La Danza De Indila (Gl)

La Danza de Indila

Mi espalda pegaba contra la cabecera de una cama ajena, una y otra vez. Sin parar desde hace aproximadamente una hora y media los crujidos del colchón, los extremos olores, la asquerosa humedad de mi cuerpo y los gruñidos del contrario me tenían acorralada, aturdida y sofocada. Intenté separarme muchas veces, pero rápidamente enfurecía y se aferraba mas a mis caderas. No usaba condón y solo el demonio sabía cuando dejaría de eyacular dentro de mí. El aliento me faltaba y las figuras a mi alrededor empezaban a dispersarse.

- ¡Ya basta! – dije entre jadeos.

Con una mano me tomó de la nuca y me acostó en la cama quedando totalmente arriba de mí. Sin dejar de embestirme lamió la circunferencia de mis labios formando una perfecta "o", para luego enterrar su lengua por las paredes de mi boca casi engulléndome.

sabía a chocolate con arándanos.

Yo no dejaba de gemir y exclamar cosas absurdas e involuntarias. El calor era insoportable, un verano atroz. Mi cabello pegado por toda la espalda y revoloteando por mi frente.

Tomó mis mejillas quitando los cabellos de mi rostro y peinándolo hacia atrás, mientras bajaba por mi cuello restregando sus dientes dejando marcas de besos y mordidas.
Mi espalda se arqueó y una corriente eléctrica dominó mi cuerpo haciendo que expulsara más lubricante.

Grandes y extensos alaridos inundaban la habitación. Aproveché para observar a mi alrededor y poder sujetarme de algo, pero antes de siquiera moverme puso todo su peso sobre mi presionando su enormidad contra mi entrada.

- ¡¡Haaaaaa!! ¡maldita sea!

Sonrió sínicamente con esos labios lisos y su dentadura perfecta.

- C, con un demonio. ¿crees que lo estoy disfrutando? ¡¿adefesio!?

Ni siquiera paraba para responder, alguna insinuación,un gemido. Toda su concentración estaba en el "acto".

Sus estocadas eran veloces y acertadas. Sentía como entraba y salía fácilmente a conveniencia, tocando puntos sensibles, arrasando con mi útero. Me embestía como si de las olimpiadas se tratase, como si fuese a ganar la lotería o si la vida sobre la faz de la tierra dependiera de ello. Empezó a tomar una velocidad constante acompañada de mis gimoteos.

Me tomó de los glúteos y de la espalda para alzarme. Sosteniendo todo mi peso generó un impulso atroz desde el inicio de su miembro hasta el choque de vientres. Grité con fuerza lagrimeando ya no sabía si de vergüenza o de placer. Lo hizo no se por cuanto tiempo, estaba segura de que moriría hervida en el espeso calor.

Se detuvo unos segundos mientras me llenaba nuevamente. Con sus fuertes brazos rodeó mi cuerpo y me estrujo contra su pecho, escuchaba sus latidos y su agitada respiración que se confundía con la propia. Enterró de nuevo esa morena tez aperlada sobre mi cuello, mientras me alaba un poco los cabellos y me arqueaba instintivamente, restregó su rostro lascivamente sobre todo mi cuello lenta y tortuosa rasgaba con los colmillos cerca de la yugular, lamía a lo largo de mi cuello hasta la barbilla y bajó recto hundiéndose en mis pechos. Acariciaba y lamía sin cesar. Mi respirar entrecortado se adornaba de gimoteos y ronroneos.

- Por dios.... – logré articular.

- ¿Lista, profesora? – susurró con una voz ronca.

Abrí mis ojos de par en par. No, definitivamente no estaba lista...

- Aun faltan seis días profesora. Seis maravillosos días – me sujeto la cara para que nos mirásemos mutuamente – en los que me pertenecerás completamente en cuerpo alma y mente, desde ahora y para siempre – acarició mi nuca, mientras me miraba tiernamente como embelesada.

Su sonrisa lo cedía todo, no tenía vergüenza de lo que hacía, nunca se arrepentiría de esto.

Tenía que admitir... que su perseverancia la cual le había llevado tan lejos, era la cualidad que más odiaba de ella.

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Hey¡¡ hola¡ soy *Yuni* la autora... Gracias por leer¡¡¡ <3 <3