria.

—¡Mama! —La primera en soltarme fue Setsuna y a lo lejos escuché la voz de su madre recibiéndola.

—Mi papá vendrá por mí hoy —dijo Shinji—. De una vez le pido disculpas si hace algún comentario fuera de lugar, profesor.

No entendí sus palabras hasta que escuché la voz grave de un hombre llamándolo. Con rapidez se despidió de mí y se alejó... pero de igual forma logre escuchar cómo le preguntaba "¿Qué te ha enseñado hoy tu profesor?" en tono sarcástico. Más allá de ofenderme o molestarme... me sentí cansado.

La luz que me guía en la oscuridadOù les histoires vivent. Découvrez maintenant