La Danza De Indila (Gl)

¡Ámame carajo!

26

Capítulo largo

(☞ ͡° ͜ʖ ͡°)☞ Nota: vienen links de música♪~♪

♪~♪ Síganlos porfis ♪~♪

Los primeros rayos de la mañana entraban por todas las ventanas, Indila llevaba su ropa dominguera. Un blusón extra grande (ya sabemos de quien) y unos pijamas rosas de conejitos. Llenó una jarra de cristal con agua, jugo de limón más un par de rodajas, una cucharada de sal, media taza de miel y un vaso de agua mineral. Tomó un cucharon del cajón de los cubiertos, enojada azotó el cajón en un impulso – ¡ashhh! Renegó - revolvió todo uniformemente, terminando el brebaje. Lo vertió sobre cuatro trazas grandes y los puso sobre una charola, en donde también había platos soperos, con caldo de pollo y arroz. Tomó todo con fuerza bruta aproximándose al pasillo del departamento, donde se encontraban las habitaciones.

Recorrió el pasadizo engarrotada, como un toro a quien lo estuvieron picando durante horas en un cuarto oscuro, y es que no era para menos. La vena se mostraba en su frente y sus ojos ardían de la frustración. Respiró hondo tratando de calmarse y entró al primer cuarto. Se acercó al buró frente a la enorme cama, con una persona hecha un ovillo en ellas. Esquivando un basurero con olor a rayos resultado de la noche pasada. La Omega arruga la nariz con rotundo asco y deja caer la bandeja al buró derramando un poco los líquidos en ella.

La chica se levanta como si un trueno le hubiese caído encima.

- ¡Aahh!¡¿Qué?! ¡¿Qué pasó?! ¡aaaahgg mi cabeza! – Rose miró a todas partes pero veía borroso. Luego distinguió la figurita frente a ella.

Y entonces se armó la gorda...

- Pero... - habla entre dientes - ¿cómo se les ocurre irse de parranda? – la voz le tiembla del coraje - ¡Y REGRESAR CURTIDOS EN ALCOHOOOL!

En ese momento Rose sintió el verdadero terror... y casi se orina en la cama.

... Unas horas antes...

Habían pasado ya dos semanas, junto con los exámenes a mediados de bimestre.

Después de todo el melodrama con Indila, la pequeña manada creía que habrían de tranquilizarse un poco las cosas. Pero contra todo pronóstico, los problemas seguían y seguían.

Rose por fin poseía la confianza sobre sí misma, Indila le había correspondido y ahora vivía oficialmente con todos - o al menos hasta que supiera controlar sus ataques hormonales, los cuales ya no eran tan frecuentes, pero para Dodó era un tanto incomodo aún andar por ahí sin medicamento alguno, tan solo con su gargantilla – el collar de Indila fue remplazado por la marca temporal de Rose, que era oculta tras el espeso cabello de esta, pero aún así el orgullo de la Alfa no le cabía. Había veces en las que mordía la libreta en clase para dejar de sonreír - la libreta tiene barias mordidas hasta la fecha.

A pesar de las victorias, la mayoría lo sentían como pérdidas, incluso para Rose. Los horarios de Indila ya eran un horror, y después de haber probado el cielo esa primera vez en el salón de clase, Rosé no podía creer que solo tenía oportunidad de pasar tiempo con su novia en el departamento, cuando la Omega no estuviese haciendo trabajo académico – que era casi todo el tiempo.