Cap 6: El robo

4.5K 426 105
                                    

Como es de costumbre me colgó.

—¿Que te dijo?— pregunta Karla.

—Vendrá a dejarme el teléfono.

—¿Vendrá aquí? —me pregunta un poco sorprendida.

—Sí — le digo mientras como de mi helado.

Mi amiga se empezó a acomodar el cabello con los dedos, sacó su espejo y se empezó a retocar el maquillaje.

—¿Qué haces? —pregunto un poco confundida.

—No quiero que tu jefe piense que soy una desalineada —dice echándose labial.

—También es tu jefe —respondí, recordando que es dueño del restaurante donde ella trabaja.

—No es lo mismo, tú lo ves todos los días.

Le resté importancia y seguí comiendo helado, pasaron unos minutos hasta que veo el auto de mi jefe estacionarse afuera de la heladería, tarda unos segundos en bajar, camina hasta la puerta y entra, se queda parado buscándome con la mirada , fija sus ojos en mí y se escabulle entre las mesas hasta llegar en donde estoy, jala una silla y se sienta, me mira por un momento yo trato de no parecer incómoda.

—Hola— se apresura a decir mi amiga con entusiasmo.

—Te presento a mi amiga Karla, aunque creo que ya la conoces, trabaja en Brao.

—No la conozco —la mira por unos segundos y ni siquiera le da una sonrisa de amabilidad.

Mete la mano en su bolsillo y saca mi teléfono.

—Toma tu iPhone.

Eso fue burla porque es obvio que mi teléfono no es de marca.

—No le borraste nada ¿verdad? —digo revisando mis imágenes.

—No —se estira y agarra mi helado— ¿Por qué te preocupa tanto? Si no tienes nada importante —dice echándose una cucharada de mi helado a su boca.

—Para mi es importante.

—¿Porqué te gusta este sabor? —dice refiriéndose al helado.

—Si no te gusta no lo comas —dije.

lo piensa unos segundos—Lo comeré.— dice echándose otra cucharada a la boca.

—Gracias por traer mi teléfono, ya puedes irte.

—No quiero.

—No era pregunta.

—Este es un lugar publico, además soy tu jefe.

—Bien puedes quedarte entonces— respondí.

—No, tengo cosas más importantes que hacer —se levanta de su silla— Te veo en la oficina —camina hasta la salida, se sube a su auto y lo veo marcharse.

—Se llevó mi helado —le digo a mi amiga con un poco de tristeza.

—Me enamoré —dice Karla.

—Quita esa cara de boba —agarro mi teléfono y sigo revisándolo para comprobar que no borró nada.

—Es que es muy guapo.

—Sí sí, lo que digas, mejor dame de tu helado —le quito el helado y me lo comienzo a comer.

—¿No te importa si intento salir con él?

—¿Porque debería importarme? la única relación que tenemos es la de Jefe y empleada.

—Solo pregunto, porque si te gusta no me meteré entre ustedes.

—No, claro que no me gusta.

—Bien entonces, intentaré salir con él.

—Maldición —exclamé.

—¿Qué? —pregunta ella.

—Me borró el contacto del maestro Toby.

—¿Porqué te importa?

—Porque él era mi maestro.

—Ya, no te preocupes, además el tenía como 50 años, tal vez ya murió.

—Si estas intentando animarme, no lo haces muy bien.

Tardamos unos minutos en la heladería hasta que la noche se hizo presente, salimos del lugar, acompañé a mi amiga a agarrar un taxi y se dirigió a su casa, yo me tuve que ir caminando hasta donde vivo, al llegar a mi departamento noto que la puerta está entreabierta, el miedo se apodera de mí, me quedo parada unos segundos hasta que decido entrar.

Mis cosas están por los suelos, mis cojines, mi lampara, mis fotografías, todas las gavetas están abiertas y algunos papeles están tirados, es obvio que alguien entró aquí.

Voy a mi cuarto y también está todo echo un desorden. Cerré la puerta con llave y las ventanas con seguro, limpie todo el lugar, en cuanto terminé me di una ducha, me cambié y me metí en mi cama, le llamé a mi amiga Karla la cual tarda unos minutos en contestar.

—¿Hola?

—Perdón si te desperté —mi voz se escucha nerviosa.

—No, no te preocupes ¿que ocurre nena?

—Es que... —dudo en si es buena idea decirle.

—¿Si?

-No nada, no te preocupes.

—Ya me preocupé, dime ¿Qué pasa? —insiste.

—Es que alguien entró a mi casa.

—¡¿Qué?! No puede ser ¿estás bien? ¿No te pasó nada?

—No, yo estoy bien.

—¿y qué se robaron? Hay que ir con la policía a levantar una denuncia.

Me quedo pensando en lo que ella me acaba de decir.

—Después te marco —le cuelgo de inmediato.

Me levanto de mi cama, abro la puerta y voy a la sala, me quedo parada mirando todo a mi alrededor, miro atentamente cada centímetro de la habitación.

Estoy consciente de que no soy la persona con más dinero del mundo, pero tengo varias cosas de valor.

¿Quién entra a una casa a robar y no se roba nada?

Quién sea el que haya entrado a mi casa, vino por algo en específico, esto me da más miedo de lo que ya tenía.

Me meto de vuelta en la cama, no tengo ni un poco de sueño, mi corazón no deja de latir rápidamente, estar sola no me ayuda en mucho, no tengo a donde ir a esta hora, si salgo probablemente me asalten y me maten, vivo en una zona peligrosa, con un alto numero de robos y secuestros, y Karla vive del otro lado de la ciudad, no podré llegar caminando, estos momentos de mi vida son los que odio, cuando no tengo a donde acudir, y ya no quiero molestar a Karla, las personas en algún momento se aburren de otras personas.

Tardé mucho tiempo despierta hasta que por fin me quedé dormida.

Don't Leave Me / YoongiWhere stories live. Discover now