La amistad es una ilusión: 2

36 4 1
                                    



7

La amistad es una ilusión: parte 2


Esa noche de lluvia las temperaturas disminuyeron.

Todos empapados se colaron a la sala y cayeron agotados sobre los sofás de la elegante sala. Mientras Indila se quedaba en el pasillo de la entrada sobándose un brazo, tratando de aplacar su piel de gallina provocada por el frío, Rose no pudo hacer que entrara a la casa por nada del mundo. Draco se sacudió haciendo que su melena azabache regara agua por todas partes cual rociador. Ey!! Todos gritaron fastidiados. Rose cubierta por pequeños bloques de hielo estornudó escandalosamente y de un momento a otro todos se encontraron estornudando.

- En fin, tengo hambre. Ni siquiera pudimos tomar la comida de la tarde... – dice Draco fatigado. Mientras la maestra siente un pequeño aguijón en la espalda no era su maldita culpa que la obligasen a dar clases extra curriculares intensivas. Saca su teléfono y marca un numero – si? Buenas noches. Puedo pedir una grande de pepperoni con extra carnes rojas y tres litros de chocolate caliente ¿por favor? – a todo mundo se le hizo agua la boca incluso a la maestra recargada resguardando calor - ¡¿Cómo que no tienen servicio?! ¿saben de donde estoy llamando? Tienen la dirección registrada con este número...p, pero... Rayos ok entiendo gracias, si, que tenga buena noche también – suspiró.

- ¿Qué sucedió? – preguntó Dodó casi meneando la cola como cachorrito triste.

- La tormenta bobitooo – Charlot canturreó. Esta pasó una mano por sus cabellos tratando de dispersar el agua.

- Eso quiere decir que no tiene sentido pedir a domicilio – afirmó Rose. Haciendo una mueca de ligero disgusto.

- ¿entonces que vamos a hacer? – Dodó se jaló de los cortos cabellos.

Un cuarteto de tontos que no saben ni hacer una simple comida Ha!! Me lo supuse. Rodó los ojos estirando una leve sonrisa.

Rose giró un poco la mirada hacia el pasillo donde alcanzaba a divisar la figura de Indila en la oscuridad, se mordisqueó el labio inferior con culpa.

- Bien, entonces hagamos algo... en el refrigerador debe de haber algo bueno ¿no? – aplaudió enérgica mientras se levantaba de un salto. Se dirigió a la cocina recubierta de piso de mármol, cruzó la amplia entrada sostenida por dos pilares de marmoleado blanco con dorado, se aproximó al helado refri y se acuclilló para quedar al nivel de este... sus ojos se destantearon he hiso una mueca al ver todos los productos orgánicos casi perdidos... claro, después de una semana estudiando sin descanso y viviendo de comida rápida no podían culparnos por ignorar la nevera. Dio un gran suspiro pasándose una mano por la frente.

- Déjame adivinar... olvidamos haces las compras ¿cierto? – Charlot

- ¿Compras? – ladeó Dodó.

- Se refiere a llenar la alacena, ir al mercado, comprar víveres etc, etc. – Dijo Draco haciendo un ademan con la mano.

- ¡entonces no hay nada! – Dodó mordió un cojín con un lindo puchero, mientras le gruñía la pancita.

- Tranquilos, seguro podemos sacar provecho de algo... creo que no será ensalada – dijo frotando la barbilla – ok creo que puedo con esto...

Quince minutos después, un ligero humo salía de la cocina...

- ¡Traigan un extintor! - Gritó Dodó asomándose tras las columnas de mármol.

La Danza De Indila (Gl)Where stories live. Discover now