Cap 14: Descubriendo sensaciones

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Quería matar a alguien a golpes, estaba tan enojada, no sabía por cuanto tiempo me habían estado siguiendo, la persona que iba detrás de mí el día que salí con Demián, de seguro era parte de todo esto, iba caminando a zancadas pero alguien me agarra de la mano, me jala y me pega a su pecho, me enrolla con sus brazos, trato de jalarme y separarme, pero refuerza el agarre impidiendo moverme, mi respiración está acelerada, él señor Min es el que me está abrazando y acaricia mi cabeza con una de sus enormes manos, cada segundo que pasa me siento más relajada, paso mis manos por detrás de él y las coloco en su espalada correspondiéndole el abrazo, siento una calidez, ni siquiera me había dando cuenta que él traía puesto un saco negro con un botón abrochado por delante y su pantalón es del mismo color, el suele usar ropa formal pero ahora se mira aun más formal, tomo un suspiro y mis pulmones se llenan con su aroma.

-Huele bien señor Min. - digo con la cabeza apoyada en su pecho, ¿es en serio? ¿De verdad dije eso? ¿no pude decir cualquier otra cosa? T/N eres una idiota, me golpeé mentalmente por eso.

Escuché una risita de su parte.

-Gracias.- pude sentir su voz ronca por todo mi cuerpo. -Y no me digas señor Min, dime Yoongi.

-Pensé que no le gustaba que le dijeran así.

-No me gusta que otras personas me llamen así, pero me gusta cuando tú lo haces.- eso último provocó algo raro en mí.

Nos quedamos callados por un momento, hasta que el señor Joaquín llegó hasta donde estábamos, rápidamente nos separamos, bueno, yo fui la que se separó rápidamente.

-Lamento lo que sucedió, ¿que les parece si vamos a dentro, hablamos y nos tomamos una copa de vino?- preguntó.

-No, llevaré a T/N a su casa.- respondió mi jefe.

-Quedate, puedo irme solar.- dije.

Ya había arruinado una vez sus planes y contratos con el señor Joaquín, no quería arruinarlo otra vez.

-Sí, ella se puede ir sola.- dice el señor Joaquín, Yoongi lo quedó mirando como si acababa de cometer el peor delito del mundo.

-No, te llevaré a tu casa.- me dijo.

-¿Pero esto no afecta nuestros futuros contratos?- preguntó el señor Joaquín.

-Luego hablamos de negocios. - respondió.

Nos trajeron el auto y nos subimos, estaba nerviosa y apenada, no se me olvidaba que a la que le dije esas cosas era a la mamá de mi jefe, me sentía un poco mal, o también puede ser el hambre.

-Perdón por decirle esas cosas a tu mamá. 

Se queda mirándome, tratando de averiguar si lo que acabo de decir fue una broma.

-Ella no es mi mamá. - lo miré confundida. -Mi papá se casó con ella cuando yo tenía 3 años, poco después nació Demián.

-¿Y tú mamá, ella vivía contigo?

-Miraba a mi mamá todos los fines de semana, ella llegaba a visitarme, hasta que un día no llegó más, pensé que algo malo le había pasado, pero Hanna se empeñó en meterme ideas en la cabeza, me decía que mi madre no me amaba, que ya no llegaba porque yo le daba igual, que ya no le importaba, y le creí, creí en ella, era tan solo un niño de 8 años, al cumplir los 16 busqué a mi mamá, quería que me diera una explicación, ahí fue cuando me dijo que mi papá puso una orden de restricción, no podía acercarse a mí, y si lo hacía iría a la cárcel, Hanna me daba regalos en mi cumpleaños, pero nunca me dijo que esos regalos los enviaba mi madre, ahí fue donde comprendí que Hanna no era una buena persona, y que todas las cosas que hizo por mí, eran para su propio beneficio, mi padre murió tiempo después, nombrándome heredero de todo, dejé que Hanna se quedara con la casa, y le paso un porcentaje de dinero cada mes, pero a ella no le basta y quiere quitarme la empresa.- no noté dolor en su voz, tal vez le duele pero no lo demuestra, sólo lo reprime.

-Dejame decirte que ella es la persona más repugnante que he conocido.- le di una sonrisa cálida.

-Estoy de acuerdo contigo- me devolvió la sonrisa -Te llevaré a casa- enciende el motor y se dirige a la carretera.

Condujo unos minutos, todo el camino fue silencio pero un silencio cómodo, llegamos hasta mi edificio, se estacionó en frente y apagó el motor

-Gracias- le dije y bajé del auto

Escuché el sonido del motor cuando se marchaba, entré al edificio y subí hasta mi departamento
Me di una ducha, no sé porque pero siempre me relaja, aunque el agua parezca sacada del polo norte, salí y me puse ropa cómoda, estaba cepillando mi cabello cuando tocaron la puerta, deje el peine a un lado y fui abrirla, me encuentro con un chico vestido con el uniforme de la pizzería que está a la vuelta, desde la gorra hasta los tenis eran de color amarillo.

-Le traje su pizza.

-Yo no pedí pizza.

-No, un joven la pidió, ya está pagada.

-¿Un joven?- pregunté

-Si, y me pidió que le entregara esta nota.

-Okay, gracias.

Me entregó la pizza con la nota y cerré la puerta
Fui hasta la sala, dejé la pizza en la mesita de centro, me senté en el sillón a leer la nota

"Para que no tengas que comer frijoles"

Era la letra de Yoongi, se me dibujó una sonrisa en el rostro, tal vez ese comentario me habría enojado pero no fue la ocasión, yo sabía que no quería comer frijoles y la pizza no se miraba nada mal, sentí que algo en mí creció y no fueron las bubis, fue un cariño hacia Yoongi, él es distinto pero a su manera, tiene cualidades que solo descubrirás si lo conoces a fondo, te conviene tenerlo como amigo, porque como enemigo te puede hacer la vida miserable, sé que tal vez me estoy equivocando al permitirle que entre en mi vida y ponga todo de cabeza, no soy buena demostrando afecto hacia otras personas, pero es algo inevitable, Yoongi se a convertido en parte de mi vida cotidiana, y creo que me gusta lo que siento, que pase lo que tenga que pasar. me quedé en el sillón mirando la televisión y comiendo pizza, el plan perfecto para una hermosa noche como esta.

Don't Leave Me / YoongiWhere stories live. Discover now